Daniel Pérez Estévez ha publicado su tercera novela, donde abordar la influencia del caciquismo en la historia de Canarias.
Daniel Pérez Estévez ha publicado su tercera novela, donde abordar la influencia del caciquismo en la historia de Canarias.

Daniel Pérez: “El caciquismo ha marcado la historia de Canarias y sigue presente de manera sutil”

El escritor ha publicado su tercera novela, 'La endecha del cacique', en la que aborda el caciquismo y su huella en la identidad canaria

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Esta es la historia de dos familias, unos son los que mandan y otros los que obedecen. El poder al final es lo que marca la vida en San Juan de Los Roques, un lugar que podría ser cualquier pueblo de Canarias porque esta historia también podría ser la de cualquier familia de las Islas. 

Con La endecha del cacique, el escritor Daniel Pérez Estévez cierra una trilogía que ha recorrido distintas etapas de la historia del Archipiélago. Tras La paciencia del peregrino y Hijo del volcán, esta nueva novela profundiza en el fenómeno del caciquismo y su huella en la identidad canaria.

Dos mundos opuestos

[Pregunta] ¿Por qué decidiste poner el foco en el caciquismo en esta nueva novela?

[Respuesta] En mis dos primeras novelas abordé épocas más llamativas o concretas. En La paciencia del peregrino contaba una historia de ficción dentro del nido de espías que eran Las Palmas de Gran Canaria durante la Segunda Guerra Mundial, y en Hijo del volcán trataba la conquista de las islas, en este caso de Gran Canaria, a finales del siglo XV. En La endecha del cacique quería abarcar una etapa más amplia, con una historia que recorre dos o tres generaciones, y hablar de algo que ha marcado profundamente la historia de Canarias: el caciquismo. Ha condicionado la vida de las personas, la estructura social y económica, tanto en los entornos rurales como en los lugares a los que se fueron desplazando las poblaciones. La historia podría desarrollarse tanto en Santa María de Guía, en Gran Canaria, como en San Juan de la Rambla, en Tenerife.

La novela gira en torno a dos familias que representan mundos opuestos. ¿Cómo equilibraste esas dos miradas del poder y la sumisión?

Intento reflejar la visión desde ambas partes. Por un lado, la familia del cacique y terrateniente que se siente con un derecho de nacimiento de imponerse al resto de la sociedad. Y, por otro lado, está la familia del capataz del cacique, que se rebela y se niega a vivir de manera sumisa. Él se considera una persona noble y humilde, y no entiende por qué debe dejarse someter. Para unos, lo importante es acumular tierras, capital y poder; para los otros, lo son las personas, los valores y lo que se transmite de generación en generación. Quería que el lector entendiera las motivaciones de ambos, incluso las del cacique, aunque nos resulten moralmente inaceptables.

Colonialismo

¿Qué significa “endecha” en el título? ¿Qué tipo de lamento querías transmitir?

La endecha, esa canción triste que se nos ha quedado en el tiempo, la quise vincular a ambos personajes. Algunos tienen que emigrar a América y regresan con la nostalgia de su tierra, de un tiempo perdido, de lo que fue. Esa melancolía está muy grabada en nosotros como sociedad canaria. También es, quizá, la única manera que tiene el cacique de conectar con cierta sensibilidad, porque esa canción le recuerda a una mujer a la que intenta conquistar toda su vida, y que es lo único que no logra conseguir.

¿Cómo enlazas la ficción con la memoria histórica?

Siempre empiezo investigando. Estudio la época, el contexto, qué marcó la sociedad canaria y su relación con el entorno internacional, por el enclave en el que nos encontramos. En esta ocasión investigué el caciquismo a lo largo de un periodo muy amplio, tanto en archivos escritos como fotográficos. La portada del libro muestra una fotografía real, del archivo del Museo Canario, que fue el origen de la historia. En ella aparecen trabajadoras canarias, probablemente en la única foto de su vida, posando no por algo personal, sino como parte de un catálogo de recursos de producción. Esa imagen, con sus miradas y gestos, me inspiró para construir a los personajes. Refleja la dureza de las condiciones laborales y las relaciones humanas y sociales en un modelo heredado de la época colonial, donde el poder político y económico se repartía en función del dominio. Quise mostrar cómo todo eso afectaba la vida cotidiana de las personas y sus posibilidades de realización.

Influencias del pasado 

¿Crees que el caciquismo sigue vivo, de alguna forma, en la sociedad actual?

Sí, lo podemos observar de una manera más sutil. Ya no está institucionalizado ni socialmente aceptado como antes, pero siguen existiendo reminiscencias en ciertos comportamientos o formas de relacionarse que todavía condicionan la igualdad de oportunidades. Lo vemos en la tenencia de grandes recursos económicos, en cómo se desarrollan los proyectos o en cómo se protegen determinados poderes. La sociedad canaria ha cambiado mucho y tenemos más oportunidades, pero aún quedan influencias de todo aquel tiempo.

La literatura, en este sentido, sirve también para cuestionar esas estructuras, ¿no?

Claro. Al ser una novela histórica con personajes de ficción —aunque también aparecen algunos reales—, permite acercar a los lectores a su propia historia de una forma más amena que un ensayo. Es una lectura que se puede disfrutar en un fin de semana, y que ayuda a conocer mejor quiénes somos. Hay personas que conocen este contexto, pero otras no se han aproximado nunca a él. La ficción puede ser una forma sencilla de hacerlo.

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Daniel Pérez Estévez en la presentación de su libro 'La endecha del cacique'. 

Idiosincracia de Canarias 

Has dicho que la novela tiene algo de western. ¿Por qué?

La intrahistoria tiene mucho de película del oeste. Un personaje que presencia una situación injusta debe enfrentarse a su destino, lo quiera o no. Suele enfrentarse a un enemigo más poderoso, como en la novela, pero también a circunstancias difíciles e imprevistas, e incluso a sí mismo, a sus contradicciones. Me interesaba reflejar cómo los personajes se enfrentan a esos conflictos y cómo las siguientes generaciones lidian con los mismos problemas que sus antepasados, a veces de otra manera, con más aprendizaje o con otras herramientas.

Si tuvieras que resumir La endecha del cacique en una frase…

Diría que es una historia que hay en cada uno de nosotros, una parte de nuestro pasado. Una historia inspiradora sobre personas que, en un contexto difícil, tienen que dar lo mejor de sí como seres humanos.

¿Qué emociones esperas despertar en el lector canario y en el foráneo?

La historia recorre muchas emociones: pasión, odio, tristeza, alegría… la vida, en definitiva. Me gustaría que el público canario la disfrutara como parte de su historia, pero también que los lectores de fuera comprendieran la idiosincrasia y la evolución de Canarias. Somos un ejemplo de diversidad, pero también de una cultura única en el mundo, con una trayectoria histórica sin comparación.

Cierre de la trilogía 

Después de La paciencia del peregrino e Hijo del volcán, ¿qué lugar ocupa esta novela en tu trayectoria?

Creo que cierra una trilogía con un enfoque en cierto modo decolonial, tres épocas muy diferentes de la historia canaria. Como escritor aficionado, me siento muy satisfecho con esta evolución y con esta última novela.

Aunque se cierre esta trilogía, ¿habrá más libros de Daniel Pérez?

Sí, los habrá. Estoy trabajando en varias historias, explorando distintas épocas. Creo que es importante seguir escribiendo sobre la historia de Canarias, porque es apasionante y merece ser contada. Pero quizás ahora sea momento también de hablar del futuro.