Tornillos que se sueltan de las butacas, clavos tirados por los suelos, respaldos partidos, errores en la numeración, sillas fantasma sin una reubicación clara o asientos resbaladizos. Es el resumen de las quejas que los aficionados del CD Tenerife han documentado sobre el recién estrenado graderío del Heliodoro Rodríguez López, que ha costado 2,8 millones de euros y se ha instalado a toda prisa para cumplir con el incio de la competición.
Pero el Cabildo de Tenerife, propietario del estadio, ya ha tomado nota. Este miércoles, en una entrevista en COPE Canarias, el vicepresidente de la corporación insular y máximo responsable del área de Deportes, Lope Afonso, ha explicado que acaba de recibir un primer informe de incidencias sobre los nuevos asientos abatibles tras el choque contra el Mérida del pasado día 6.
Entre 16 y 18 butacas
"Son sólo entre 16 y 18 las butacas en mal estado", ha asegurado el vicepresidente, que insiste en que Gomobe, empresa adjudicataria de la renovación del graderío del estadio, reparará todas esas incidencias.
Afonso considera que, teniendo en cuenta que se han cambiado 21.000 butacas, la afección es ínfima, y recuerda que la renovación se ha realizado en dos meses y una semana para llegar a tiempo del inicio de la competición, cuando la adjudicación prevé un plazo de cinco meses para hacer la instalación.
Numeración confusa
Sobre las críticas recibidas por la numeración, Afonso ha detallado que la empresa adjudicataria también se encargará de resolver ese problema, que consiste en que el número que aparece en las butacas no coincide con los antiguos números pintados en el suelo.
Esto es consecuencia, al igual que el problema de las butacas fantasma, de que por cuestiones de adecuación a las normativas de seguridad se han tenido que eliminar unos 400 asientos del Heliodoro, subraya el vicepresidente.
Asientos resbaladizos
Lo que no parece tener solución es la queja de muchos aficionados de que se caen hacia delante en las butacas porque estas resbalan y están demasiado inclinadas. Según el vicepresidente del Cabildo, esto es un "efecto natural" fruto de los materiales usados en los nuevos asientos, "más flexibles y adaptables al peso corporal".
Aunque a priori no parece un defecto de fabricación, Afonso asegura que se revisará también este asunto. Próximamente, el Heliodoro pasará a las siguientes fases de modernización de su exterior y de los vestuarios de los jugadores.