La brisa cálida del sur y el aroma de la cocina casera se mezclan en un rincón donde el tiempo parece avanzar más lento. Allí, entre risas de sobremesa, los platos llegan sin pretensiones, pero con una identidad que emociona.

La sencillez del servicio y el sabor potente de las recetas canarias dan forma a una experiencia que solo puede encontrarse en ciertos lugares que conservan su alma. Y es justo esa autenticidad lo que ha enamorado a uno de los chefs más reconocidos de las islas.

Un lugar con alma

El establecimiento que ha captado la atención del chef Juan Carlos Padrón, del restaurante con estrella Michelin El Rincón de Juan Carlos, no es otro que un guachinche 100% tradicional situado en el sur de Tenerife: Bodegon guachinche Cas Toñito. Él mismo lo dijo “está de escándalo”, refiriéndose a platos como el bacalao con calabaza y las garbanzas, elaboraciones que resumen el espíritu de la gastronomía isleña.

Ubicado en el Valle de San Lorenzo, en el municipio de Arona, este restaurante conserva el aspecto de los guachinches de antaño: sencillos, acogedores y dedicados a ofrecer comida casera canaria con productos de calidad y porciones generosas.

Comida con historia

El menú incluye desde entrantes clásicos como queso asado, croquetas o escaldón, hasta platos más contundentes como el costillar de cerdo a la miel, el secreto ibérico, el bacalao encebollado o la ropa vieja. También se puede acompañar con vinos locales, servidos a granel o por botella, tanto tintos de viticultores independientes como blancos afrutados de bodegas de la isla.

De postre, destacan el quesillo, la tarta de galleta o el postre de café, todos elaborados a diario de forma artesanal.

Ideal para repetir

El lugar es acogedor, accesible y familiar, con tronas para niños, terraza, jardín, buena atención y un amplio aparcamiento gratuito. La relación calidad-precio es otro de sus puntos fuertes: platos abundantes, bien cocinados y servidos con simpatía.

Este guachinche ha sido reconocido con un Solete de la Guía Repsol, y no es casualidad. Su cocina refleja la esencia de la gastronomía canaria sin artificios, lo que lo convierte en uno de los preferidos por los amantes del buen comer, incluidos chefs como Juan Carlos Padrón.