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Tenerife

El secreto de Bodegas Monje: fusión entre vinos e innovación que conquista a Europa desde Tenerife

Atlántico Hoy entrevista a Felipe Monje, dueño de la única bodega de España que se encuentra en el 'top 12' de las mejores experiencias en bodegas por la revista británica Decanter, especializada en el sector vitivinícola

5 minutos

Felipe Monje, dueño de las Bodegas Monje. / Alba Marichal (AH)

El trabajo incesante en la innovación y la combinación de experiencia bajo la degustación de los vinos ha llevado a la tinerfeña Bodegas Monje a ser considerada entre las 12 mejores bodegas de Europa para visitar. La conocida revista británica especializada en el sector vitivinícola, Decanter, ha destacado que Bodegas Monje ofrece una ''experiencia maravillosa'' y mucho más que vino. 

Se trata de una bodega familiar construida en 1956 y cuya historia como productores de vino se remonta al año 1790. Está ubicada en la privilegiada zona de ''La Hollera'', en el municipio de El Sauzal, con vistas al Teide y a la costa. Bodegas Monje ofrece a sus clientes todo tipo de experiencias basadas en la apuesta por el enoturismo, desde las más sugerentes como el Wine&Sex, pasando por la historia con el encuentro Ley Seca, hasta sus visitas guiadas y catas, incluso una cata sumergida única en el mundo. Su constante trabajo de buscar nuevas fórmulas para atraer al público, mezclando la tradición vitivinícola con las nuevas experiencias, les ha posicionado en Europa como un punto clave de la innovación.

Felipe Monje, actual dueño de la bodega, comenta a Atlántico Hoy lo que ha supuesto este reconocimiento para él, su experiencia durante la época de pandemia y los difíciles años que le deparó la crisis del 2008, así como los proyectos futuros para Bodegas Monje o la preocupación ante la escasez de relevo generacional y falta de valor del vino canario por parte de un público más joven. 

Un reconocimiento mundial

La bodega fue construida en el año 1956 y modernizada en 1983, y contiene una capacidad para 160.000 litros de vino. En ella, como explica Felipe, se dispone de los antiguos toneles de roble donde se continúa fermentando y criando el tinto tradicional. Actualmente, los vinos están amparados bajo la Denominación de Origen Tacoronte-Acentejo. Con más de 15 tipos -y su producción de vinagres o sales entre otros- algunas ediciones están etiquetadas con la obra de varios artistas de prestigio como Óscar Domínguez o César Manrique. Además, como dato destacable, Estados Unidos se posiciona como el mercado al que más exportan el vino.

El pasado 19 de agosto, la conocida revista británica especializada en el sector vitivinícola, Decanter, incluyó a Bodegas Monje entre las 12 mejores experiencias de Europa, siendo la única de España y Canarias respectivamente. La publicación valoraba como excelente todas las actividades que ofrece la bodega, como por ejemplo el taller de mojos, sus brunch o picnics. 

Monje asegura que este reconocimiento significó mucho la bodega, y añade que desde entonces ha recibido algunas llamadas y propuestas. ''Estamos muy orgullosos del reconocimiento. Antes también teníamos proyectos en mente, pero tras la publicación hemos notado un poco más de movimiento y curiosidad por conocernos, sobre todo países extranjeros''.

Todas las variedades de vinos de Bodegas Monje. / Alba Marichal (AH)

Más que una bodega 

La experiencia de Bodegas Monje supone mucho más que acudir a un espacio para beber vino. Felipe Monje explica que poseen una serie de eventos y actividades para diferentes tipos de público que han posicionado su bodega en el marco de la innovación. Entre ellos se encuentra el destacado y atrevido Wine&Sex, que reúne durante cuatro veces al año -el próximo de ellos en octubre- a un centenar de personas para vivir una noche marcada por un ambiente pasional y erótico bajo la cata de vinos.

El cuidado del medio también es una parte importante para el desarrollo de la bodega. De hecho, otro de sus destacados proyectos es Vinotinte, que se trata de que el cliente cree sus propias prendas de 'ecoprints', utilizando todo lo que se obtiene de la vid, para teñir tejidos de forma natural, todo ello de la mano de la artista Nathalie Leturcq. 

Por otro lado, uno de los eventos más llamativos es el Ley Seca Gastroteatro, ya que los asistentes pueden teletransportarse al pasado viviendo el ambiente de un Speakeasy, que eran los clubes clandestinos de Estados Unidos durante la Ley Seca, a través de una obra de teatro y con una vestimenta acorde a los años 20. Cerca del Club del Vino, donde se desarrollan los eventos, también se encuentra el Espacio Cultural Monje, donde comparte sitio con la sala de barricas en la que maduran los vinos de crianza y se desarrollan diferentes actos como exposiciones. Asimismo cabe destacar que trabajan en su propia cerveza artesanal, llamada Enoloca. El cliente canario es muy fiel a la bodega, y de hecho supera al visitante extranjero. Monje destaca que tiene un sector de personas que repiten las experiencias o intentan acudir a todas. ''Vienen por primera vez, les gusta y vuelven'', subraya. 

Asimismo cuentan con un restaurante con diferente oferta gastronómica donde utilizan más de un 90% de productos de origen local. Además ofrecen una experiencia de catas y degustaciones o visitas guiadas por las bodegas para los clientes. En cuanto al restaurante, Felipe Monje señala que fue una de las épocas más difíciles, ya que la reforma del inmueble se realizó en época de la crisis económica del 2008, a lo que se añadió que el interés por el restaurante tardó en coger impulso. Ahora, es un no parar.

Imagen del Club del Vino. / Alba Marichal (AH)

''La pandemia nos ha beneficiado''

A diferencia de lo que ha supuesto para muchos negocios, Felipe Monje asegura que la pandemia no supuso ningún problema para su negocio. ''Cuando comenzó la pandemia tuvimos bastante miedo porque no sabíamos qué depararía el futuro debido al cierre. Cuando pudimos abrir con las restricciones, gracias al asesoramiento de una experta en estos asuntos, podíamos saber qué hacer y que no en cuanto a las restricciones''. 

Asimismo, el entorno en el que se desarrolla Bodegas Monje les brindó una gran ayuda. ''Tener una terraza nos facilitó la situación, y depende de las inclemencias del tiempo podíamos hasta poner una carpa para techar la zona y que no afectase al cliente. Tuvimos muchísima demanda de brunch y almuerzos'', asegura. 

De hecho participan dentro del proyecto Canary Wine Route con el objetivo de agrupar toda la oferta de Enoturismo de Canarias. ''Empezamos en julio. Es un canal de ventas más donde participa el producto local de la mano con el vino. Nos ha beneficiado''. 

Falta de relevo generacional 

Canarias se enfrenta a un preocupante abandono de terrenos para cultivo de la uva. Felipe Monje resalta la gravedad de la situación, sobre todo ante la escasez de relevo generacional en el sector vitivinícola. En este sentido, Monje cree que todavía queda mucho que hacer para poner en valor el producto canario, sobre todo el vino, señalando que, en su opinión, se trata de una cuestión sociológica. 

''Muchas personas, sobre todo jóvenes, no terminan de valorar el vino local. Creen que acudir a un bar o a un restaurante en la zona metropolitana y pedir un vino de fuera es mejor, porque lo consideran como algo bueno y económico. Y claro que son vinos buenos, pero el vino de las Islas no se queda atrás, y vale ese precio medianamente 'elevado' porque es de muy buena calidad'', expresa. 

Viñedos de Bodegas Monje. / Alba Marichal (AH)

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