La única vez que la UD Las Palmas jugó como local en Tenerife y acabó subcampeón de Liga. En la imagen, once tipo de la época del equipo amarillo. / AH
La única vez que la UD Las Palmas jugó como local en Tenerife y acabó subcampeón de Liga. En la imagen, once tipo de la época del equipo amarillo. / AH

La única vez que la UD Las Palmas jugó como local en Tenerife y acabó subcampeón de Liga

El Heliodoro Rodríguez López acogió en 1968 el único partido como local fuera de Gran Canaria en la historia amarilla | Ahora, las palabras de Aridany Romero reavivan la posibilidad de que la UD vuelva a mudarse por las obras del Mundial 2030

M. Alonso

La historia de la UD Las Palmas guarda un episodio único que todavía hoy sorprende a muchos aficionados. El 15 de septiembre de 1968, el equipo amarillo tuvo que recibir al Atlético de Madrid en un estadio muy particular: el Heliodoro Rodríguez López de Santa Cruz de Tenerife, en pleno territorio comanche.

La razón fue una sanción federativa al Estadio Insular, clausurado con un partido tras los graves incidentes ocurridos meses antes en un choque de la Copa del Generalísimo contra el Athletic de Bilbao, cuando un aficionado llegó a saltar al campo para intentar agredir al árbitro.

Triunfo

Lejos de acusar el golpe, la UD convirtió aquella circunstancia en un triunfo histórico. Ante la afición tinerfeña, los amarillos vencieron 2-1 con goles de Justo Gilberto y León, mientras que Irureta marcó para los rojiblancos.

Así será el nuevo estadio de Gran Canaria: con gimnasio, congreso, museo y restaurante.
Así será el nuevo estadio de Gran Canaria: con gimnasio, congreso, museo y restaurante. / AH

Aquella temporada terminaría siendo inolvidable: la Unión Deportiva firmó el mejor curso de su historia en Primera División, proclamándose subcampeona de Liga, a solo diez puntos del Real Madrid.

Eco del pasado

Más de medio siglo después, este recuerdo vuelve a la memoria de los seguidores amarillos, justo cuando se abre la posibilidad de que el equipo tenga que volver a jugar fuera de su estadio por las obras de remodelación del Estadio de Gran Canaria con vistas al Mundial 2030.

El consejero de Deportes del Cabildo de Gran Canaria, Aridany Romero, reconoció este martes en Onda Cero que se trabaja con ese escenario en mente. “El Estadio de Gran Canaria", explicó, "va a ser sometido a una transformación profunda para estar a la altura de un Mundial. Eso implica que en algunos momentos puede no estar disponible para la UD, y debemos ser previsores para que el club no se quede sin casa”.

Plan alternativo 

Romero matizó que se trata de una eventualidad, no de una decisión tomada. “La prioridad", añadió, "es que la UD Las Palmas juegue en su estadio, pero si las obras afectan al calendario liguero, tendremos que activar un plan alternativo. La idea es que el aficionado no se vea perjudicado y que el equipo mantenga su ventaja como local”.

Antonio Morales, presidente del Cabildo, y Aridany Romero, consejero de Deportes del Cabildo grancanario recalcan que “el Mundial 2030 nos permite mostrar al mundo quiénes somos y lo que somos capaces de ofrecer”. / AH
Antonio Morales, presidente del Cabildo, y Aridany Romero, consejero de Deportes del Cabildo grancanario recalcan que “el Mundial 2030 nos permite mostrar al mundo quiénes somos y lo que somos capaces de ofrecer”. / AH

Entre las opciones, el consejero señaló al Estadio de Maspalomas como el recinto mejor posicionado para acoger partidos oficiales. “Es un estadio", detalló el consejero de Deportes, "que reúne condiciones, ya fue sede de fútbol profesional con el Universidad en Segunda División y con una inversión razonable podría adaptarse para albergar a la UD en caso de necesidad”.

Oportunidad histórica

Romero, además, puntualizó que "estamos en permanente coordinación con la UD. Queremos que el Mundial sea una oportunidad histórica para la isla, pero también que el equipo y la afición tengan las máximas garantías durante el proceso de transformación del estadio”.

La posibilidad de que la UD Las Palmas vuelva a jugar como local lejos de su feudo añade un nuevo capítulo a la relación entre el club y su historia. Y, como en 1968, la incógnita está en si la adversidad puede convertirse en una nueva oportunidad para escribir otra página dorada en la memoria amarilla.