En Tenerife existen varios edificios abandonados que han quedado en el olvido. Es posible que muchos tinerfeños o visitantes que conducen por Santa Cruz se hayan encontrado de frente a uno muy especial. Sin embargo, y pese a su imponente figura, ha pasado desapercibido para muchos, aún siendo una construcción única en Canarias.
Se trata de una estructura vinculada a la historia agrícola y económica de España durante el siglo XX. Y, aunque lejos queda de cumplir su objetivo inicial, aún se puede ver de frente al conducir la carretera Autovía de San Andrés.
El antiguo silo de Tenerife
Ubicado en la carretera Autovía de San Andrés (TF-11), este antiguo silo de cereales es un vestigio de la Red Nacional de Silos y Graneros, un sistema de almacenamiento de trigo impulsado durante la dictadura franquista. Su construcción respondió a la necesidad de gestionar la escasez y el excedente de cereal, un problema que afectó a toda Europa tras la I Guerra Mundial.
Este silo pertenece al tipo P, una de las 20 tipologías de silos diseñadas en España, y es uno de los dos únicos de este tipo en el país, junto al de Málaga. Su ubicación en una zona portuaria lo convertía en un punto estratégico para el tránsito y almacenamiento de cereal, facilitando su distribución hacia otras islas.
@specialsixyt 🪦 La historia del silo abandonado de Santa Cruz de Tenerife #specialsix #islascanarias #canarias #tenerife #silo ♬ sonido original - specialsixyt
Una estructura imponente
El edificio destaca por su torre de almacenamiento, un sistema diseñado para evitar el esfuerzo manual en el transporte del grano. ¿Cómo funcionaba? El silo de Tenerife servía para almacenar grandes volúmenes de grano protegiéndolo de la humedad y de las plagas. Cuando recibía la cosecha, esta se descargaba en tolvas subterráneas y se elevaba mecánicamente hasta la parte superior del silo. Luego, en una cinta transportadora se distribuía el cereal en depósitos verticales. Finalmente, para distribuirlo, el grano se extraía desde la base, se envasaba o se cargaba en camiones, trenes o barcos.
Este sistema garantizaba la conservación del grano y evitaba su maduración prematura, asegurando su almacenamiento en condiciones óptimas.
El abandono tras la entrada en la Comunidad Económica Europea
El destino de este silo cambió en la década de 1980, cuando España ingresó en la Comunidad Económica Europea. Con la liberalización del mercado del trigo, estos almacenes dejaron de ser necesarios y muchos fueron reconvertidos en museos o espacios de arte urbano, como ocurrió en Castilla-La Mancha. Sin embargo, el silo de Santa Cruz de Tenerife no corrió la misma suerte y quedó en el abandono, testigo silencioso de una época clave en la historia agrícola del país.
