Hay más de 47.000 especies amenazadas de extinción en el planeta, según la Lista Roja elaborada por la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN). De todas ellas, un 37 % corresponde a tiburones y rayas, muchas en riesgo crítico por la pesca excesiva. Paradójicamente, el ser humano ha sido responsable tanto de su declive como de la creación accidental de uno de los refugios más seguros para su supervivencia.
El caso más llamativo se ha dado en Canarias, donde una decisión urbanística ha derivado en la formación de un hábitat perfecto para uno de los tiburones más singulares y amenazados: el angelote.
@delphine.world By the way, the Teresitas bay of San Andres was once called the Pirate Bay until the Torre (tower) or Castillo (fort) of San Andres was built. It then helped not only to defend the main town Santa Cruz Tenerife against all kinds of pirates but also against Horatio Nelson the admiral from Great Britain who lost an arm in Tenerife. #playa #hotspots #traveltips #playadeterasitas #whattodointenerife #familybeach ♬ original sound - 🌍🌋 DELPHINE 🌋🌍
Tiburones entre bañistas
Este santuario no está oculto ni es inaccesible. Se encuentra en una de las playas más visitadas del Archipiélago: Las Teresitas, en el nordeste de Tenerife, a pocos minutos del centro de Santa Cruz. Aquí, el tiburón ángel, de cuerpo plano y hábitos discretos, ha encontrado un hogar desde hace décadas.
La reforma de la playa, que incluyó la creación de una escollera para suavizar el oleaje y la sustitución de la arena volcánica por arena blanca, generó las condiciones ideales para que estos animales se establecieran. Desde entonces, angelotes y humanos conviven sin incidentes. Se recomienda, eso sí, entrar al agua arrastrando los pies para evitar pisarlos por accidente.
Una experiencia única
Lejos del estereotipo del tiburón peligroso, el angelote no representa amenaza para las personas. Es una especie tranquila que, en esta zona, puede observarse incluso haciendo snorkel. Bucear junto a ellos es una experiencia exclusiva de Las Teresitas, convertida sin querer en santuario natural.
El lugar está bien comunicado: se puede acceder en guagua o en coche particular, y cuenta con aparcamientos y servicios. Sin embargo, los expertos insisten en la importancia de no dejar basura en la playa, ya que los residuos terminan en el mar, perjudicando un ecosistema que, sin proponérselo, los tinerfeños han ayudado a proteger.