Pepe Valladares ha presidido el Círculo de Bellas Artes de Tenerife hasta en tres ocasiones, una de ellas de forma imprevista y las otras dos tras ser elegido por mayoría. El diseñador gráfico conoce bien los entresijos de la cultura tinerfeña, lleva 17 años unido al círculo y puede detallar cuáles son sus puntos fuertes y débiles. Por eso se presentó a la presidencia con un plan ambicioso para renovar completamente la institución artística, que lleva, en realidad, siete años con las puertas cerradas.
Este 7 de septiembre, el Círculo de Bellas Artes de Tenerife cumple su centenario lamentablemente con el edificio todavía en obras. Pese a ello, el día 11 va a tener lugar la celebración del centenario y va a dar comienzo la actividad en aquellos espacios donde es posible, con una exposición de artistas contemporáneos que se prolongará hasta agosto y que será la declaración de intenciones de la nueva etapa con Valladares.
Pregunta: ¿En qué situación está el edificio del Círculo de Bellas Artes de cara al centenario?
Respuesta: El círculo sigue en marcha, se sigue modificando y hay obras pendientes. No va a estar terminada la fachada. Del teatro se adelantó esta semana que sí hay financiación, porque le interesa al Ayuntamiento de Santa Cruz y al Cabildo de Tenerife porque no hay espacios escénicos. La realidad es que este año va a seguir habiendo obras, esa es la forma natural de un espacio.
¿Qué propuesta de contenido va a haber de cara al centenario?
Hemos tenido la suerte de captar a Octavio Zaya después de que volvió de Norteamérica a aquí. Es el curador más importante que hay en Canarias, ha llevado grandes bienales en todo el mundo durante muchos años. Uno de los objetivos que yo tenía de hacía mucho tiempo era que él se incorporara al círculo y le hemos encargado un proyecto importante, que es mostrar el panorama del arte contemporáneo en Canarias. Eso es lo que va a haber desde el día 18 hasta el mes de agosto.
Entonces la actividad está centrada en las artes plásticas exclusivamente.
Sí, porque no contábamos con el teatro porque no veíamos la posibilidad de hacer las obras. A mi me da un poco de rabia porque los orígenes del círculo eran más en el teatro y la literatura, es después cuando se incorporaron las artes plásticas, pero también es la época. Para mí la literatura y la poesía son fundamentales, el pensamiento, que es lo nuevo que tiene el círculo y que es lo que a mí más me interesa que es el pensamiento crítico. El círculo está ahora mismo en un momento de reinicio absoluto. Lo importante ahora es la parte expositiva, la parte artística, en la que se han reunido los 30 artistas contemporáneos más conocidos, y todos han dicho que sí a la primera. Antes todo ese círculo renegaba del círculo porque lo veían viejuno, yo eso lo conocía porque llevaba años hablando con ellos.

Esta conversación tiene lugar en la cafetería del círculo, que todavía no está operativa. De sus paredes cuelgan las fotos de los grandes nombres que pasaron por la institución y al fondo los ruidos de las obras para preparar el edificio para el centenario suenan acelerados. La conversación rompe toda la estructura de la entrevista y llega a un tema polémico de forma natural.
El círculo se posicionó en contra de la declaración como Bien de Interés Cultural del monumento a Franco ¿hubo reticencias entre los socios?
No. Probablemente si hubo entre los socios no lo manifestaron. En la junta fue unánime, de hecho, el informe lo redactó Celestino Celso, que era la persona adecuada para hacerlo. La base objetiva era la ley de memoria histórica y el informe de la Universidad de La Laguna sobre el nulo valor histórico. Nos sumamos a la opinión de la universidad y a la ley de memoria histórica. Nos llamó todo el mundo cuando salió la nota, lo que refleja que el círculo sigue teniendo un nombre muy respetado y que perdió el respeto hacia las últimas décadas, mucha gente se quitó del medio. Ahora nosotros queremos mirar hacia delante.
"Estoy muy cansado de estar pidiendo dinero"
Volviendo a la cuestión del edificio, ¿cuándo se prevé que esté operativo al 100%?
Siempre va a haber cosas que hacer. Nos queda el aire acondicionado, la cafetería,...lo que pasa es que yo estoy muy cansado de estar pidiendo dinero. Nosotros tenemos un concepto del dinero público que es muy diferente al que se tenía anteriormente en otras juntas, nos duele utilizar dinero público. Es el dinero que sale de la que está trabajando en un supermercado y del que está cobrando un salario de mierda, y los políticos tienen la mala costumbre de pensar que ellos te dan el dinero. De la primera subvención de obras nos va a sobrar dinero y lo vamos a devolver.
¿Ha habido buena predisposición por parte de las administraciones para sufragar los gastos para adecuar el edificio?
Sí. No me gusta valorar las cosas. A ellos les interesa que funcione el círculo. Ha habido buena predisposición, del ayuntamiento sobre todo, que, hasta ahora menos con lo del teatro, es el que más dinero ha puesto. Ha habido un desarrollo natural y eso ha hecho que mucha gente quiera volver, instituciones y socios, que están entrando permanentemente. Eso demuestra que vamos por el camino.

