Imagen de una persona frente a un tablón de anuncios de viviendas en venta / ARCHIVO
Imagen de una persona frente a un tablón de anuncios de viviendas en venta / ARCHIVO

La vivienda en Canarias sigue sin datos oficiales claros y actualizados

El analista inmobiliario Chema Blanco advierte de que Canarias carece de datos públicos fiables y que los portales inmobiliarios solo muestran una parte de la realidad del mercado

Alberto Ley

El mercado de la vivienda en Canarias sigue siendo un territorio poco transparente. No existen estadísticas públicas completas y actualizadas que permitan conocer con precisión cuántas viviendas hay, en qué condiciones se encuentran o cómo evolucionan los precios reales de compraventa y alquiler. En este vacío, los portales inmobiliarios han ganado protagonismo como fuentes de referencia para medios y políticos. Pero su fiabilidad está en entredicho.

Todo lo que se hace en función de los portales inmobiliarios carece de validez bajo mi punto de vista”, afirma el periodista y analista inmobiliario Chema Blanco. A su juicio, estas plataformas no ofrecen una fotografía real del mercado canario, sino solo un reflejo parcial y sesgado.

Una foto incompleta

El primer problema, explica Blanco, es que los portales únicamente recogen las viviendas anunciadas en sus páginas. “Debería decirse ‘según los anunciantes en Idealista’, porque hay muchas casas que no se publican ni ahí ni en ningún sitio”, apunta. En la práctica, existen numerosos pisos que se colocan directamente mediante listas de espera en inmobiliarias o contactos personales, sin pasar nunca por un anuncio en internet.

Esto significa que las estadísticas de estos portales no son representativas del mercado total, sino de un subconjunto que decide utilizar estas plataformas. “Cuando se toma como la Biblia lo que dice un portal, es muy relativo”, resume Blanco.

Fondos de inversión

El segundo factor es la falta de neutralidad. Según Blanco, conviene mirar quién está detrás de estos portales: fondos de inversión y grandes grupos vinculados al sector inmobiliario. “Nadie va contra sus intereses”, advierte. Esa propiedad condiciona los informes y el discurso público que generan, normalmente alineado con la lógica de inversión y rentabilidad del mercado.

Por eso, el experto considera peligroso que las administraciones o los medios utilicen sus datos como si fueran estadística oficial: “No representan la realidad completa y, además, responden a intereses privados”.

Canarias, sin registros

El problema, sin embargo, no se limita a los portales. Blanco recuerda que en Canarias no existen registros públicos que permitan conocer con exactitud la situación del parque de vivienda. “Hace casi un año se anunció un registro de viviendas vacías, pero seguimos sin saber dónde están ni en qué condiciones. Es desesperanzador intentar curar una enfermedad sin conocer su causa”, lamenta.

La falta de datos oficiales deja a los analistas sin herramientas fiables para diagnosticar y aplicar políticas efectivas. “Hablan de la consecuencia, de si suben o bajan los precios, pero no del origen del problema. Y sin identificar las causas es imposible encontrar soluciones”, añade.

El caso de Las Palmas

El debate sobre la declaración de Las Palmas de Gran Canaria como zona de mercado tensionado ejemplifica esta contradicción. El Ayuntamiento presentó cifras basadas en Idealista para justificar la petición, mientras que el Colegio de Economistas usó datos oficiales y llegó a la conclusión contraria.

Para Blanco, el episodio refleja lo relativo de las estadísticas en vivienda: “Ni lo que dicen los portales ni lo que dicen los colegios es la Biblia. Son aproximaciones con limitaciones”.

Consecuencias sociales

La falta de información fiable no es un debate técnico, sino un obstáculo real para abordar la crisis habitacional. Según el experto, el uso acrítico de cifras de portales lleva a políticas basadas en datos incompletos, con riesgo de agravar en lugar de solucionar el problema.

Además, Blanco advierte de que medidas como las zonas tensionadas o la Ley de Vivienda pueden tener efectos contraproducentes: “Lo que pretendía ser una ayuda a las personas vulnerables ha acabado sacándolas del mercado. Hoy muchos propietarios no quieren alquilar a quienes se declaran vulnerables porque temen que no paguen”.

Datos obsoletos

Incluso los organismos oficiales presentan limitaciones. El último dato del INE sobre viviendas vacías en Canarias es de 2021, con más de 211.000 unidades contabilizadas. Pero desde entonces la realidad ha cambiado: “Hay muchos propietarios que han decidido no alquilar por la inseguridad jurídica y esas casas no están reflejadas”, explica Blanco.

Por eso, reclama un sistema público robusto y actualizado que permita conocer la realidad del parque de vivienda en tiempo real. “Sin información completa no hay diagnóstico ni tratamiento posible. Y sin tratamiento, la enfermedad de la vivienda en Canarias seguirá agravándose”.