Los científicos del Comité Científico de Evaluación y Seguimiento de Fenómenos Volcánicos (CCES) han calificado como “anómala” la actividad volcánica que se registra en el entorno del Teide.
Aunque aseguran que los indicios no apuntan a una erupción inminente, sí advierten de un incremento en la probabilidad de que se produzca a medio o largo plazo. Estas conclusiones surgen tras una reunión extraordinaria del comité, prevista en el Plan Especial de Protección Civil y Atención de Emergencias por Riesgo Volcánico (PEVOLCA).
Mensaje de tranquilidad y prudencia
El consejero de Política Territorial, Cohesión Territorial y Aguas del Gobierno de Canarias, Manuel Miranda, ha querido enviar un mensaje de calma a la población.
Durante la reunión, celebrada tras los enjambres sísmicos registrados recientemente en Las Cañadas, Miranda destacó el “trabajo investigador y la constante vigilancia” de los expertos, subrayando la importancia del rigor científico para combatir alarmismos y desinformación.
Indicadores de actividad volcánica
Desde 2016, los científicos han detectado cambios sísmicos, geodésicos y geoquímicos en el Teide, con un ligero aumento desde 2022.
Estos cambios podrían atribuirse a un incremento de la presión en el sistema hidrotermal bajo la isla de Tenerife. Además, se ha observado una mayor emisión de gases que refuerza esta hipótesis, lo que ha llevado a los expertos a recomendar un aumento en la vigilancia.
Proyectos para mejorar la vigilancia
La Dirección General de Emergencias, en colaboración con el INVOLCAN y el CSIC, trabaja en la actualización de los mapas de riesgo para garantizar una respuesta eficaz en caso de actividad volcánica.
Según Miranda, la mejor política de protección civil es proporcionar información transparente y mantener a la población plenamente informada.
Transparencia y acceso a los datos
En un esfuerzo por garantizar la transparencia, las conclusiones del comité científico estarán disponibles públicamente en la página web de la consejería. Esto permitirá a los ciudadanos conocer de primera mano los avances en la vigilancia del Teide y las medidas adoptadas.
Los expertos destacan que aunque el aumento en la presión hidrotermal y los enjambres sísmicos son señales a tener en cuenta, estas no deben interpretarse como un indicio directo de una erupción. Sin embargo, el monitoreo constante es clave para anticiparse a cualquier escenario, protegiendo así a la población y al entorno natural de Tenerife.
