La vendimia en Canarias comienza este año con una preocupación añadida: la detección de filoxera en viñedos del norte de Tenerife. Este brote, localizado en tres municipios de la isla, ha encendido las alarmas en el sector, ya que históricamente el archipiélago había permanecido libre de esta plaga que arrasó el viñedo europeo en el siglo XIX.

Para contener su avance, el Gobierno de Canarias ha prohibido el movimiento entre islas de uva, plantas y material relacionado con la vid, una medida preventiva que busca evitar que la enfermedad se extienda a otras islas vitivinícolas.

Vendimia más temprana

El inicio de la recolección también llega antes de lo esperado debido a las olas de calor que han afectado a gran parte de España. En el caso del archipiélago, las altas temperaturas han acelerado la maduración de algunas variedades, lo que obliga a los viticultores a ajustar sus calendarios para evitar pérdidas en la cosecha.

Según los datos del sector, esta campaña se preveía más tardía y con una producción cercana a los 38 millones de hectolitros en todo el país, pero las condiciones climáticas han obligado a adelantar la recogida, como ya ocurre en Cataluña, Castilla-La Mancha o Andalucía.

El impacto del calor

En el resto de España, la vendimia avanza en un contexto difícil marcado por los incendios forestales que han dañado viñedos en Ourense y León, así como por plagas como el mildiu, que ha afectado especialmente a Andalucía. Las altas temperaturas también han provocado la deshidratación de la uva, aumentando el grado alcohólico de los vinos en un momento en el que el consumo se orienta hacia variedades más ligeras.

En Canarias, donde los viñedos tienen una singularidad reconocida internacionalmente por su origen volcánico y variedades únicas, el calor y la sequía también condicionan la cosecha, aunque el principal foco de atención se centra en la plaga de filoxera detectada en Tenerife.

Retos del sector vitivinícola

El sector vitivinícola afronta una campaña compleja en la que confluyen plagas, incendios, calor extremo y descenso del consumo. A ello se suma el impacto de la guerra comercial internacional, que mantiene aranceles del 15 % para la entrada de vino en Estados Unidos.

En Canarias, los productores insisten en que es vital reforzar las medidas de sanidad vegetal y apoyar a un sector que aporta valor añadido al territorio gracias a vinos reconocidos en los mercados internacionales y a su estrecha vinculación con la gastronomía canaria.