Imagen del Edificio Simón, una joya arquitectónica de Tenerife / AMV CONSTRUCCIONES
Imagen del Edificio Simón, una joya arquitectónica de Tenerife / AMV CONSTRUCCIONES

He pasado por delante de esta joya arquitectónica y no sabía que ahora es una tienda de perfumes

En la actualidad, alberga una tienda de perfumes, una función comercial completamente diferente a la original, pero que refleja cómo los edificios históricos pueden adaptarse a las necesidades contemporáneas sin perder su identidad

luna moya

En el centro de una de las ciudades más dinámicas de Canarias, se encuentra un edificio cuya historia y arquitectura pasan desapercibidas para muchos que transitan a diario por sus calles. Este edificio, una joya arquitectónica, fue construido en los años 30 del siglo pasado y rápidamente se convirtió en uno de los puntos más emblemáticos de la ciudad. Sin embargo, lo que pocos saben es que este edificio, que en su día fue un referente urbano, hoy alberga algo totalmente inesperado: una tienda de perfumes.

La restauración y la rehabilitación de este inmueble, que ha sufrido varias transformaciones a lo largo de los años, lo han devuelto a la vida. A pesar de ser conocido por muchos, muy pocos conocen en detalle la historia que se esconde detrás de sus paredes. Este edificio, además de su valor arquitectónico, tiene un pasado ligado a la ciudad y a un proceso de restauración que ha sido admirado por su complejidad y precisión.

El Edificio Simón

El Edificio Simón, diseñado por el arquitecto Antonio Pintor y Ocete en 1930, se construyó bajo el encargo de Bernardino Simón Belagay, quien le dio su nombre. Aunque el arquitecto tenía una visión diferente respecto al estilo que prevalecía en la época, fue el promotor quien finalmente impuso su criterio, eligiendo un estilo historicista influenciado por la cultura hindú. En un momento en el que la ciudad enfrentaba un problema de paro, el edificio se construyó rápidamente con el fin de proporcionar trabajo a los obreros y, para noviembre de 1931, el Edificio Simón ya se erigía como una referencia de la ciudad.

Este edificio, cuya construcción rápidamente se convirtió en un emblema del paisaje urbano de Santa Cruz, se encuentra estratégicamente ubicado entre la plaza y la calle homónima. Con el paso del tiempo, el Edificio Simón pasó a formar parte del patrimonio arquitectónico de la ciudad, a pesar de algunos inconvenientes iniciales, como el hecho de que la calle Candelaria, donde se encuentra, era muy estrecha para un edificio de tal envergadura.

Rehabilitación y modernización 

A lo largo de las décadas, el Edificio Simón sufrió diversos procesos de deterioro debido al abandono y a las remodelaciones realizadas sin tener en cuenta su valor histórico. Tras ser propiedad de diferentes instituciones como Maya y CajaCanarias, el edificio fue adquirido en los años 2000 por el Grupo Ideal de Shyam Aswani. Fue entonces cuando se comenzó una rehabilitación integral del inmueble.

La tarea no fue sencilla, ya que el grado de deterioro era elevado. El prestigioso despacho de arquitectos Equipo Olivares se encargó de la restauración, enfrentándose al reto de mantener la fachada original del edificio mientras se renovaba completamente el interior. Entre las reformas más destacadas se incluyó la demolición total del interior y la rehabilitación de la fachada, que fue sometida a un profundo proceso de restauración para devolverle su esplendor original. Este trabajo fue reconocido a nivel nacional por su complejidad técnica y la precisión con la que se preservaron los detalles arquitectónicos originales.

Un nuevo diseño para el futuro

Uno de los cambios más notables tras la restauración del edificio fue el rediseño de los escaparates de la planta baja. Utilizando mármol y madera de morera, se logró un diseño elegante y contemporáneo que combina perfectamente con la arquitectura histórica del edificio. Los escaparates ahora captan la atención de quienes pasan por la Avenida, destacándose como un elemento moderno dentro de un entorno histórico.

En la actualidad, alberga una tienda de perfumes, una función comercial completamente diferente a la original, pero que refleja cómo los edificios históricos pueden adaptarse a las necesidades contemporáneas sin perder su identidad. Este espacio sigue siendo un referente en la ciudad, no solo por su valor histórico y arquitectónico, sino también como ejemplo de cómo la rehabilitación urbana puede revitalizar el patrimonio mientras se le da un nuevo uso en pleno siglo XXI.