Aún es casi novedad en el número 45 de la lagunera Calle Viana la tienda Hey Boy, Hey Girl, un nuevo espacio para la venta de música en físico, un negocio que recupera adeptos. Su impulsor, Jesús Duque Cranny aspira además a que esta nueva apuesta pueda convertirse en un punto de encuentro para amantes de la cultura.
- A priori, ¿parece un poco contracorriente abrir una tienda de venta en físico para un producto como la música?
- Hoy en día vivimos en un momento digital, todo hoy en día es digital. La tele, el cine, series, la música, etc y yo creo que por eso la gente está volviendo a la apuesta por los objetos en físico. Un poco porque también hay un aire de coleccionismo de objetos “vintage”, “retro”, un poco de añoranza de todas esas cositas de cuando éramos jóvenes, de nuestros padres y abuelos, y se están recuperando, como el tocadisco, como unos vasos ochenteros que tenía tu tía en el armario y ahora está guay tenerlos.Hoy en día tenemos tanto material en las “apps”, en las páginas webs, que considero que la gente disfruta cuando entra en una tienda de música. Hoy en día el vinilo está de moda, y la gente prefiere disfrutar de un disco completo del que te sabes todas las canciones, que tener un disco duro lleno de música, pero que no te deja centrarte en nada en concreto. Hay muchos clientes nuevos por el resurgir del vinilo, aún así es una apuesta.- Este proyecto, ¿cuánto tiene de negocio y cuento tiene de desquite, de pasión, personal?
- Lo mío, como amante melómano, está claro que es una pasión que he tenido desde pequeño, por mi padre, que es músico, y por haber crecido con la música por la familia. Está claro que también es un negocio, pero uno no lo ve como un negocio, lo ve más como un proyecto personal, con la búsqueda continua de música; siempre pensé que algún día tendría una tienda de música. Hoy ha sido posible, currándomelo, indagando en todo tipo de sonidos para poder traerlos a una tienda. Es negocio, pero sobre todo es una pasión. La pasión es lo que te da las ganas y te hace tirar hacia adelante, y hace que traigas cosas nuevas a la tienda.
- Además de la venta de música, ¿qué otra actividad se genera en Hey Boy Hey Girl?
- Además de la música en varios formatos, también he querido poner a la venta productos de merchandising, ropa, pins, parches, libros, biografías, todo tipo de diseños relacionados con la música. Pero también es mi intención llevar a Hey Boy, Hey girl una programación cultural, como la presentación de libros, un recital de poesía o presentaciones de discos que nos amenicen un poco el local. Estamos abiertos a propuestas y pequeños eventos en la tienda para que sea un lugar más sociable donde puedas tomarte un café mientras escuchas buena música.
- ¿Cómo describiría usted el perfil medio de comprador de discos en Tenerife?
- El perfil medio de clientes es variado, aunque prevalece la persona que tiene su trabajo y puede invertir en comprar artículos como discos. La mayoría está entre 25 años hasta 60, pero también viene gente muy joven, como estudiantes, que quieren indagar sobre la música. Y también gente mayor buscando clásicos.
- ¿Está resurgiendo la venta de vinilos o se mantiene estable?
- Cuando empecé este proyecto hace 4 años sí es cierto que el cd se estaba vendiendo más, pero de unos años hasta ahora, la gente apuesta más por el vinilo, gente que no lo conocía pero lo ha conocido a través de las redes sociales; como gente que siempre lo usó y lo están recuperando del trastero. La mayoría de ventas ahora mismo son las de vinilo.
- ¿Hay algún tipo de música concreta que no se despacha en Hey Boy Hey Girl?
- Intento abarcar todos los géneros, y suelo traer lo que más me gusta. Reggaeton nunca he traído, pero sí traigo cosas comerciales como cualquier artista pop que suena una y otra vez en la radio. De cualquier manera, las puertas siempre están abiertas para que el cliente me pida lo que quiera. La tienda es un escaparate de música de actualidad pero de calidad. De cualquier género traes las novedades y los clásicos.
- ¿Cómo es el trato con las distribuidoras de discos, son muy exigentes?
- Aquí hay varios distribuidores que son los encargados de trabajar con península con las grandes compañias, pero el trato con ellos es cercano. Son un elemento más de la cadena para que el producto llegue al cliente. No son exigentes, el negocio de venta de música no es como antes, como cuando te imponían algún tipo de venta. Hoy en día te ofrecen los catálogos y ahí nosotros buscamos lo que realmente nos interesa y queremos vender. Tenemos un buen trato aunque quizás la única pega es que, incluso en un momento de auge de ventas como el actual, no abaratan los gastos para propiciar que las ventas sigan subiendo. Al contrario, lo que han hecho es subir un poco los precios. Yo pienso que si se bajan un poco los precios, el resultado final sería mejor. Espero que no llegue un punto en el que la gente deje de comprar porque lo vea demasiado caro. También están los costes de transporte, que hasta Canarias suben hasta diez veces más que a Península. Esos precios hacen imposible un tránsito fácil entre comprador y vendedor. Parece que estamos en el fin del mundo, los precios a veces son inasumibles.
- Utilizando las ventas como vara de medir, ¿cuál diría usted que es el estado de salud del rock en Canarias?
- Hay un resurgimiento de bandas de rock en Canarias, pero estamos estancados porque no hay salas suficientes para actuar. Hay poca programación de grupos canarios, si no pueden tocar, los grupos se estancan. El circuito es pequeño y eso dificulta mucho que los grupos avancen. Si hablamos de ventas, la gente apuesta poco por el material canario. Siempre somos los mismos los que estamos ahí una y otra vez comprando. Por ejemplo, cuando un grupo me da diez discos, raramente los vendo todos.
- ¿Cuáles son sus preferencias musicales particulares?
- Yo personalmente no tengo un género fijo, al ser el dueño de una tienda, tengo que estar atento a todos los géneros disponibles y traer lo mejor. Por ejemplo ahora le pongo mucha atención al new jazz, el jazz nuevo que se está haciendo en Londres. También traigo psicodelia, rock alternativo o bandas nórdicas de black metal, por poner solo algunos ejemplos. El 60% de la venta se sustenta en los clásicos de todos los géneros, pero también hay gente que pide novedades, y para eso estoy yo, para traer a la tienda lo mejor de cada estilo musical. Después salen artistas como Rosalía, que dan el pelotazo y adquieren mucha importancia prácticamente de la noche a la mañana.