A pesar de que el origen de las Islas Canarias es volcánico, hasta 1997 no existía ningún tipo de vigilancia en el Archipiélago que pudiese determinar la existencia o no de actividad en el suelo. Fue a partir de la fecha señalada cuando, a iniciativa del Cabildo de Tenerife, se crea en el ITER un área científica con este fin, que se materializa, finalmente, en el año 2010 con la puesta en marcha del Instituto Volcanológico de Canarias, INVOLCAN.
Desde entonces, distintas investigaciones han favorecido la puesta en marcha de diferentes acciones, fruto de los estudios que se han realizado, entre estos, mapas de zonificación de la peligrosidad volcánica, programas multidisciplinares para la vigilancia volcánica y planes de emergencia, “lo que supone un auténtico compromiso de estar al frente de la investigación”, como así lo manifiesta el director de vigilancia volcánica de Involcan, Luca D’Auria.
Vigilancia
“Ahora mismo, es en Tenerife donde se encuentra el único volcán en el mundo que cuenta con tres instrumentos que tienen la capacidad de detectar pequeñas variaciones en el campo gravitatorio que pueden indicar movimientos del magma en profundidad”, destaca el científico, señalando estas herramientas como fundamentales para “adelantar lo más posible una alerta volcánica en caso de una posible erupción”.
Cuando se hace referencia a la vulcanología, diferentes expertos coinciden que la vigilancia de los volcanes no es fácil, algo que corrobora D´Auria, señalando la importancia de contar con instrumentos capaces de detectar “en poco tiempo y lo antes posible el aumento del magma”, lo que ofrece un soporte fundamental en caso de una futura erupción.
Simulacro
En cualquier caso, asegura el experto que hay que ser conscientes de la realidad de las islas y de la existencia de cierto peligro de erupción, lo que ha motivado a la corporación insular a poner en marcha estrategias de formación y prevención, como es el caso del próximo simulacro que tendrá lugar en el municipio de Garachico, entre el 22 y 26 de septiembre, con el fin de preparar a la población frente al riesgo volcánico.
La realización de este simulacro se hará en este municipio norteño porque es uno de los que están señalados en el mapa de peligrosidad volcánica, un documento que forma parte del Plan de Prevención Insular en la isla de Tenerife, y que muestra la zonificación por niveles crecientes, “aunque esto no significa que otros lugares, no marcados en el mapa, estén libres de una posible erupción. Esto es un mapa probabilístico”, indica, subrayando que “toda la isla de Tenerife debe estar preparada”.
Anomalías
Por otro lado, explica el director de Involcan que, generalmente, cuando un volcán empieza a producir anomalías se observan diferentes evoluciones, siendo lo más probable que “vuelva a la normalidad en un 80% de los casos, en un 20% estas anomalías se siguen incrementando hasta llegar a una erupción”.
“En la actualidad, Tenerife se encuentra con algunas anomalías, pero no implican en absoluto un movimiento de magma en profundidad”, subraya, añadiendo que “todos los enjambres sísmicos se tienen que achacar al sistema hidrotermal de la parte más superficial de la isla. No hay evidencia de movimiento de magma” y que “todo está dentro de la normalidad de un volcán activo”.
Está dormido, pero despertará
Partiendo de lo expresado, D’Auria ha querido enviar un mensaje de tranquilidad, aunque ha resaltado que “el sistema volcánico en Tenerife está dormido, pero antes o después despertará”, expresando su deseo de que sea lo más lejos posible.
Reseña el científico que Tenerife es una isla volcánica y debe desarrollar todas las herramientas necesarias para preparar a la población, teniendo en cuenta los planes que se han elaborado "porque el riesgo volcánico cada vez es mayor debido, sobre todo, a que cada vez se incrementa más la población y las zonas de desarrollo".
