La pandemia de la covid-19 ha echado por tierra numerosas expectativas personales. De un modo u otro, prácticamente todos los negocios han sufrido las consecuencias del estado de alarma, pero mientras algunos comienzan a ver la luz al final del túnel, para otros sectores la incertidumbre sigue reinando y son más las incógnitas que los avances hacia la 'nueva normalidad'.
El mundo de la fotografía y los servicios que orbitan alrededor de celebraciones sociales como bodas, comuniones, conferencias y graduaciones se han visto especialmente afectados. La mayoría de esos eventos han sido pospuestos o cancelados y el futuro de sus negocios sigue presentándose difuso.
El desconocimiento de cómo va a evolucionar la situación, la imposibilidad del teletrabajo, el miedo a un rebrote o a los condicionantes que se aplicarán a estos actos de ahora en adelante afectan notablemente a sus agendas de clientes. Esta situación ha sido de gravedad para muchos negocios que se siguen enfrentando a gastos mensuales fijos, con miedo de que en esta ocasión, quizás, toque cerrar tu actividad hasta otro momento, pese a las diversas crisis previas superadas. Mientras se despeja el panorama, muchos ya han tenido que decir adiós o, al menos, hasta luego, a los trabajos, talleres, exposiciones, eventos o nuevos proyectos que tenían previstos para buena parte del año.
Asimismo, según una encuesta realizada por Bodas.net, más del 90% de las de las parejas que tenían previsto celebrar su boda de aquí a los próximos meses ha pospuesto el enlace para la segunda mitad del 2020 o, en un 8% de los casos, a 2021.
Por este motivo, en el medio digital canario AtlánticoHoy hemos querido hablar con algunos profesionales del sector para que nos cuenten cómo está afectando la delicada situación provocada por el COVID-19 en este ámbito a corto y medio plazo.
El fotógrafo Sergio Montesino | SERGIOMONTESINO.ES
Sergio Montesino lleva más de 20 años contando historias a través de la fotografía, pero ahora la profesión le ha llevado a enfrentarse a un verdadero rompecabezas. "Creo que ya nada va a ser como antes", comenta este profesional que mantiene que "la incertidumbre lo ha marcado todo".
"Los fotógrafos estamos en tierra de nadie. Desde el día 1 podemos ir al estudio, pero no atendemos clientes porque no vienen, pues prefieren esperar. Así que no tenemos derecho a ayudas, pero tampoco hay movimiento de clientes." Aclara que "estos días, además, toda actividad ha sido con cita previa "y los clientes se lo piensan más".
El miedo al rebrote sigue limitando la vuelta a la normalidad de los fotógrafos. En este punto de la pandemia, "la mayoría no está tranquilo planteándose una sesión con un recién nacido, u otro tipo de trabajos similares, por lo que notamos el bajón también en ese sentido", explica.
"Los fotógrafos estamos en tierra de nadie. Desde el día uno podemos ir al estudio, pero no atendemos clientes porque no vienen"
Son muchos los afectados por esta complicada situación en el sector, pero pocos lo cuentan de una forma que llega tanto al corazón como los profesionales de Foto Antonio Estudio, un negocio familiar que va por la tercera generación de profesionales de la fotografía y que lleva más de 40 años asentado en Candelaria (Tenerife):
Antonio Hinojosa fundó la empresa en octubre del año 1977. Hoy en día llevan la empresa su hijo, Juan Antonio Hinojosa, más técnico y experimental, y su nieta, Mónica Hinojosa, un alma joven y creativa, tal y como ellos se definen.
"Es la peor crisis que hemos pasado. El problema está en cómo reconducir esto", asegura Antonio, quien está deseando ponerse a sacar fotos cuanto antes.
"Todo ahora es un poco complicado. Llevamos un poco de tiempo retomando el contacto con nuestros clientes, especialmente los que estaban pendientes de un contrato. Comprobando si las bodas precontratadas van a seguir adelante", comenta el progenitor.
"Habíamos arrancado 2020 con mucha ilusión y mucha alegría, con muchas fechas reservadas para reportajes de boda y demás trabajos que íbamos a realizar. Muchos de ellos se vinieron abajo y otros aún no sabemos si seguirán." "No os imagináis las ganas de fotografiar que tenemos, tanto mi padre como yo", aseguran.
Con respecto a las comuniones, lamenta que hayan sufrido un parón absoluto. "Todo lo programado con el estudio se ha cancelado casi totalmente". Su baza ahora es centrarse en la higiene, ofreciendo todas las garantías de seguridad para sus sesiones de estudio, aunque las de exteriores sean más demandadas.
"Es la peor crisis que hemos pasado. El problema está en cómo reconducir esto", asegura Antonio, quien está deseando ponerse a sacar fotos cuanto antes.