Imagen de una mujer saludando / PEXELS
Imagen de una mujer saludando / PEXELS

Ni hola ni adiós: el saludo ancestral de Canarias que tiene más de medio siglo y todavía se usa

Con más de 50 años de uso ininterrumpido, ha dejado de ser solo una palabra alternativa para convertirse en una expresión simbólica que muchos canarios asocian con su pasado indígena

luna moya

Las Islas Canarias guardan algo más que paisajes y costumbres. En sus palabras —esas que no siempre figuran en los diccionarios— pervive una herencia que no se ha rendido al olvido. Hay sonidos que no se pronuncian por hábito, sino por resistencia.

Uno de ellos es tan corto como contundente. Y su eco, dicen, se remonta a los tiempos en que los antiguos pobladores de las islas hablaban una lengua diferente, olvidada por muchos, pero no por todos.

Ahul: mucho más que un saludo

Se pronuncia con una honda suavidad: "Ahul", y sirve tanto para saludar como para despedirse. Esta palabra, de origen amazigh, ha encontrado en Canarias una segunda vida gracias al interés por rescatar las huellas de la lengua guanche. Según el proyecto divulgativo @lenguaguanche, este vocablo comenzó a utilizarse en las islas en los años 70, cuando una nueva generación de activistas culturales y estudiosos del nacionalismo canario impulsaron su uso como símbolo de identidad.

Aunque no hay documentación directa que confirme que los guanches lo usaban antes de la conquista, su paralelismo con el saludo tradicional tuareg —etnia bereber del norte de África— ha servido como base para su legitimación lingüística. En palabras del propio proyecto: "No conociéndose con seguridad el saludo en guanche, y conservándose solo el saludo amazigh en tuareg, resulta legítimo su recuperación en Canarias."

Medio siglo de historia y significado

Con más de 50 años de uso ininterrumpido, "ahul" ha dejado de ser solo una palabra alternativa para convertirse en una expresión simbólica que muchos canarios asocian con su pasado indígena. Se ha escuchado en encuentros culturales, manifestaciones, publicaciones y hasta en conversaciones informales entre quienes defienden el uso consciente del lenguaje como herramienta de memoria y resistencia.

Este saludo no es solo una forma de decir hola o adiós. Es, también, un puente con la historia que no fue escrita, con la voz de los que caminaron estas islas mucho antes. Una prueba de que las palabras, incluso las más breves, pueden contener dentro de sí toda una cosmovisión.