El Granca arrastra 843.000 euros en pérdidas y soporta más de 2,1 millones en deudas a corto plazo. / QUIQUE CURBELO-EFE
El Granca arrastra 843.000 euros en pérdidas y soporta más de 2,1 millones en deudas a corto plazo. / QUIQUE CURBELO-EFE

El Granca ya debe 2,5 millones a corto plazo y no cubre sus pagos con lo que tiene en caja

El pasivo corriente del club supera los 2,53 millones de euros, el fondo de maniobra ya es negativo en más de 753.000 euros y el cierre anual confirma un escenario de tensión permanente de liquidez

Martín Alonso

El Club Baloncesto Gran Canaria Claret afronta el cierre del ejercicio 2024-2025 con un pasivo corriente que se eleva hasta los 2.533.576,70 euros, según recogen las Cuentas Anuales y el Informe de Gestión correspondientes al período comprendido entre el 1 de julio de 2024 y el 30 de junio de 2025. La cifra supone un incremento notable respecto a los 2,16 millones que ya presentaba el club a mitad de temporada, y consolida una estructura financiera sometida a una presión constante de pagos a corto plazo.

Este aumento de la deuda inmediata se produce, además, en un contexto en el que el club vuelve a cerrar el ejercicio con resultado negativo, con unas pérdidas finales de 197.007,15 euros, lo que agrava el deterioro iniciado ya en el primer semestre. El impacto de este escenario se refleja directamente en el patrimonio neto, que desciende hasta los 2.437.518 euros, frente a los 2.598.216 euros que mostraba el balance intermedio de diciembre de 2024. En solo seis meses, el Granca ha perdido más de 160.000 euros de colchón patrimonial.

Financiación pública

El dato más delicado del nuevo informe aparece en el análisis de la liquidez. A 30 de junio de 2025, la Sociedad Anónima Deportiva presenta un fondo de maniobra negativo de 753.119,51 euros, lo que significa que los activos corrientes no alcanzan para cubrir las deudas a corto plazo. En términos operativos, este desequilibrio obliga al club a depender de financiación externa y del soporte institucional para atender con normalidad sus compromisos inmediatos.

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Panorámica del Arena durante el partido entre el Granca y el Barça. / AH

El informe vuelve a reconocer que la continuidad del proyecto se apoya en el respaldo económico del Cabildo de Gran Canaria, al tiempo que insiste en los mismos objetivos estratégicos de los últimos ejercicios: reducción de gastos, optimización del circulante, captación de nuevos patrocinadores, crecimiento de la masa social y refuerzo de la liquidez. Sin embargo, el cierre anual certifica que el cambio estructural sigue sin llegar.

Las dos cifras juntas, el pasivo corriente de 2,5 millones de euros y el fondo de maniobra negativo de 753.119 euros, dibujan con nitidez la debilidad estructural del modelo económico del club, cuyo equilibrio sigue dependiendo del dinero público, de la deuda bancaria y de ingresos extraordinarios como la venta de jugadores.

Modelo famélico

Se mantiene igualmente el modelo de equilibrio apoyado en factores extraordinarios. La venta de jugadores continúa siendo una de las vías clave para compensar el déficit operativo —Jean Montero, Olek Balcerowski y Khalifa Diop en los últimos años—, mientras que las inversiones inmobiliarias del club —seis viviendas en Las Palmas de Gran Canaria— siguen sin generar ingresos, pese a estar hipotecadas como garantía de deuda bancaria.

El Dreamland Gran Canaria arrasa en Lisboa y firma un estreno histórico en la Champions (61-98). / CB GRAN CANARIA
Imagen del primer partido del Granca en la Champions. / CB GRAN CANARIA

El gasto de personal, especialmente el vinculado a la plantilla deportiva, continúa siendo el principal foco de tensión sobre la cuenta de resultados, reforzando un modelo en el que los sueldos absorben una parte decisiva de los recursos disponibles, incluso sumando subvenciones, patrocinios, abonados y derechos audiovisuales.

Con este cierre, el retrato financiero del Gran Canaria SAD queda definido por un pasivo inmediato en aumento, un fondo de maniobra claramente negativo, un patrimonio en retroceso y pérdidas recurrentes. Un escenario que consolida la advertencia ya apuntada a mitad de temporada: el club sigue siendo competitivo en la pista, pero camina al límite en lo económico, sostenido por el apoyo público, la deuda a corto plazo y un modelo de equilibrio cada vez más frágil.