Con la llegada del verano, las quejas de los usuarios del Tranvía en Tenerife se han intensificado notablemente. Cada día, en redes sociales y en conversaciones cotidianas, son cada vez más frecuentes los testimonios de viajeros que enfrentan condiciones cada vez más difíciles durante sus desplazamientos.
La situación se agrava en horas punta y en los momentos de mayor calor, cuando la demanda se dispara y el servicio no siempre logra responder adecuadamente.
Cambios poblacionales
Hasta hace unos años, julio y agosto eran los meses preferidos para las vacaciones, cuando muchas ciudades se vaciaban y muchas empresas cerraban sus puertas. Sin embargo, estos patrones están cambiando hacia junio o septiembre, según señala el Informe Verano 2025 de Observatur.
Esto implica que la afluencia turística y residente continúa siendo elevada durante todo el verano, sumándose a una población local que sigue trabajando en estos meses -como recordaba Pepe Mujica: “Aunque el guerrero tiene derecho a su descanso”, muchos siguen en activo.
Verano activo
Lo cierto es que en Tenerife una gran parte de la población sigue trabajando en los meses de estío y haciendo uso del transporte público para desplazarse a sus puestos de trabajo, como el resto del año. Y todos o casi todos hacen uso del transporte público, ya sean los servicios de guaguas como del tranvía, en el caso de Tenerife.
Aunque se piensa que en estos meses la cantidad de viajeros disminuye porque no hay actividad educativa, la verdad es que estos mismos menores y jóvenes hacen uso del transporte público para trasladarse a playas y piscinas, principalmente. El tranvía en este tiempo de estío también es utilizado para la movilidad de grupos de niños y niñas que disfrutan de los campamentos de verano.
Mayor demanda
Lo expresado refleja que, al menos visualmente, la demanda de usuarios del transporte público sigue siendo la misma o, incluso, mayor porque es un hecho que en los últimos años la población en las islas ha aumentado y con ella los clientes potenciales del tranvía, entre otras cosas porque el transporte es “gratis”.
Por otra parte, son muchos los usuarios y usuarias de este medio de transporte que no entienden que la frecuencia de paso se siga ampliando con la llegada del verano, año tras año, como si las condiciones poblacionales fuesen las mismas de cuando se inauguró aquel 2 de junio de 2007.
Vagones masificados
Actualmente, durante los días de verano, el tranvía ha espaciado su frecuencia desde los 7 minutos de espera en la mañana hasta los 15 minutos de las primeras horas de la tarde y así hasta la finalización del servicio a medianoche, lo que sigue provocando la misma saturación de personas que en cualquier otra época del año entre los que van o vuelven.
Cada vez es más frecuente subir a los vagones repletos de personas y, en ocasiones, comprobar que no hay ni siquiera aire acondicionado, lo que eleva aún más el malestar de quienes han optado por esta forma de movilidad.
Quejas
“Hoy he bajado en tranvía desde La Laguna a Santa Cruz. El Tranvía a tope de pasajeros, entre ellos personas mayores y niños. Y sin aire acondicionado”, se queja un usuario, preguntándose “¿Qué forma es esta de tratar a la ciudadanía?”. “Es inhumano, solo somos números para los que gobiernan”, expresa otro.
“De auténtica vergüenza los horarios del tranvía. Abarrotado, tiempos de espera enormes en plena hora punta y ni siquiera parece que funciona el aire acondicionado, debemos estar a 35 sudando literalmente la gota gorda en plena ola de calor”, es otro de los comentarios.
Mejorar el servicio
Si a las desventajas de viajar en verano en un transporte público lleno hasta la bandera, con temperaturas que rozan los 30 grados y con el aroma a sudor en muchas ocasiones, se le suma la falta de aire acondicionado, “ya es para denunciar”, como expresan algunos viajeros en sus redes sociales.
En definitiva, la combinación de horarios insuficientes, vagones saturados y condiciones incómodas está afectando seriamente la experiencia diaria de miles de usuarios, dejando patente la necesidad urgente de mejorar un servicio esencial para la movilidad.
