El Heliodoro ruge con León para tomar ventaja en la eliminatoria ante Las Palmas

El CD Tenerife vence por 1-0 ante Las Palmas con gol de José León y se adelanta en la eliminatoria que se resolverá el sábado en el Estadio de Gran Canaria

Guardar

Los jugadores del CD Tenerife celebran con la grada el gol conseguido por José León en la victoria por 1-0 frente a la UD Las Palmas./ EFE
Los jugadores del CD Tenerife celebran con la grada el gol conseguido por José León en la victoria por 1-0 frente a la UD Las Palmas./ EFE

El CD Tenerife ganó por 1-0 a Las Palmas en el Heliodoro Rodríguez López y toma ventaja en la eliminatoria de semifinales del 'playoff' de ascenso que se dirimirá este sábado a las 20.00 horas en el Estadio de Gran Canaria. El estreno goleador de José León con el Tenerife llegó en el mejor momento de la temporada, en un partido en el que la garra del equipo sobre el terreno de juego encandiló a un Heliodoro que ya rugía desde antes del pitido inicial. El encuentro fue un derroche de esfuerzo y espectáculo en el que se demostró el buen momento que viven los dos equipos más queridos del Archipiélago, enfrentados por un hueco en la élite del fútbol español.

Gallego UDLP
Gallego remata de cabeza ante Sergi Cardona./ EFE

Posesión y juego directo

Desde el primer minuto el Tenerife mostró su intención de buscar el juego directo con un balón largo que acabó con un intento de remate de Mollejo. Los amarillos, por su parte, buscaron el control de la posesión y la salida de balón jugado desde el portero para invitar a los blanquiazules a la presión alta. El ritmo de juego era intenso y la presión de la grada constante, con 19.732 espectadores que convirtieron el Heliodoro en una caldera de cánticos con la mejor entrada de la temporada. En el terreno de juego, la precipitación marcó el inicio de partido y los envíos largos del Tenerife carecían de la precisión adecuada para sorprender a la zaga amarilla.

Tras 15 minutos de tanteo inicial, el peligro comenzó a aparecer en las áreas, primero con un centro de Moore desde el costado derecho que Bermejo estrelló en la defensa y, posteriormente, para el conjunto grancanario, en una jugada de estrategia tras un saque de esquina. El pase filtrado habilitó el disparo de Jonathan Viera y solo la intervención de Moore evitó que Las Palmas se adelantara en el marcador. Con la posesión y varios córners a su favor, el cuadro amarillo empezaba a encontrarse cómodo sobre el verde y, por momentos, dominó el partido.

Jonathan Viera
La defensa del Tenerife presiona a Jonathan Viera./ EFE

Un larguero lo cambia todo


Pero la réplica tinerfeña llegó pronto y un balón al larguero de Enric Gallego levantó el ánimo del equipo y de la grada. El delantero blanquiazul remató al borde del área pequeña con su pie izquierdo un centro cerrado de Corredera y, aunque el balón fue al travesaño y la posición de Gallego era dudosa, la ocasión de gol marcó un punto de inflexión en la primera parte. En este contexto llegó el primer tanto del Tenerife, obra de José León, que anotaba su primer gol con la camiseta blanquiazul. La jugada partió de Corredera, con un centro en largo que Carlos Ruiz recogió en el costado derecho para devolverlo al área y, tras dos despejes errados, remató el defensa blanquiazul con la fortuna de que Mfulu desvió el balón e imposibilitó la intervención de Álvaro Vallés.


Poco después del gol, Gallego tuvo oportunidad de ampliar distancias después de una jugada individual de Mario González, que recortó a varios defensas mientras progresaba por el borde del área y sirvió un pase a Gallego que, a pesar de tener todo a favor, falló enviando el disparo a los pies del portero. Ya al filo del descanso, León coronó su gran actuación salvando un balón en la línea cuando el sector amarillo de la grada ya cantaba el gol. Juan Soriano acertó a repeler el disparo de Moleiro pero Cardona cabeceó el rechace por encima del portero blanquiazul. Apenas unos minutos después de adelantar al Tenerife, José León cumplió de nuevo, esta vez en su propia área, y desbarató la ocasión amarilla en boca de gol.

 

Bermejo UDLP
Bermejo cabecea ante Raúl Navas./ EFE

Lección aprendida

En la segunda parte, un disparo tempranero de Kirian puso en vilo al Heliodoro pero Soriano, con su estirada, llevó la calma al graderío. El Tenerife guardó la renta como un tesoro pero no renunció al ataque, consciente de que la eliminatoria es a 180 minutos. Con el marcador a favor, los de Ramis se encuentran cómodos y tienen bien aprendida la lección. En cualquier caso, en la segunda mitad, bajó la intensidad después de un vistoso y abierto primer tiempo. 

Con media hora por delante salieron al campo Maikel Mesa y Rober para reemplazar a Mujica y Jesé, en un intento de reacción de García Pimienta. Por su parte, Ramis sustituyó a Mario por Andrés Martín y a Corredera por Sergio González, en posición de mediocentro puramente defensivo. A pesar de la disciplina defensiva del Tenerife, Rober encontró una oportunidad por banda derecha e ingresó en carrera en el área, pero Soriano estuvo atento para repeler su disparo. Tal vez fue el único despiste de un Mellot que cumplió con creces a pesar de jugar en banda izquierda y se ganó la ovación del público del Heliodoro, que premió su compromiso con el escudo coreando su nombre.

Árbitro sin tarjetas

En el minuto 70 salió Elady por un Bermejo que tenía dificultades para continuar. En el ataque blanquiazul, Andrés Martín aportó frescura con algunos disparos, aunque no encontró portería, y también portagonizó la acción polémica del partido cuando obstaculizó un saque de portería de Álvaro Vallés. El guardameta de Las Palmas le recriminó su actitud arremetiéndole con la cabeza y el jugador del Tenerife se echó al suelo con las manos en la cara. Por momentos parecía que la trifulca iría a más y tendría consecuencias pero el árbitro, reacio a sacar tarjetas en todo el partido, zanjó la disputa sin consecuencias. En todo el encuentro, pese a los muchos lances merecedores de amonestación, tan solo Moore vio amarilla.

Con el tiempo casi cumplido, Ramis dio descanso a Mollejo por Pomares mientras el árbitro decidía añadir siete minutos. La grada se quejó del alargue pero el partido ya parecía condenado a terminar con ese resultado, con dos equipos que se habían vaciado en el campo y un Tenerife que contemplaba la victoria con la certeza de que es un buen resultado para viajar a Gran Canaria. El pitido final desató la euforia en el Heliodoro. Por el resultado, por la actitud del equipo, por el espectáculo y por un sueño que, aunque solo es un paso, está un poquito más cerca.

Archivado en: