“Aguas abajo del barranco, en la época de Dulce, se consiguió lo que no está escrito”, comenta a Atlántico Hoy el experto en arte y concejal en el Ayuntamiento de Güímar , Javier Eloy Campos Torres, quien fuera también responsable de la concejalía de Cultura en el consistorio, durante el mandato 1999-2003, coincidiendo con el segundo mandato de Dulce Xerach Pérez López como consejera de Cultura en el Cabildo de Tenerife.
“Ella fue muy cariñosa con Güímar y gracias a su trabajo y compromiso contamos con el Sitio Histórico Chinguaro, así como con la iglesia de Santo Domingo”, explica el experto y actual concejal de la corporación local, lamentando el fallecimiento de la escritora y expolítica tinerfeña.
BIC
Una de las obras que destaca el edil municipal es la referida a la Cueva de Chinguaro. Fue en el año 1993 cuando, bajo la responsabilidad de Dulce Xerach como consejera de Cultura, el Cabildo de Tenerife, por Resolución de 5 de febrero de 1993, incoó expediente para la declaración de Bien de Interés Cultural, con categoría de Sitio Histórico, a favor del Complejo de Chinguaro, en el término municipal de Güímar.
Durante el segundo mandato de Pérez López en la corporación insular, en 1999, el Complejo de Chinguaro fue declarado BIC. “Ella se ocupó personalmente del problema de Chinguaro”, comenta el concejal, advirtiendo que este lugar sufría de completo abandono desde el año 1979. “No se había hecho nada con este lugar de culto, con un yacimiento y con tanto valor abandonado a su suerte”, afirma.
Compromiso
Destaca Javier Eloy Campos que la expolítica "se metió en un auténtico berenjenal, tomando cartas en el asunto, implicándose personalmente y deshaciendo un lío muy grande existente entre el Gobierno de Canarias y el Obispado de Tenerife”. Nos comenta que las discrepancias eran “enormes” y supo poner de acuerdo a todo el mundo.
Para la rehabilitación del Sitio Histórico la exconsejera propuso un concurso internacional de ideas que dio lugar al actual Complejo de Chinguaro. “No he visto un consejero que se haya interesado tanto por un tema como ella con Chinguaro. Hizo todo lo posible para que este proyecto fuera excelente. No sé si se equivocó o no, pero no se estuvo quieta ni un minuto”, subraya
Lugar histórico
“De no haber sido por ella este lugar hoy en día sería otra cosa. Tal vez, uno de esos solares en los que una placa recuerda lo que había allí”, apunta el concejal, a la vez que recuerda lo importante de este lugar para la historia de Canarias. “Sea lo que sea, allí ocurrieron cosas históricas. Gracias a la intervención de Dulce y de otras personas, Chinguaro ha recuperado su cueva y la piedra de las Cazoletas, un elemento muy significativo”.
Otra obra poco conocida y que se le debe atribuir a Pérez López es la concerniente a la restauración de la iglesia de Santo Domingo de Guzmán, en Güímar, que actualmente presenta graves problemas en su nave central. “Ella inició un proceso de restauración que constaba de cruceros, capillas laterales, presbiterio y camarín de la Virgen del Rosario. Un proyecto ambicioso que sirvió para arreglar media iglesia”, indica, apuntando que su iniciativa fue en el año 2003 y “cuando ella se fue se quedaron paradas, no se volvió a hacer nada en esta iglesia”.
Otras obras
El proyecto de Dulce Xerach Pérez López contaba con una segunda parte para la rehabilitación del templo. Según nos comenta Campos Torres, está previsto que a partir de este próximo mes de octubre se pongan en marcha las obras que estaban contempladas en esta segunda etapa.
“En Güímar debemos estar agradecidos a la labor de Dulce”, señala. Añade, por otra parte, que al Sitio Histórico de Chinguaro y a la restauración de la iglesia hay que añadir el impulso que dio Dulce a la Escuela de Música del municipio. “Gracias a ella, a su interés, y a la intervención del concejal Felix José Castro, la Escuela de Música se encuentra en el Valle de Güímar. Ella la potenció”.
Cueva de Chinguaro
La Cueva de Chinguaro se encuentra en el barranco de idéntico nombre, a unos tres kilómetros de El Socorro, en dirección a Güímar. Dentro de la categoría de Sitio Histórico, es una gruta que según los historiadores fue la cueva-palacio del mencey Acaymo. En ella, los guanches rindieron culto a la Virgen de Candelaria, a la que asociaban con la diosa aborigen Chaxiraxi hasta que fue identificada como la Virgen María por parte de los conquistadores. Fue, por tanto, el primer santuario de la Virgen de Candelaria en todo el archipiélago, y posee una gran importancia arqueológica.
Según el padre Fray Alonso de Espinosa, la primitiva Virgen de Candelaria permaneció en Chinguaro alrededor de 30 ó 40 años. Fue un antiguo guanche cautivo, Antón Güimarés, devuelto a las costas de Güímar tras ser catequizado, quien les explica a sus compatriotas el significado de la imagen hallada y la necesidad de un nuevo traslado a un lugar donde pueda ser venerada con mayor respeto y decencia. Se elige para ello la que conocemos como Cueva de San Blas, en el lugar que con el tiempo había de tomar el nombre de la Virgen, Candelaria.
A pesar de que tras la conquista, los sucesivos santuarios de la Virgen estuvieron siempre en Candelaria, el interés despertado por todo lo relacionado con ella, motivó que se erigieran sendos templos, en el lugar de su aparición, Chimisay, y donde por primera vez le dieron culto los guanches, Chinguaro.
