Lejos de los entornos académicos y con estructuras que rompen con los espacios institucionales establecidos, los jóvenes poetas de Tenerife están generando sus propias redes alternativas de expresión literaria. Son micros abiertos y citas poéticas más underground que llenan las salas donde se desarrollan, especialmente de jóvenes, y que están demostrando que hay una nueva ola de personas que consumen poesía pero en los espacios paralelos al circuito literario.
En el Café 7, en La Laguna, los espectadores se amontonan hasta en la puerta del Micro7vidas donde poetas y algún que otro músico participan cada jueves en una cita que ya se ha convertido en un punto de encuentro para los creadores de la ciudad. El fondo rojo pasión de la sala da un halo contestatario a las actuaciones, que rompen con la imagen más sofisticada que se le presupone a la poesía.
Un punto de encuentro
El espacio lo llevan estudiantes universitarios que vieron en otras ciudades universitarias -concretamente Salamanca- lo que en La Laguna -también ciudad universitaria- no había: un micro abierto creado por jóvenes poetas. Fueron Ana Amarante y María Gómez García, las que se animaron a crear este espacio el 22 de septiembre de 2022, al que ahora también se ha sumado en la coordinación y presentación Guillermo Oliva Casanova.
“Antes se daba por supuesto que si se hacían estos espacios la gente no iba a ir, ahora estamos empezando a hacerlos y nos hemos dado cuenta de que no es así”, explica María Gómez. Junto a ella, a las puertas del micro, que poco a poco se va llenando de jóvenes, Guillermo Oliva indica que si “ya de por sí el Café 7 es un punto de encuentro, tras el micro se ha sumado más gente”.

Poesía interrumpida
Lejos del Café 7, en la Asociación Blanco y Negro del Toscal, en Santa Cruz de Tenerife, cada dos semanas, los sábados por la tarde, otro encuentro literario quiere romper con el circuito formal de actos poéticos. Se trata de La Vendimia, una cita que sí parte de una institución, el Ateneo de La Laguna, pero que quiere alternar las actividades clásicas que realizan con una cita familiar en un “espacio distendido que es como ir a escuchar a tu amiga”, tal y como explica Antonio M. Piñero quien codirige el evento con la poeta Katya Vázquez Schroder.
La Vendimia es un recital de cuatro autores, que en la esencia podría ser clásico pero en la práctica el recital se ve interrumpido con un brindis con vino. Este mueve a todos espectadores de un espacio a otro y les obliga a hablar, a intercambiar impresiones, lo que es “de carácter obligatorio” para quienes quieren disfrutar de todo el evento.
Espacios heterogéneos
Tal y como explica el organizador del evento y presidente de la sección de Literatura y Teatro del Ateneo, con La Vendimia buscan crear un espacio plural, tanto al respecto de las edades de quienes recitan como de la visibilidad. Y es que en los micros de este evento ya pueden recitar escritoras reconocidas como Cecilia Domínguez y Paola Tena que otros autores que no han publicado.
Los dos actos son esencialmente acudir a un espacio a escuchar poesía, sin más, pero en la forma quieren romper con lo que se venía organizando en Tenerife. Hay además otros micros abiertos que han surgido en los últimos meses como En boca de Todes, que se desarrolla en el Vórtice Café. “Se han abierto más espacios y está la cosa más candente”, observa Piñero, quien aconseja a los escritores que creen sus propios espacios en lugar de esperar a que las instituciones los creen.

Tanto La Vendimia como Micro7vidas comparten que llenan las salas cada vez que se celebran. “En general los eventos de cultura, sobre todo de literatura asociados a la poesía, es difícil mantener un público constante, se suele preferir otra oferta cultural”, lamenta Antonio M. Piñero, sin embargo, resalta que La Vendimia tiene buena acogida. “El motivo no sé si es el lugar donde está ubicado, por ese entorno de familiaridad”, resalta.
Lejos de los tradicional
La respuesta del público a estos eventos da esperanza a los escritores que los organizan. Si estos actos, que salen del impulso de los autores por tener espacios en los que compartir sus creaciones, se llenan es que hay un público interesado en escucharlos. Sobre esta situación Piñero señala que existe la cultura literaria más oficial, con canales tradicionales que no han parado nunca de hacer actos, y luego hay otras actividades más ‘underground’ que están “poco a poco despertando”.
El por qué ha crecido la afluencia lo comenta con risa: “Yo creo que había muchas personas que no iban a los actos literarios porque les parecía una cosa muy casposa”. Similar a la opinión de Guillermo Oliva, que considera que “se está desmitificando que la literatura y los actos literarios son para eruditos y personas con cierta edad. Lo que está sorprendiendo ahora con estos eventos es que es gente joven”.
Del micro al libro
También un poco en lo alternativo que es una publicación cartonera, el micro abierto del Café 7 publicará el próximo 14 de octubre un poemario como antología con los poemas que se han leído en este espacio, se trata de Siete Vidas (La Gallofa Cartonera). Así este espacio con un año de vida es capaz de reproducir en otros formatos el arte que él se desarrolla.
Oliva no duda en señalar que ahora mismo "está surgiendo una nueva cultura literaria con un gran punto regional, canario, que está creando una identidad", una corrientes, que como señala "siempre empiezan lejos del ámbito institucional, con la gente".