“De todas las personas que acuden a Cáritas, solicitando ayuda para salir de una situación de alta vulnerabilidad, en torno al 20% logra la reinserción social y laboral”, según palabras expresadas a Atlántico Hoy por el presidente de Cáritas Diocesana en la provincia de Santa Cruz de Tenerife, Juan Rognoni.
Para lograr índices tan altos de empleabilidad, la entidad no gubernamental actúa en dos claras líneas de trabajo. Una de estas es “Barrios por el empleo”, en la que participan diferentes asociaciones, respaldadas por el apoyo del Cabildo de Tenerife. La otra línea es un proyecto propio de la ONG.
Proyecto propio
El proyecto particular de empleo de Cáritas está dirigido a esa otra parte de la ciudadanía que lo tiene más complicado, afrontando una experiencia vital marcada por la adversidad económica, la alta vulnerabilidad y la exclusión.
“Se trata de fomentar el trabajo en las personas que son derivadas desde nuestros recursos alojativos y parroquias”, explica Rognoni, señalando que todo el trabajo que se realiza se basa en conocer a la persona, acompañarla en el proceso de acción laboral y trabajar desde el conocimiento de lo que son las empresas y qué perfiles necesitan.
Oferta y demanda
“Intentamos, por un lado, saber qué necesidades tiene que cubrir la empresa y, por otro, formar a la persona teniendo en cuenta sus capacidades y las demandas empresariales, todo orientado a que esa persona consiga una inserción laboral. Y está dando muy buenos resultados”, puntualiza.
Para reflexionar sobre lo expresado, corregir y optimizar recursos y acciones, hace unos días, la Cámara de Comercio de Santa Cruz de Tenerife acogió las III Jornadas Empresas con Corazón, organizadas por Cáritas, en las que se abordaron cuestiones como la responsabilidad social corporativa, la economía solidaria o la relevancia de la participación social de las empresas, entre otras cuestiones.
Acompañamiento
“Se trata de acompañar a las personas durante todo el proceso”, insiste el presidente, manifestando que no todos los que empiezan el trayecto formativo lo finalizan, por diferentes cuestiones, pero los que lo culminan ven un cambio en su vida.
“Imagina que, desde que se inician, mantienen y alimentan la ilusión de insertarse en el mercado laboral. Vienen de situaciones complicadas. Algunos cuentan con formación, pero no la tienen reconocida y no pueden trabajar. Otros no han tenido formación y la necesitan para acceder a un empleo. Cuando consiguen formarse y hacer prácticas en alguna empresa, quedándose finalmente contratados…, es esta la mejor ayuda que podemos darle”, subraya.
Es algo así como darles la caña y enseñarles a pescar. “Contar con un trabajo es lograr una independencia y la posibilidad de rehacer su vida”, comenta Rognoni. “Es empezar a reponerse sin necesitar la ayuda de nadie”, acentúa