¿Cuál fue la filosofía que ha defendido y que ha hecho recuperar a socios o que instituciones como la Fundación Cajacanarias estén apoyando su propuesta?
Abrir el debate al círculo, incorporar el arte contemporáneo y declararnos como un círculo contemporáneo. Lo histórico ya existe, al círculo no le corresponde ese papel y aunque lo tuviera en su momento fueron determinadas circunstancias. Nosotros nos consideramos herederos de (Domingo) Pérez Minik y (Eduardo) Westerdahl, de esa línea de vanguardia, y de las mujeres que estaban muy ninguneadas en las juntas. El tema de la vanguardia le gustó mucho a la fundación. Juntar a todos (los artistas contemporáneos), bueno a unos 30 que son bastante, orquestados por Zaya es una declaración de principios. A partir de ahora también nos interesa hacer menos exposiciones, pero van a ser cosas buenas a nivel internacional. Queremos traer cosas internacionales, de África, de Norteamérica, Sudamérica o de Europea, y si es posible, traer proyectos que no se hayan visto nunca ni en España. Ese es el objetivo.
"Nosotros nos consideramos herederos de Pérez Minik y Westerdahl"
Esa visión también puede generar rechazo por parte de los artistas canarios de no sentirse apoyados para exponer.
A veces los artistas de aquí son muy cómodos y están acostumbrados a que les hagan todo y yo sin embargo, si llamo a un artista de Nueva York viene con la maleta, se queda en un sitio barato y a las ocho de la mañana está trabajando hasta las ocho de la noche. Es lo que hay, hay posicionamiento que a algunos gustará y a otros no. Ahora hay espacios como la cuarta planta donde podrá haber exposiciones también. Aquí también va a haber artistas canarios pero tienen que ser proyectos nuevos, no vistos y que haya un curador detrás que diga que tiene interés. Hemos dicho a la gente que sin curador, sin proyecto, sin todo montado, que no manden nada. Tenemos que hacer que la gente se ponga las pilas.

El círculo ahora busca tener un mayor peso en la autofinanciación y aumentar las cuotas. ¿Qué plantea hacer?
Un círculo que aspira a ser lo que quiere ser no puede estar cobrando a sus socios seis euros. Si la gente no tiene ese compromiso mínimo no puede seguir formando parte del círculo, así de claro. La solución puede ser, como ha hecho el círculo de Madrid, que es crear una figura a medias que es “el amigo del círculo”. Es que una persona que no tiene la capacidad de votar, pero va a tener descuentos, toda la información con prioridad y va a poner muy poco dinero, a lo mejor son tres euros. Sí va a tener preferencia para ser socio. También vamos a poner tarifas anuales. Lo que yo planteo no es una gran subida, son 10 euros al mes o 100 euros al año. Yo quiero llegar después del centenario a 500 socios.
¿Cuántos socios hay actualmente?
Casi llegan a los 300. También ha habido bajas, gente que se va porque no le interesa el proyecto. Pero ese es el objetivo que siempre ha habido.