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Prostitutas ejerciendo la prostitución./ ARCHIVO

La Policía libera en Tenerife a 8 mujeres de entre 18 y 25 años prostituidas ilegalmente

Los proxenetas las traían de Colombia engañándolas con falsas promesas de obtener muchos beneficios económicos

A. O.

La Policía Nacional ha liberado a ocho jóvenes, con edades de entre 18 y 25 años, que eran explotadas sexualmente en viviendas de alquiler vacacional ubicadas en la zona sur de Tenerife y utilizadas como pisos prostíbulos. Además, ha detenido a nueve personas relacionadas con una organización criminal dedicada, presuntamente, a la trata de seres humanos.

Se ha identificado a 36 mujeres explotadas, siendo ocho las liberadas, según ha informado este miércoles la Policía Nacional, en un comunicado en el que detalla que eran captadas en Colombia mediante falsas promesas de obtener mucho dinero ejerciendo la prostitución.

Deuda, explotación y condiciones inhumanas

Adquirían una deuda de 3.000 euros que debían saldar ejerciendo la prostitución 24 horas al día, los siete días de la semana, sin descanso y obligadas incluso estando enfermas de infecciones venéreas.

Hay nueve personas detenidas –los cinco principales responsables han ingresado en prisión provisional–, y se han realizado cinco entradas y registros de inmuebles, decretándose la clausura de dos de ellos.

Inicio de la investigación y estructura del clan

La investigación dio comienzo en 2024 a raíz de la declaración de una víctima, que alertaba de la existencia de una organización criminal que traficaba con mujeres colombianas para explotarlas sexualmente en pisos prostíbulo del sur de Tenerife.

Según la Policía Nacional, la organización criminal desmantelada, dirigida por un clan familiar compuesto por cinco ciudadanos de origen venezolano, se dedicaba a la captación y tráfico ilegal de mujeres colombianas muy jóvenes.

Captación en Colombia y viaje a Tenerife

Las mujeres, en situación de vulnerabilidad y precariedad económica, eran captadas por una colaboradora del clan familiar, que las convencía mediante falsas promesas de ejercer la prostitución en buenas condiciones.

Una vez aceptaban, el grupo criminal compraba los billetes de avión desde Colombia hasta Tenerife (vía Madrid) y les gestionaba un seguro de viaje y una reserva de hotel ficticia.

Entrada encubierta a España y llegada al prostíbulo

Antes de viajar a España, eran aleccionadas sobre cómo simular su entrada como turistas en el aeropuerto Adolfo Suárez Madrid-Barajas y recibían dinero en efectivo para justificar medios económicos en el control fronterizo.

Los miembros del clan las recibían en el aeropuerto Tenerife Norte, les retiraban el dinero entregado y las trasladaban directamente a uno de los pisos prostíbulo, donde comenzaban a ejercer la prostitución.

Disponibilidad permanente y control total

Las víctimas debían estar disponibles las 24 horas del día, los 7 días de la semana, con supuestas dos horas de descanso que no se cumplían. Si aparecía un cliente, eran obligadas a volver al piso.

El entramado les exigía fotografiarse semanalmente para publicar anuncios en internet, y si acudía un cliente, debían presentarse en ropa interior para que éste eligiera. No podían rechazar servicios ni clientes, sin importar su estado de higiene o embriaguez.

Condiciones de vida y expulsiones forzosas

Las mujeres pernoctaban en habitaciones compartidas, donde realizaban los servicios sexuales, incluso cuando estaban enfermas. Si no podían trabajar, eran expulsadas sin dinero ni lugar donde acudir.

El grupo criminal ejercía un férreo control mediante cámaras de videovigilancia, y recaudaba el 100% de los beneficios hasta que la deuda inicial se saldaba. Algunas llegaron a pagar hasta 9.000 euros, tres veces más de lo pactado.

Amenazas y coacción tras la huida

Algunas víctimas consiguieron huir, pero eran amenazadas a través de mensajería instantánea con daños a su integridad o a la de sus familiares en Colombia si denunciaban.

El clan familiar también se dedicaba a la venta de drogas, alcohol, y medicamentos para aumentar la potencia sexual, obligando a las mujeres a consumir sustancias si el cliente lo requería.

Blanqueo de capitales y cuentas bloqueadas

Las investigaciones revelaron que el entramado también se dedicaba al blanqueo de capitales y al fraude a las administraciones públicas, incrementando su patrimonio en España y Venezuela mediante la compra de bienes muebles e inmuebles.

Además, se han bloqueado 19 cuentas bancarias utilizadas por la organización para recaudar beneficios ilícitos.