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Correillo de La Palma en el Puerto de Santa Cruz|CEDIDA

113 años de historia en Santa Cruz: “El Correíllo de La Palma, único con estas características”

Desde 1912 la historia envuelven al Correillo de La Palma, único barco de su tipo en España, actualmente en proceso de restauración para volver a navegar y conservar su legado histórico y cultural

113 años de historia envuelven al Correillo de La Palma, el único barco que queda en España de estas características y el primero en solicitar formar parte del Registro de Buques Históricos de la Dirección General de la Marina Mercante para la conservación y promoción de las embarcaciones antiguas y clásicas dignas de ser guardadas para la posteridad.

El Correillo de La Palma fue construido de acuerdo a la época, principios del siglo XX, utilizándose los mejores materiales y avances del momento en lo que se refiere a seguridad, confort, autonomía, velocidad, elegancia, estabilidad, casco de acero remachado, dos cubiertas y una hélice.

"Hermano" del Titanic

Cualquier buque que apareciese en Las Aventuras de Tintín podría recordarnos al vapor palmero que compartía época junto al Titanic y al Lusitania. Como si de un parto de mellizos a destiempo se tratara, solo dos días de diferencia marcaron la botadura al mar del Correillo de La Palma  y de su “hermano mayor”, el Titanic.

“El Titanic empezó su andadura la noche del 14 de abril de 1912, unos días antes, el 12 de abril fue botado al mar el Correillo”, comenta  a Atlántico Hoy el presidente de la Fundación Correillo de La Palma, Juan Pedro Morales, añadiendo que el navío La Palma fue construido en la misma zona que el siniestrado, “siendo casi una copia del mismo con la variante del tamaño: exactamente una cuarta parte del Titanic”.

Señales SOS

“El Correillo La Palma salió a navegar con la telegrafía sin hilo, que era lo más novedoso de la época. Está datado que las señales del Titanic, el SOS, fueron oídas en la estación de Santa Cruz de Tenerife, que era la única estación que había en Canarias”, comenta.

Además, apunta, que, posiblemente, como el Correillo estaba en prueba de mar y también tenía la telegrafía sin hilo, “entendemos que este barco pudo oír los SOS del Titanic cuando se hundió”, asevera. “Este barco es único, ya no queda ninguno de estas características en nuestro país, es el único que se conserva”, concluye.

65 años de navegación

Durante 65 años unió las Islas ininterrumpidamente. Las carreteras eran muy malas y navegaba con periodicidad entre islas, pero una vez al mes este vapor atendía a la demanda del transporte de carga y pasaje, de municipio en municipio atracando en aquellos puertos que lo permitieran”, explica Morales.

Desde 1912 hasta 1976 navegó el Correillo en Canarias. “Una avería en la caldera propició que Transmediterránea decidiera retirarlo”, comenta el presidente de la Fundación.

A punto de desaparecer

Según documentos consultados, el 24 de marzo de 1977, Jürgen Flick compró el barco en subasta pública por 1,5 millones de ptas (9.000 euros aproximadamente)  para convertirlo en casino-restaurante flotante, pero la concesión no se obtuvo. 

El 6 de febrero de 1985 intentó venderlo para desguace y ofrecérselo al Ayuntamiento de Las Palmas, que guardó silencio administrativo. Luego lo comunicó al Cabildo de Tenerife, que aceptó hacerse cargo el 1 de febrero de 1986 para transformarlo en Museo de la Navegación de Canarias. .

Nueva vida

Comenta Juan Pedro Morales que en 1986 comenzó a restaurarse y un cambio de Gobierno posterior, en el 87 o 88, llevó a que se paralizara el proyecto existente. En 1996, a través de la Asociación de Capitanes, se reivindicó la necesidad de restaurarlo, creándose la Asociación para la Restauración y Conservación del Correillo de La Palma y en el 2003 nació la Fundación Canaria Correillo de La Palma que es la que se ha encargado del barco.

La idea de la Fundación es finalizar con la restauración del salón principal “lo que dará bastante visibilidad al proyecto”  y, tras otras actuaciones necesarias, volver a tener el barco navegando entre islas, recibiendo visitas y celebrando encuentros culturales en el salón de primera clase teniendo en cuenta su aforo para 75 personas.