Ya han salido voluntariamente la mayoría de las personas que vivían en el Grand Hotel Callao Sport, un hotel de Adeje, en el sur de Tenerife, que llevaba nueve meses ocupado de forma ilegal y que ha sido desalojado este miércoles,10 de diciembre, desde las 10 de la mañana.
Fuentes cercanas al operativo han indormado a Atlántico Hoy que el desalojo se ha realizado sin incidentes y que la inmensa mayoría de las personas que ocupaban ilegalmente el edificio se habían marchado por su propio pie a la hora prevista. "Solo quedaban 6 o 7 okupas cuando llegó la Guardia Civil", explican estas fuentes.
Desalojo voluntario
La Audiencia Provincial de Santa Cruz de Tenerife ordeno el desalojo a principios de noviembre y les dio de plazo a los okupas para salir de forma voluntaria hasta este miércoles. Se trata de más de 300 personas de múltiples nacionalidades, algunas familias con menores a cargo. En caso de que estas familias se nieguen a salir con los menores del edificio, tendrán que intervenir Servicios Sociales.
El hotel abrió sus puertas en 2009 y cerró en 2020, por la pandemia, cuando se puso en venta y empezó a ser ocupado de forma ilegal. La empresa propietaria del inmueble ha asegurado a la prensa local que ha agotado todas las vías y denuncia que la inseguridad que ha generado en el entorno ha hecho que se convierta en un problema social.
La cronología
La Audiencia ordenó el desalojo tras reconocer indicios de delitos como robos, tráfico de sustancias, hurtos y daños. La administradora de Construcciones Domasa, Margarita Domínguez, relató en su momento para El Día que el problema comenzó en febrero de 2025 como un intento de robo y agresión robque, en cuestión de horas, derivó en una "okupación masiva".
También manifestó que esta decisión llegaba “tarde, pero por fin llega”, y que durante todo este tiempo la familia ha seguido asumiendo gastos de luz, tasas municipales, hipoteca y seguridad privada, pese a no tener control sobre el hotel.
Daños en la propiedad: incendios
El riesgo dentro del edificio se evidenció especialmente con los dos incendios registrados durante los meses de ocupación. El más grave ocurrió en la madrugada del 14 de julio de 2025, cuando un fuego declarado en el interior del hotel dejó a dos hombres con quemaduras de gravedad e intoxicación por humo, uno de ellos en estado crítico, y a una mujer afectada de forma moderada.
La Guardia Civil detuvo posteriormente a un joven de 26 años como presunto autor del incendio, que, según los investigadores, fue provocado de manera deliberada y presentaba varios focos independientes. Este episodio confirmó las advertencias de los servicios de emergencia sobre las condiciones altamente inseguras del inmueble, donde se habían detectado conexiones eléctricas improvisadas, bombonas de gas y ausencia total de medidas de protección.
Un segundo incendio tuvo lugar hace apenas unos días, el 5 de diciembre de 2025, en la zona trasera del complejo, cerca de las antiguas canchas deportivas. Las llamas afectaron a diversos enseres y motivaron la intervención de bomberos de Guía de Isora y de Adeje. Aunque no hubo heridos, los primeros indicios apuntaron también a un origen intencionado.
Quejas de Ashotel
La patronal turística tinerfeña, Ashotel, mostró su preocupación desde los primeros meses de la ocupación y ha reprochado a las administraciones la falta de una respuesta rápida y coordinada. La patronal sostiene que la situación del hotel proyectaba una imagen negativa del destino turístico y que el deterioro del inmueble afectaba al entorno de Callao Salvaje.
La organización alertó además de que dentro del edificio se habían detectado condiciones de riesgo, como conexiones eléctricas improvisadas y uso de bombonas de gas, que podían derivar en incendios o accidentes graves. También señalaron la presencia de actividades ilícitas y episodios de inseguridad que afectaban tanto a los ocupantes como a los vecinos.
Ashotel insistió en que la ocupación del hotel no era únicamente un problema habitacional, sino un caso que vulneraba el derecho de propiedad y evidenciaba la falta de herramientas legales para actuar con rapidez. Por ello, reclamó una intervención urgente que permitiera recuperar el control del inmueble y restablecer la normalidad en la zona.
Los okupas
Algunos de los okupas han hablado con la prensa del momento en el que les llegó la notificación de desalojo, desde familias vulnerables a un hombre de Marruecos que lo tienen incluso más difícil para encontrar alquileres en la isla.
Una pareja con un bebé describió a El Día que golpearon en su puerta “como si fuera un allanamiento”, y les informaron de que cualquier objeto dentro del edificio después de la fecha límite será tratado como abandono y destruido. “No queremos resistir, pero si llega el día 10 y no encontramos nada, ¿dónde vamos? A la playa, a un barranco, donde sea”, dicen.