Tayri, Domingo y Tomás: cuando el trabajo te expone a un agente cancerígeno y la enfermedad aparece

Hasta siete trabajadores del tranvía de Tenerife han presentado enfermedades que relacionan directamente con la inhalación del polvo de sílice, aunque la mutua no ha querido considerarla como enfermedad profesional

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Domingo, a la izquierda, y Tomás, a la derecha, dos de los siete trabajadores que han presentado calcificaciones en lo pulmones que atribuyen al polvo de sílice.  ATLÁNTICO HOY
Domingo, a la izquierda, y Tomás, a la derecha, dos de los siete trabajadores que han presentado calcificaciones en lo pulmones que atribuyen al polvo de sílice. ATLÁNTICO HOY

Tomás, Domingo y Tayri viven con miedo a un futuro diagnóstico. Ellos son tres de los siete trabajadores para Metropolitano de Tenerife expuestos al polvo de sílice, un agente cancerígeno que usa el tranvía para su frenado y arranque, que ya han presentado calcificaciones en los pulmones. Esta exposición, según denuncian tanto los afectados como los representantes sindicales, ha sido la causante de la enfermedad, sin embargo, la mutua no les ha reconocido la enfermedad profesional. 

Tomás y Domingo llevan trabajando para el tranvía de Tenerife desde 2006, pero Tayri solo lleva dos años. Los tres están expuestos de forma continua al agente cancerígeno, ella a través de la empresa subcontratada para la limpieza, y ellos a través de diferentes labores de mantenimiento. 

El diagnóstico

“Estamos cerca de la arena las 8 horas de trabajo, día a día”, señala Domingo, hecho por el que relaciona directamente a este producto como causante de su enfermedad, aunque el Cabildo de Tenerife lo niega. Él fue el segundo trabajador del tranvía al que se le notificó la enfermedad, el 15 de junio. La primera fue una trabajadora de la empresa contratada para la limpieza, el 22 de mayo. 

Fueron temerosos al médico al estar expuestos al polvo de sílice. A través de radiografías y tacs les detectaron que se habían formado diferentes nódulos y calcificaciones en sus pulmones, lo que podría ser neumoconiosis por sílice o silicosis. Nada es seguro ahora pero temen la posibilidad de que su situación derive en un cáncer de pulmón. 

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Miedo al futuro

“El temor mío es que hoy me siento bien pero no sé si en unos años esto puede acarrear una cosa más grave”, comenta Tomás. Es el mismo sentimiento que el de Domingo quien expresa su nerviosismo por los futuros diagnósticos, especialmente por su familia. Mientras la incertidumbre reina están a la espera de que en los próximos meses repitan las pruebas para conocer cómo han evolucionado los nódulos. 

Según explica Tomás, ya llevan meses trabajando con medidas de prevención como mascarillas y trajes especiales para evitar la exposición, pero llegan tras estar 17 años expuesto. “Cuando tienes las calcificaciones no se van a eliminar, lo tienes ahí lo que tiene que darse la circunstancia es de que no vaya más”, lamenta.

Una enfermedad laboral

Desde 2017 la Unión Europea considera el polvo de sílice como un agente cancerígeno. En España, de los medios de transporte que lo usan solo el metro de Bilbao ha conseguido sustituirlo, cuestión que también piden los trabajadores del tranvía de Tenerife. Por el momento, se ha licitado a la empresa Alstom la redacción de un informe para su sustitución. Pero mientras la lucha que mantienen es otra: el reconocimiento de esta enfermedad como profesional. 

Parada del tranvía de Trinidad. / ATLÁNTICO HOY
Parada del tranvía de Trinidad. / ATLÁNTICO HOY

La Mutua de Accidentes de Canarias no les ha reconocido que la causa de las calcificaciones sean una consecuencia de la exposición al polvo de sílice, cuestión que han denunciado, porque, según asegura el técnico de prevención de riesgos laborales de Metropolitano de Tenerife, Jonay Acosta, los reconocimientos de enfermedades profesionales son difíciles de conseguir. 

Sin el reconocimiento 

Desde el Cabildo de Tenerife defienden que "la relación que se hace entre la presencia de polvo de arena de sílice y las afecciones que se refieren a trabajadores de Metrotenerife no se sustentan en ninguna de las valoraciones médicas realizadas por las entidades especialistas en salud laboral, que son las únicas competentes en declarar una enfermedad profesional". También aseguran que la empresa "se preocupa" por esta cuestión. 

Sin embargo, Acosta ha afeado que se quiera buscar otras causas de estas enfermedades y denuncia que la falta de vigilancia en la seguridad laboral ha dejado “en una situación de indefensión tanto a los trabajadores como la ciudadanía”. Por ello, centran sus reclamos a Metropolitano de Tenerife a que evalúe la exposición que tienen los trabajadores, para tomar primero las medidas preventivas necesarias y para que los empleados con mayor exposición puedan realizarse las pruebas pertinentes, ya que el miedo es que no solo sean siete los trabajadores afectados. Desde el Cabildo mantienen que las evaluaciones se han venido realizando. 

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