El partido comenzó con intensidad por ambos conjuntos, con ocasiones en los primeros minutos. Los blanquiazules avisaron con un remate de Aitor Sanz desde la frontal y la réplica deportivista llegó tras una cabalgada por la banda derecha del grancanario David Simón que desvío Ortolá. El calor no suponía un hándicap para un encuentro vistoso en el que los locales iban dominando paulativamente y los visitantes se sentían cómodos siendo dominados. Dani Gómez lo intentaba, pero su remate centrado lo atajaba Dani Giménez. El duelo entre canarios y gallegos no tenía señas de 'aplatanamiento' ni pasividad, pero llegaron las lesiones, continuas interrupciones y el ritmo se cortó.
Dani Gómez recibía un golpe en el área, tras un centro de la derecha, que Ortiz Arias no consideró falta. El delantero cedido por el Real Madrid ganaba la posición a Eneko Bóveda y el deportivista metió el cuerpo sin ver nada punible el colegiado. El contacto acabó con el tinerfeñista lesionado y sustituido por Ramón Miérez. Tan sólo tres minutos más tarde, otra lesión, pero en esta ocasión visitante. Bermejo cometía falta sobre Uche Agbo y la rodilla del deportivista se resentía. Borja Valle entraba en escena. Y, cuando el partido podría volver a conseguir continuidad, parón de hidratación.
Fernando Vázquez aprovechó la pausa para dar indicaciones y el RC Deportivo se hizo dominador del esférico. Sin inquietar en exceso la portería defendida por Ortolá, siendo una posible lesión de Luis Pérez, la mayor preocupación en este tramo inicial para los de Baraja.
Tras el paso por vestuarios los visitantes se hicieron dueños y señores del partido. Las ocasiones se sucedían, una tras otra, encontrándose siempre con el mismo protagonista, Adriá Ortolá. El guardameta tinerfeñista hizo un recital de paradas, algunas más propias de balonmano y mantenía con vida a un CD Tenerife que se limitaba a intentar sacudirse las acometidas rivales y esperar su oportunidad. Fernando Vázquez daba entrada a hombres de refresco y de gran calidad, consiguiendo que el dominio gallego en el Heliodoro fuese cada vez superior.
El gol parecía que caería de lado visitante, pero el fútbol es un deporte de detalles y fue el CD Tenerife el que se adelantó. Un centro al área, a priori sin peligro, acabó en penalti. Mujaid Sadick saltó con el brazo arriba impactando sobre la cabeza de Joselu y el colegiado no lo dudó. Penalti riguroso, pero que no hizo falta ni revisar en el VAR. Luis Milla cogió el testigo y batía por el centro a Dani Gímenez a menos de 10 minutos para el final del encuentro.
El grito del gol sonó hasta el Teide y el tinerfeñismo soñaba con dormir en el playoff, pero este Dépor ha demostrado esta temporada que tiene muchas vidas. Y en Tenerife le quedaba, una más. Un mal despeje en el área tinerfeñista dejó la pelota muerta en la frontal. Un regalo para un fusilador como Aketxe. Un trallazo con la zurda inapelable. Imposible para Ortolá, que servía para poner las tablas en el marcador y devolver al CD Tenerife a la tierra y recordarle que si desea el playoff deberá lucharlo y sudarlo. Seguramente, necesite una mejor versión que la ofrecida este martes en el Heliodoro. Entrar en playoff, por ahora, debe esperar.