El silencio en el sur de Tenerife parecía interrumpirse solo por el murmullo de una pequeña brisa. Sin embargo, tras las puertas de un antiguo complejo turístico, late una realidad inesperada. Lo que antaño fue un hotel de cuatro estrellas se ha convertido en un símbolo de la crisis habitacional que atraviesan las islas.

El creador de contenido canario @specialsixyt decidió acercarse con su cámara para documentar la vida en el Grand Hotel Callao, un recinto de grandes dimensiones cerrado desde la pandemia y que hoy alberga a centenares de personas.

Una visita sorprendente

El tiktoker reconoció su sorpresa desde el primer momento. “Hemos visto coches entrando y saliendo y lo que vemos es que podrían ser perfectamente vecinos de nuestro barrio”, relató. Su visita reveló una tranquilidad inesperada en la zona, acompañada por un detalle aún más llamativo: la luz seguía encendida en muchas de las estancias del complejo, prueba de que el suministro eléctrico continuaba activo.

No se trataba de un ambiente hostil ni de tensión en las calles aledañas, sino de un lugar donde estas personas intentaban seguir adelante en medio de circunstancias adversas.

Voces en primera persona

Lejos de limitarse a la observación, el creador aprovechó su plataforma para lanzar un mensaje social. “Aquí hay personas honradas, personas que trabajan, personas que no se pueden costear un alquiler en Canarias porque recordemos que está carísima la vivienda en las islas”, explicó en su publicación.

Sus palabras reflejan una realidad conocida: el alto precio de la vivienda en Canarias, especialmente en las zonas turísticas del sur de Tenerife, que expulsa a muchos residentes hacia situaciones extremas.

El origen de la ocupación

Según relató el diario El País, todo comenzó el 17 de febrero. Aquel día, cuatro hombres lograron acceder al complejo, reventando las cámaras de videovigilancia y los sistemas de seguridad del edificio principal. En cuestión de minutos, se hicieron con el control de un recinto con dimensiones equivalentes a cuatro campos de fútbol.

La administradora del hotel, Margarita Domínguez, recordaba la escena. Cuando los primeros agentes de la Guardia Civil llegaron al lugar, ya no eran cuatro, sino doce los presentes. Dos fueron detenidos, otro consiguió huir. Para la responsable, no hay duda: “Tuvo que ser algo perfectamente organizado”.

@specialsixyt 🏨 La historia del hotel de 4 estrellas del sur de Tenerife que fue okupado por centenares de personas: el Grand Hotel Callao #specialsix #tenerife #urbex #okupas #islascanarias ♬ sonido original - specialsixyt

De cuatro a cincuenta

Lo que comenzó con un reducido grupo creció en apenas unos días. A las 72 horas de la primera irrupción, más de cincuenta personas ya se habían instalado en el Grand Hotel Callao. El edificio llevaba cerrado desde octubre de 2020, incapaz de recuperarse de la crisis provocada por la pandemia, y quedó así convertido en un improvisado refugio para quienes no pueden afrontar un alquiler en la isla.

La ocupación de este complejo no solo ha despertado titulares por su espectacularidad, sino que también ha abierto un debate sobre el futuro de la vivienda en Canarias. La visita del tiktoker, con su tono cercano y sus reflexiones, ha contribuido a humanizar un tema muchas veces tratado únicamente desde la óptica legal o de seguridad. El contraste entre el lujo perdido de un hotel de cuatro estrellas y la precariedad de quienes lo habitan refleja la grieta social de un territorio donde el turismo sigue creciendo, pero los residentes luchan por mantener un techo digno.

Más allá del caso

El Grand Hotel Callao se ha convertido en un símbolo, no solo de lo que ocurre en Tenerife, sino del pulso entre el modelo turístico y las necesidades de los habitantes de las islas. Lo que para algunos es un delito, para otros es la única salida posible en un contexto donde acceder a la vivienda se ha vuelto casi imposible.

El testimonio de @specialsixyt resume esa paradoja: un lugar que debería estar vacío, en silencio, late ahora con la vida cotidiana de personas que podrían ser, como él mismo dijo, los vecinos de cualquier barrio de Canarias.