Un turista alemán ha devuelto las piedras volcánicas que sustrajo del Parque Nacional de Timanfaya, en Lanzarote, después de asegurar que le han traído mala suerte. En una carta manuscrita remitida hace unos años y difundida recientemente por el propio parque en la red social X, el viajero confiesa que sufrió “una grave tragedia personal” y que se sintió “obligado a devolver” los fragmentos de roca que se llevó de las Montañas del Fuego.
“He oído leyendas que cuentan que extraer roca volcánica de su fuente de origen trae mala suerte y me temo que eso me ha pasado”, escribió el turista, que reconoció haber recogido los trozos “en la zona de las brasas calientes”, fuera del recorrido habilitado para visitantes.
🪨“Por favor, devuelvan la roca al malpaís”.
— Parque Nacional de Timanfaya (@PNTimanfaya) October 17, 2025
Así dice una carta manuscrita que recibimos desde Alemania hace unos años, remitida por un viajero arrepentido de haber sustraído un fragmento de lava solidificado durante su visita al Parque Nacional de Timanfaya. pic.twitter.com/XyydXMdZfp
Desde el Parque Nacional recordaron en redes sociales que sustraer elementos naturales de este espacio protegido puede acarrear sanciones de hasta 3.000 euros. También alertaron de que en el Aeropuerto César Manrique se incauta con frecuencia “un gran volumen de piedra y arena” escondido en maletas de viajeros.
Más allá de la superstición, el robo de rocas en Timanfaya tiene consecuencias ambientales. Según explican desde el parque, al retirar piedras se destruye el hábitat de líquenes, hongos e insectos, se interrumpe la formación de suelo fértil y se altera la cadena alimentaria. “Si no hay rocas, los invertebrados pierden su refugio; y si no hay invertebrados, sus depredadores, como lagartijas o aves, se quedan sin alimento. Es un efecto dominó catastrófico”, advierten.
Además, las rocas volcánicas forman parte de la arquitectura tradicional de Lanzarote y son un símbolo de su identidad. “Esa roca carece de sentido en tu vitrina; no es un recuerdo ni materia prima para un colgante. Pertenece a la naturaleza. Sustenta la vida y la cultura de nuestra isla”, señalan desde Timanfaya. “Robar naturaleza es robar futuro”.