Marwán vuelve a Canarias dentro del cierre de su Gira 20 Aniversario – Canciones para una urgencia, un espectáculo con banda completa que se aleja del formato tradicional de cantautor acústico. Con un directo poderoso, revisita sus temas más populares desde una nueva faceta de su carrera, con la guitarra a un lado y mucha más energía y ritmo.
Después de dos décadas de carrera, sigue siendo el muchacho que empezó a cantar en bares con unos 19 años, pero dando un paso adelante hacia un sonido más contundente sin olvidarse de su esencia poética.
El 9 de mayo actuará en el Paraninfo de la Universidad de La Laguna (ULL) y el día siguiente, 10 de mayo, le tocará el turno al escenario del Alfredo Kraus.
Sin la guitarra
[Pregunta] En enero del año pasado venías a Canarias a presentar esta gira y ahora repites un año después. ¿Qué tal ha estado transcurriendo la gira? ¿Qué has aprendido de ella?
[Respuesta] Ha sido la gira más bonita y exitosa de mi vida, y también de la que más he aprendido. Había abusado mucho del formato acústico, por ser cantautor, y cambiar a una gira con banda ha sido todo un aprendizaje. Ha sido un gran cambio: viajar con un equipo de 11 personas por aquí y por Latinoamérica le ha dado un giro a mi proyecto. El cantautor tradicional que yo era ha mutado bastante desde que solté la guitarra. Ahora los conciertos son mucho más exuberantes. He descubierto que dentro de mí había un showman mucho más cercano a Mick Jagger que a Silvio Rodríguez, al menos en lo expresivo. Es un espectáculo con mayúsculas.
¿Y qué te empujó a dar ese volantazo? ¿En qué momento sentiste que era hora de salir de ese molde?
Fue por una desgracia, en realidad. Me atropellaron en Nueva York en 2022 y me destrozaron el codo. Me lo reconstruyeron aquí en España y eso hizo que dejara de tocar la guitarra durante un tiempo. Al volver a los escenarios, agarré el micrófono y me di cuenta de que podía expresarme de muchas más formas. Corporalmente, vocalmente… me siento mucho más libre. Canto mejor, expreso más emociones y el público lo ha notado. Nadie echa de menos la guitarra y eso me parece muy significativo.
Repertorio más amplio
¿Cómo fue el proceso de adaptar tu repertorio al nuevo formato sin perder la esencia?
En realidad, no ha requerido mucho cambio. Mis discos siempre los grabé con banda, con producciones cercanas al pop o incluso al rock, dependiendo de la canción. Así que ha sido simplemente sumar los instrumentos en directo. Yo siempre he tenido un pie en la canción de autor y otro en el pop. No he sido de producciones minimalistas, así que no ha habido que reinventar nada: las canciones estaban hechas para sonar potentes. Ahora el sonido del estudio se puede vivir en el concierto.
¿Y por qué decidiste celebrar estos 20 años con un disco que revisita tu propio trabajo?
Sentía que muchas canciones de mis primeros discos no se habían escuchado lo suficiente. Mucha gente me conoció a partir del tercer o cuarto disco, y había temas que habían quedado por el camino. Quería darles una nueva vida, con un sonido más actual. También me apetecía celebrar que llevo 20 años en la carretera, mostrar un repertorio más amplio, que incluya canciones de todas mis etapas, no solo del último disco.
Inspiración de la vida
¿Hay alguna canción que ocupe un lugar especial para ti y también para el público?
Hay varias, pero creo que la más emblemática es Un día de estos. Aunque cada disco tiene su favorita, también destacaría La vida cuesta, Las cosas que no pude responder y Puede ser que la conozcas, que es una de mis canciones punteras también.
¿Qué te sigue inspirando para escribir después de 20 años de carrera?
La vida. Todo lo que me conmueve o me remueve puede convertirse en canción. Una historia de amor, el pasado, las emociones, la infancia… También luchas sociales. A mí, por ejemplo, me conmueve mucho el tema de Palestina porque soy hijo de un refugiado palestino. Vengo de esa tradición de artistas que hacen canciones de todo tipo, que escriben desde la emoción, desde la reflexión, desde la vida misma.
Lo mejor de los dos mundos
Decías que esta gira te ha demostrado que puedes hacer muchas más cosas. ¿Cómo crees que has cambiado en estos 20 años? ¿Qué consejo le darías al Marwán que empezaba?
Pues más que un consejo, le daría las gracias. Ese chaval de 20 años se tomó muy en serio las canciones y al público. Siempre buscó letras cuidadas, melodías trabajadas, canciones que significaran algo. No he hecho “hamburguesas musicales”. Quizá le diría que arriesgara más en algunos momentos, pero estoy muy orgulloso de lo que hizo. Lo que ha cambiado es que ahora tengo más ambición, quiero hacer cosas más grandes, escribir mejor, rodearme de grandes músicos. Pero la esencia sigue siendo la misma.
Y ahora que has descubierto esa faceta más escénica, más cercana al show, ¿crees que dejarás atrás del todo al cantautor clásico?
Depende un poco del físico, la verdad. Ahora tengo 46 años, pero no sé si con 60 me apetecerá recorrer el escenario con la misma energía. De momento, voy a seguir con este formato más exuberante, pero también seguiré haciendo acústicos cuando me apetezca porque no creo que haya que soltar al artista que es capaz de ir a un barito pequeño con su guitarra. Me siento cómodo en ambos mundos. Pero sí es verdad que mi identidad está muy ampliada.
Nunca falta Canarias en tus giras. ¿Qué lugar ocupa el público canario en tu carrera y qué pueden esperar del concierto del 10 de mayo?
Canarias es la región donde mejor me va después de Madrid y Barcelona. Siempre he sentido mucho amor por parte del público canario. Tengo amigos allí, me encanta visitar las islas, y hay una conexión con mis canciones que no sabría explicar pero que es impagable. En el concierto del 10 de mayo van a vivir un espectáculo muy emotivo, con mucha fuerza, donde van a reír, llorar, pensar… y sobre todo, sentir.