El pasado 6 de agosto saltaba la alerta en el sector de la agricultura en Tenerife por la presencia de un foco de filoxera de la vid detectado a finales de julio en un parral de un jardín particular y terrenos cercanos en Valle de Guerra, La Laguna. El segundo se ha detectado ya en el municipio de La Matanza.
Se trata de un insecto parásito que daña las raíces y hojas de la vid. Llegó a Europa en 1863 provocando una grave crisis vitivinícola que se superó tras usar portainjertos resistentes. En España apareció en 1878, pero Canarias ha permanecido libre de esta plaga gracias a las normas fitosanitarias desde 1987, las cuales prohíben la importación de material vegetal de vid para proteger el Archipiélago.
Aunque desde el Gobierno de Canarias apuntan que la situación no afecta la calidad ni la singularidad del vino elaborado en Canarias, ha resurgido esa duda de cómo entran las plagas al Archipiélago y cómo puede afectar esta en concreto. Ante este caso, desde asociaciones como Avibo y la Denominación de Origen Protegida Islas Canarias instan a la vigilancia de la vid tras la detección del foco.
¿Cómo identificarla?
En una publicación difundida por ambas organizaciones apuntan que esta enfermedad se identifica tanto en las hojas como en las raíces. En las hojas se presenta como agallas, producto de las picaduras del insecto, ya que son visibles en el envés aunque las lesiones también son visibles en su haz. En el caso de las raíces, señalan que es más difícil su detección al ser parte no visible a simple vista, pero se observan nódulos producidos en el proceso de alimentación del pulgón.
Insisten en que, si se detectan estos síntomas, se debe comunicar inmediatamente a las agencias de extensión agraria de los cabildos insulares o a la Consejería del Sector Primario del Gobierno de Canarias. De la misma manera recomiendan evitar durante la vendimia el traslado de hojas en las cajas de uva. En el caso de que se detecte en alguna finca, piden que se evite ir seguidamente, y con la misma ropa o sin desinfectar el equipo de trabajo, a otra parcela o viñedo.
¿Cómo entran?
La asociación Asaga Canarias ha difundido que estas plagas pueden entrar por contenedores de mercancías y, sobre todo, en el equipaje de viajeros. Apuntan que, aunque se realizan controles aleatorios en los Puestos de Inspección Fronteriza (PIF), son muy deficitarios en medios y personal para abarcar toda la mercancía que nos llega.
En este sentido recuerdan que la Orden 12 de marzo del 1987, "establece una barrera de entrada a Canarias de material vegetal, especialmente cultivos tropicales y plantas ornamentales" para evitar la entrada de más plagas y enfermedades. Apuntan que, si se detecta algún tipo de patógeno, se procede a establecer una cuarentena y a la desinfección de la mercancía y, en su caso, la devolución al lugar de origen o su destrucción
No obstante, explican, el Ministerio puede permitir excepciones a la Orden "para la entrada de determinados organismos solo para labores de investigación o de selección de variedades, previa aplicación de una cuarentena".
Prevención
Ante esto advierten que cualquier material vegetal "como esquejes, fruta o semillas" puede introducir en Canarias "nuevas plagas o enfermedades". Si no se detecta, insisten, se podrá "reproducir y distribuir rápidamente gracias a nuestro clima causando graves daños en nuestros cultivos".
Por ello hacen un llamamiento a la importancia de la prevención y señalan la necesidad de "reforzar los medios materiales y humanos de los PIF, intensificar la vigilancia en la trazabilidad de la importaciones, endurecer los requisitos en la movilidad y realizar más campañas y sanciones para evitar que los pasajeros traigan material no autorizado".
