Tenerife arranca una nueva etapa en el tratamiento de residuos 37 años después

Este 1 de julio se pone en marcha el nuevo contrato récord adjudicado a la UTC Nivaria durante los próximos tres lustros

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El consejero de Desarrollo Sostenible y Lucha contra el Cambio Climático del Cabildo insular, Javier Rodríguez, y una planta de bioestabilización del Complejo Ambiental de Tenerife. / AH
El consejero de Desarrollo Sostenible y Lucha contra el Cambio Climático del Cabildo insular, Javier Rodríguez, y una planta de bioestabilización del Complejo Ambiental de Tenerife. / AH

Este viernes ha comenzado a funcionar el contrato histórico de 400.000 millones de euros (concretamente, 397.475.058,94 euros) adjudicado por el Cabildo de Tenerife a la UTE Nivaria (Urbaser-FCC) para el tratamiento de residuos en la Isla, caldo de polémicas perenne por el sistema que se mantenía en funcionamiento, fechado el 1 de enero de 1985, y gestionado por la empresa UTE Vertresa (Urbaser-FCC).

Un contrato, el de 1985, de prestación y tratamiento de residuos de la isla de Tenerife en el que los municipios tienen la competencia de recogida y depósito en plantas de transferencias, desde donde el Cabildo se los lleva al complejo medioambiental de Arico.

 

 

Contrato ambicioso

“El nuevo contrato es uno de los más ambiciosos de España y en línea con lo que establece Europa”, explica para Atlántico Hoy el consejero de Desarrollo Sostenible y Lucha contra el Cambio Climático del Cabildo insular, Javier Rodríguez. “Es una transformación completa del contrato anterior, donde se plantean inversiones por valor de más de 50 millones de euros para actualizar todas las infraestructuras de nuestras plantas”, añade.

En este sentido, Rodríguez contempla que “en un mundo ideal” no existiría una parte del complejo que se llama “planta de tratamiento mecánico o planta todo en uno”, que es la que recupera el material que la ciudadanía no separa en origen, uno de las patas principales sobre la que se sostiene el caos del tratamiento de los residuos.  Actualmente, esta planta tiene un porcentaje de recuperación de un 3%. “El objetivo es ampliar ese porcentaje al 40%”, apuesta el consejero.

Más de 30 millones para la separación en origen

Otra de las “grandes fortalezas” de este contrato precisamente es la investigación y el desarrollo para luchar contra esa ‘pata’ mencionada. “Vivimos en un territorio aislado y limitado y no nos podíamos permitir seguir otros 15 años generando residuos”. Por eso, el contrato contempla una dotación económica de más de 30 millones de euros para proyectos de investigación y desarrollo con centros punteros y universidades canarias para “desarrollar proyectos de una gestión más eficaz de nuestros residuos”.

Además, Javier Rodríguez explicó que también se centrarán en un nuevo modelo de las plantas de transferencias. “Van a dejar de ser centros de transferencias y van a ganar autonomía y entidad y pasar a ser centros logísticos”. Asimismo, concretó que “todo va en línea de dejar de enterrar un mayor volumen de residuos y reutilizar esos residuos, la base de la economía circular”.

Siete años sin contrato

Anteriormente al contrato de 1985, había 200 vertederos ilegales en Tenerife y “no había estrategia de ningún tipo”, critica el actual consejero de Desarrollo Sostenible y Lucha contra el Cambio Climático. “Cuando llegaban a cierta altura se les prendía fuego y se hacían desaparecer los residuos”, recuerda.

A mitad de los años 80, el presidente insular de entonces, José Segura Clavell, decide terminar con estos vertederos y establece esta estrategia que se apoya en diferentes plantas de transferencia y pivota en torno al complejo ambiental de Tenerife. “Ese contrato terminó el 31 de diciembre de 2014 y desde el 1 de enero de 2015, el Cabildo de Tenerife ha estado prestando este servicio sin tener el paraguas administrativo que requiere un contrato de esta entidad. Estábamos fuera de contrato y se estaba prestando por ser un servicio esencial para la isla”, espeta. “Era un problema administrativo de carácter grave del viejo contrato”, añade.

Quiebro energético

El otro de los problemas, según comparte Javier Rodríguez, del contrato de 1985 es que no respondía a las expectativas de una administración pública como el Cabildo de Tenerife, “que tiene la vocación de conservar nuestro entorno”.

Así, apunta que “llevamos más de 35 años enterrando residuos y esto es un quiebro energético. Hoy en día gozamos de tecnología que permite transformar los residuos en nuevos recursos, la piedra angular de la economía circular, pero el contrato del 85 no lo recogía”.

Críticas y el PTEOR

A pesar de la nueva andadura de Tenerife en el tratamiento de residuos desde este viernes, no pocas son las voces críticas con el contrato, pues creen que apenas modifica en esencia lo que ya se viene haciendo durante más de 30 años, recordando que en 2009 hubo consenso con el Plan Territorial Especial de Ordenación de los Residuos (PTEOR) y que habría que retomarlo. “Se está redactando el nuevo plan, pero no sé cuándo va a estar”, aclara Rodríguez, negando que recuperar el PTEOR sea una opción.