Laura de Armas es el ejemplo de que el trabajo duro, la firme determinación de no rendirse nunca y de luchar por nuestros objetivos pueden llevarnos muy lejos.
Esta joven tinerfeña que ama la música desde que era tan pequeña como puede recordar ha logrado ser alumna de Nicola Thomas en el Royal Welsh College of Music and Drama de Cardiff, Reino Unido, tras ultimar sus estudios superiores en el Conservatorio Superior de Música de Canarias.
Esta violonchelista, nacida en la capital tinerfeña hace 21 años y que comenzó a tocar el chelo a los ocho, comparte con el periódico digital canario AtlánticoHoy su visión sobre el mundo de la formación musical en las Islas y qué siente cada vez que se sube a un escenario con el chelo como compañía.
Laura de Armas en una reciente actuación |Jesús Pérez Sosa
- ¿De dónde proviene su interés por la música clásica?
"Sinceramente no recuerdo no tener interés por la música en general. Desde pequeña me gustaba mucho cantar y bailar, o al menos eso me han contado. Pese a que mis padres no sean músicos, mi madre tiene una gran colección de CDs de música clásica que ponía siempre y crecí escuchando desde conciertos de Mozart hasta ballets de Stravinsky. En cuanto a cómo mi interés por la música me llevó a interpretar, recuerdo que mis abuelos tenían la película de 'Barbie y el Cascanueces'; me gustaba mucho la banda sonora ('El Cascanueces' de Tchaikovsky) y, una vez, viendo los extras, salieron varios jóvenes explicando su instrumento. Fue ahí cuando supe que quería aprender a tocar música".
- ¿Por qué el violonchelo?
"La verdad es que cuando escogí el violonchelo en la escuela de música no tenía ni idea de qué instrumento era, solo sabía, por lo que mi madre me había dicho, que era muy bonito y que se parecía al violín pero que era más grande y grave".
- ¿Qué destacaría de este instrumento?
"Del violonchelo destacaría todo. Para mí es el instrumento que más se conecta al ser humano; tiene un sonido noble y lleno de colores, con un registro similar al de la voz humana, lo cual permite crear una conexión directa y pura con todo el que lo escucha".
-¿Cuando decidió que se iba a dedicar a ello?
"Decidí que me quería dedicar a tocar el violonchelo cuando tenía 15 años. Recuerdo que estábamos ensayando 'El Emperador' de Beethoven en la orquesta del conservatorio y, de repente, lo supe. El director, José María Vicente, nos hizo un examen individual de las obras y me preguntó que si yo quería seguir tocando el chelo de mayor; ahí fue la primera vez que le dije a alguien que quería ser músico profesional".
-¿Cuando decidió que se iba a dedicar a ello?
"Decidí que me quería dedicar a tocar el violonchelo cuando tenía 15 años. Recuerdo que estábamos ensayando 'El Emperador' de Beethoven en la orquesta del conservatorio y, de repente, lo supe. El director, José María Vicente, nos hizo un examen individual de las obras y me preguntó que si yo quería seguir tocando el chelo de mayor; ahí fue la primera vez que le dije a alguien que quería ser músico profesional".
-¿Qué le ha aportado el violonchelo a su vida?
"Sinceramente, me ha aportado muchísimos momentos felices, pero también algunos tristes. Tocar en un concierto es solo la punta del iceberg de todo lo que sucede en la vida del músico. Por un lado, subirte a un escenario y que todo salga bien es uno de los mejores momentos de la profesión: sientes que todo el trabajo ha dado sus frutos y te excita el contacto con el público; pero hay veces que, aunque uno esté preparado, no todo va sobre ruedas. Por otro lado, la preparación intensa para un concierto requiere pasar muchas horas solo y, muchas veces, cuando hay mucho aislamiento y autoexigencia y las cosas no salen bien, o cuando hay algún problema que te impide evolucionar en el aula de estudio, entra una sensación de insatisfacción contigo mismo que es muy desagradable".
"El violonchelo me ha aportado muchísimos momentos felices, pero también algunos tristes. Tocar en un concierto es solo la punta del iceberg de todo lo que sucede en la vida del músico"
-¿Cómo valora el nivel actual de los estudios musicales en el Archipiélago?
"Creo que el nivel siempre depende de cada persona: cada uno escoge su camino y cada uno sabe a dónde quiere llegar. En cuanto a las instituciones creo que la estructuración de las asignaturas no respaldan todo lo que podrían a los estudiantes. En cuanto a las asignaturas, en los primeros años, tenía más clases sin el violonchelo que con él y muchas veces no se hacía una adaptación de las asignaturas teóricas a las prácticas, o no existía relación entre lo que debería impartirse con la ratio de las clases o el profesorado, pues nos daba repertorio orquestal un profesor de violín a todos los de cuerda juntos".
-¿Qué aconsejaría a algún alumno que empieza?
"De los errores se aprende. Si te equivocas no pares de tocar, sigue hasta que te salga y, si no, ya saldrá mañana, no pasa nada".
-A su juicio, ¿cuánto hay de técnica y cuánto de carisma en un buen músico?
"Creo que técnica, musicalidad y carisma deben estar igualadas en todo músico. De nada sirve tocar todo con precisión si no estás creando música y, de nada sirve al público si puedes crear música en el aula pero no compartirla con los demás".
-¿En Canarias se puede vivir de la música clásica?
"Creo que la música en general no funciona exactamente como otras profesiones ¿Puedes vivir de la música clásica en Canarias? Sí, pero hay pocos puestos de trabajo: hay varias escuelas en las que puedes enseñar música y, si quieres ser intérprete, hay que estar no solo muy bien preparado para cumplir con las exigencias de las pruebas de acceso, sino también tener la suerte de que ese día puedas dar el 100 % de ti mismo".
