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Imagen de Garachico, pueblo que enamora a National Geographic / HOLA ISLAS CANARIAS

El pueblo de Tenerife que sobrevivió a piratas y erupciones y ahora enamora al National Geographic

La revista 'National Geographic' ha destacado en varias ocasiones el valor patrimonial y paisajístico de este enclave, que en 1980 fue reconocido con la Medalla de Oro al Mérito en las Bellas Artes

En la costa norte de Tenerife existe un lugar que parece detenido en el tiempo. Garachico, con su centro histórico declarado Bien de Interés Cultural (BIC), combina la belleza de su arquitectura tradicional con el dramatismo de la naturaleza volcánica. Sus calles empedradas, sus casas solariegas y las cicatrices de la erupción de 1706 han dado forma a un municipio que hoy recibe a visitantes de todo el mundo.

La revista National Geographic ha destacado en varias ocasiones el valor patrimonial y paisajístico de este enclave, que en 1980 fue reconocido con la Medalla de Oro al Mérito en las Bellas Artes por la riqueza y conservación de su legado artístico.

De puerto próspero a villa arrasada

El origen de Garachico se remonta al siglo XV, cuando el banquero genovés Cristóbal de Ponte fundó la localidad y aprovechó su bahía natural para convertirla en el principal puerto de Tenerife. Desde allí partían cargamentos de vino malvasía y caña de azúcar hacia Europa y América, generando una prosperidad que se tradujo en iglesias, conventos y palacios que aún hoy forman parte de su paisaje urbano.

En ese contexto floreció incluso la protesta social: en 1666 se produjo el llamado Motín del Vino, un levantamiento popular contra los abusos de comerciantes ingleses que monopolizaban el comercio. Fue uno de los primeros gestos de resistencia económica de Canarias frente al poder extranjero.

La erupción que lo cambió todo

El 5 de mayo de 1706, el volcán Trevejo o Arenas Negras entró en erupción y durante 58 días arrojó coladas que descendieron hasta el mar. El resultado fue devastador: el puerto de Garachico quedó sepultado bajo la lava, lo que supuso el final de su etapa dorada como centro comercial de la isla.

Sin embargo, de aquella catástrofe nació uno de sus mayores atractivos actuales: Las piscinas naturales de El Caletón, formadas por la interacción entre la lava y el océano. Estos charcos interconectados son hoy un espacio de ocio costero que conserva la huella geológica del desastre.

Patrimonio con historia

Pasear por Garachico es recorrer páginas vivas de la historia de Tenerife. En la Plaza de la Libertad se concentran varios de sus hitos arquitectónicos: el quiosco modernista, la Casa-Palacio de los Condes de La Gomera, con su fachada de piedra oscura, o la parroquia de Santa Ana, fundada en 1520 y reconstruida tras la erupción. En su interior destaca la talla mexicana del Cristo de la Misericordia, realizada por artesanos tarascos en el siglo XVI.

En los alrededores, la Casa de la Cultura ocupa el antiguo convento franciscano de San Francisco, mientras que el convento de la Inmaculada Concepción guarda en sus muros la tradición repostera de las monjas, que aún elaboran dulces artesanales.

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El recuerdo del puerto perdido

Quien visita el Parque de la Puerta de la Tierra puede contemplar un arco de piedra que perteneció al desaparecido puerto. Es uno de los pocos restos que sobrevivieron a la lava y hoy funciona como memoria viva de aquel pasado esplendoroso. Cada cinco años, el pueblo revive ese episodio con las Fiestas Lustrales del Cristo de la Misericordia, donde los Fuegos del Risco recrean la erupción lanzando bolas de fuego desde la montaña.

Otro de los emblemas es el Castillo de San Miguel, edificado en 1577 para defender el puerto de ataques corsarios. Su torreón cuadrado de piedra volcánica sigue en pie, convertido en Centro de Información Patrimonial, donde paneles y maquetas explican la historia local.

Garachico hoy

Visitar Garachico es descubrir cómo un pueblo puede renacer de la tragedia y convertir la adversidad en belleza. Su centro histórico, sus conventos y plazas, la frescura de sus piscinas naturales y la omnipresencia del Roque lo convierten en un lugar imprescindible para quienes recorren el norte de Tenerife.

Como subraya National Geographic, pocos pueblos en Canarias logran reunir en tan poco espacio una mezcla tan rica de patrimonio, naturaleza y memoria volcánica. Garachico no es solo un destino: es un relato de resistencia y de identidad insular frente al paso del tiempo y la fuerza de la tierra.