El pasado jueves santo, un coche que zigzagueaba por la autopista arrolló a otros dos provocando un accidente en el que seis personas resultaron heridas, una de ellas grave, y que acabó implicando a un tercer vehículo en el choque. El accidente tuvo lugar en la vía TF-5, a la altura de la salida 19 y dentro del municipio de Tacoronte en Tenerife.
El coche que iba conduciendo temerariamente, un BMW M2 de color blanco, ha sido identificado como habitual del drifting, una técnica deportiva para circuitos controlados y prohibido en la vía pública pero que protagonizan con frecuencia noticias sobre conducción temeraria.
Derrapes controlados
El drift se conoce como derrape controlado y es una técnica de conducción en la que el coche pierde tracción en las ruedas traseras y se desliza lateralmente al tomar una curva. A diferencia del giro convencional, el vehículo avanza mientras derrapa, lo que requiere cierto control para evitar la pérdida total de dirección.
No hay que confundirlo con el trompo. Mientras que el primero es una técnica controlada y el coche no da una vuelta entera, el segundo es un giro completo sobre sí mismo, que normalmente se da de forma involuntaria porque el conductor pierde el control.
Propias competiciones
El drifting se originó en Japón en los años 70 y, hoy en día es una disciplina con sus propios campeonatos, como la Formula Drift en Estados Unidos o el D1 Grand Prix en Japón. Además de su uso en el deporte del motor, el drift ha ganado fama gracias a películas, videojuegos y redes sociales.
Aunque tiene su espacio en circuitos y eventos organizados, el uso del drift en vías públicas está prohibido por su peligrosidad y por el riesgo que implica, tanto para quien lo practica como para otros usuarios de la vía.
Quejas vecinales
Tanto esta actividad como las carreras ilegales son habituales de manera ilegal en diversas zonas de la isla de Tenerife, donde los vecinos llevan años denunciando enfrentarse prácticamente a diario con el problema que provocan.
La situación en muchos casos, va desde vehículos que circulan a alta velocidad por vías donde la máxima permitida es 50 kilómetros por hora, ruidos de tubos de escape, hasta derrapes desde por la tarde hasta altas horas de la noche.