"Creo que técnica, musicalidad y carisma deben estar igualadas en todo músico. De nada sirve tocar todo con precisión si no estás creando música y, de nada sirve al público si puedes crear música en el aula pero no compartirla con los demás".
-¿En Canarias se puede vivir de la música clásica?
"Creo que la música en general no funciona exactamente como otras profesiones ¿Puedes vivir de la música clásica en Canarias? Sí, pero hay pocos puestos de trabajo: hay varias escuelas en las que puedes enseñar música y, si quieres ser intérprete, hay que estar no solo muy bien preparado para cumplir con las exigencias de las pruebas de acceso, sino también tener la suerte de que ese día puedas dar el 100 % de ti mismo".
-¿Se valora más en el exterior a los músicos canarios que en su propia tierra? ¿Es necesario salir fuera para vivir de la música?
"Creo que se valora a los músicos canarios al igual que se valora a cualquier otro. Sea necesario o no, salir de las islas, en mi caso, ha significado no solo adaptarme a estar rodeada de muchísimos más músicos de otros países sino también romper un poco con ese complejo que quizá tenemos los canarios de ser menos que los demás. Cuando me fui de Erasmus pensé que sería la peor preparada de todos los violonchelistas de mi curso pero resultó que no, simplemente era una más".
"Creo que se valora a los músicos canarios al igual que se valora a cualquier otro. Sea necesario o no, salir de las islas, en mi caso, ha significado no solo adaptarme a estar rodeada de muchísimos más músicos de otros países sino también romper un poco con ese complejo que quizá tenemos los canarios de ser menos que los demás. Cuando me fui de Erasmus pensé que sería la peor preparada de todos los violonchelistas de mi curso pero resultó que no, simplemente era una más".
La violonchelista tinerfeña junto a su instrumento | Cinthia Ventura Henríquez
"Lo vivo con un poco de impotencia. La música es un lenguaje más; tienes que estar acostumbrado a escuchar música de distintos estilos para poder entender cada vez más el lenguaje, y la música popular es generalmente lo más sencillo que se puede oír. Básicamente, en términos literarios, ponerle a una persona cualquiera una ópera de Wagner es como leerle a un niño de ocho años una novela de Gabriel García Márquez. Probablemente no le va a gustar porque es posible que no comprenda el lenguaje ni la estructura".
-¿Se echa en falta la presencia de público joven en los auditorios?
"Creo que por alguna razón no se nos ha enseñado a “consumir” música. Muchas veces falta gente joven, pero muchas veces faltan también profesionales o futuros profesionales en las salas de conciertos. Para mí, ahora mismo, ir a un concierto es tan divertido como ir al cine pero reconozco que, como persona joven, hubo una época en la que no me gustaba ir a conciertos porque me distraía con facilidad y es muy probable que esto fuese por falta de costumbre".
Laura de Armas - J.S. Bach Cello Suite n. 1: Prelude
-¿Prefiere ser solista o formar parte de una orquesta?
"Creo que ser solista. Formar parte de una orquesta, tocar en música de cámara o enseñar a otros a tocar, son todas distintas facetas del músico y creo que son todas muy gratificantes. He de decir que me gusta especialmente la música de cámara porque, si tienes un buen grupo, encuentras una conexión muy profunda e inexplicable con tus compañeros".
-¿Prefiere ser solista o formar parte de una orquesta?
"Creo que ser solista. Formar parte de una orquesta, tocar en música de cámara o enseñar a otros a tocar, son todas distintas facetas del músico y creo que son todas muy gratificantes. He de decir que me gusta especialmente la música de cámara porque, si tienes un buen grupo, encuentras una conexión muy profunda e inexplicable con tus compañeros".
-¿Cómo escoge su repertorio?
"Cuando me toca escoger repertorio pienso primero en qué es lo que necesito tocar y luego hago una lluvia de ideas con todas las obras que conozco y que se adapten a esta situación, las escucho y elijo la que más me entusiasme en ese momento".
-¿Se identifica más con violonchelistas del pasado o del presente?
"Creo que depende del momento. Este año he visto en Jacqueline Du Pré y Pablo Ferrández una gran influencia mientras que, cuando entré en superior, todo era Sol Gabetta y Yo-Yo Ma".
- ¿Qué siente cuando pisa un escenario y se enfrenta al público?
"Pues depende del día. A algunos compañeros les parece curioso que antes de salir a un concierto no puedo evitar saltar de los nervios y de la emoción".
"Creo que depende del momento. Este año he visto en Jacqueline Du Pré y Pablo Ferrández una gran influencia mientras que, cuando entré en superior, todo era Sol Gabetta y Yo-Yo Ma".
- ¿Qué siente cuando pisa un escenario y se enfrenta al público?
"Pues depende del día. A algunos compañeros les parece curioso que antes de salir a un concierto no puedo evitar saltar de los nervios y de la emoción".
- ¿Cuáles son sus próximos proyectos?
"A principios de agosto realizaré un trabajo preparatorio para pruebas orquestales tutorizado por Robert DeMaine, el primer violonchelo de la filarmónica de Los Ángeles, y el año que viene volveré a ser alumna de Nichola Thomas en el Royal Welsh College".
"A principios de agosto realizaré un trabajo preparatorio para pruebas orquestales tutorizado por Robert DeMaine, el primer violonchelo de la filarmónica de Los Ángeles, y el año que viene volveré a ser alumna de Nichola Thomas en el Royal Welsh College".
Laura de Armas: cello, Mara Jaubert: piano | Jesús Pérez Sosa