Año uno después del Girona, año cinco después del Getafe

Las finales perdidas ante Girona y Getafe son golpes duros para el tinerfeñismo pero sirven de precedentes para elevar el listón de las expectativas del equipo

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Luis Miguel Ramis comenzará una temporada al frente del equipo blanquiazul después de alcanzar la final del 'playoff' de ascenso. / CDT
Luis Miguel Ramis comenzará una temporada al frente del equipo blanquiazul después de alcanzar la final del 'playoff' de ascenso. / CDT

La cronología futbolística se alimenta de hitos, de logros o frascasos que marcan una fecha en el calendario. Las temporadas tranquilas caen pronto en el olvido y, con el paso de los años, las aficiones solo recuerdan las campañas en las que se ilusionaron por un objetivo. Mantenerse curso tras curso en mitad de tabla puede ser meritorio, pero no tiene nada de heroico. El Tenerife acaba de vivir uno de esos momentos desafortunados que quedan en la memoria de la afición: un ascenso frustrado en el último partido.

Pero también fue una temporada emocionante, con el equipo establecido en la zona alta, rozando en algunos momentos el ascenso directo, venciendo en los dos derbis canarios en semifinales y consiguiendo que 22.000 personas volvieran al Heliodoro. Algunos pensarán que el golpe es demasiado duro y que la decepción final invalida toda la ilusión que generó esta campaña. Aún así, el precedente queda y la próxima temporada comienza irremediablamente con altas expectativas. 

Como sabe todo buen seguidor blanquiazul no es la primera vez que el Tenerife se queda a las puertas de un ascenso, pues ya ocurrió ante el Getafe en 2017, aunque en aquel caso el encuentro se disputó en el Coliseum Alfonso Pérez. Sea como fuere, las dos experiencias marcan un antes y un después en la trayectoria del equipo y por eso la próxima temporada el cuadro blanquiazul comenzará su andadura bajo el influjo de haber sido finalista en dos ocasiones. En la particular cronología blanquiazul será el año uno después del Girona y el año cinco después del Getafe.

Martí y Ramis

Existen algunas similitudes entre las dos ocasiones que el Tenerife alcanzó la final de promoción de ascenso. Tanto el conjunto de José Luis Martí de la temporada 2016-17 como el de Ramis de la pasada campaña fueron el segundo equipo menos goleado de la categoría y, curiosamente, encajaron el mismo número de goles: solo 37 en 42 partidos. Sin embargo, a pesar de alcanzar la promoción en ambas campañas, sus registros goleadores no fueron tan positivos como los defensivos. Con Martí, el Tenerife fue el octavo equipo más goleador del campeonato, con 50 dianas. Mientras, este curso pasado con Ramis, el equipo fue el décimo de la categoría en cuanto a número de goles, con 53 tantos conseguidos.

Las semejanzas entre ambas campañas evidencian que el Tenerife cimienta su competitividad en una defensa sólida, más aún si consideramos que, en ninguna de las dos temporadas que alcanzó la final por el ascenso, contaba en sus filas con uno de los máximos goleadores del campeonato. En 2017 el máximo artillero blanquiazul fue Amath Ndiaye con 12 goles, seguido del 'Choco' Lozano, con 9 tantos. En esta última temporada con Ramis en el banquillo, los máximos goleadores fueron Elady con 11 goles, y Enric Gallego con 10 tantos. Así, en las dos temporadas que el Tenerife llegó a la final del 'playoff', los dos máximos goleadores del equipo sumaron 21 goles.

Empezar de nuevo

Probablemente lo más complicado sea volver a empezar de nuevo después de una desilusión como la de Getafe en 2017 o la de la pasada campaña. La nueva temporada comienza desde cero, con todos los equipos en igualdad de condiciones. Con esta premisa se presentará el Tenerife en Ipurúa el 14 de agosto para disputar la primera jornada del curso 2022-23. Los de Ramis encararán las mismas emociones que vivieron los de Martí después del mal trago en Getafe. Menos de dos meses después, todo empieza de nuevo.

A buen seguro la afición tinerfeñista espera que el próximo curso la andadura del equipo no se parezca en absoluto a la campaña posterior al ascenso frustrado en Getafe. En la temporada 2017-18 el Tenerife acabó en el puesto número 11 de la clasificación después de que Joseba Etxeberría sustituyera en el banquillo a Martí. Una derrota ante el Granada, tras solo dos victorias en 10 partidos, precipitó la salida del técnico balear en la jornada 25.

La burbuja de Etxeberría

La llegada de Exteberría llenó de optimismo al Heliodoro, sobre todo después de conseguir la victoria más abultada del curso en el estreno del nuevo técnico: 5-1 ante el Córdoba. En apenas una semana el plantel cambió de estilo de juego, con más posesión, más arrojo, pero también con más riesgo. Y los resultados llegaron tan pronto que, en sus nueve primeros partidos como entrenador blanquiazul, Etxeberría consiguió siete victorias.

Pero, justo cuando los tinerfeñistas habían recuperado la ilusión de entrar en el 'playoff' de ascenso por segundo año consecutivo, la burbuja de Etxeberría explotó. Los blanquiazules entraron en una sorprendente racha negativa y acabaron el curso con solo una victoria en las últimas ocho jornadas. La propuesta de fútbol vistoso, que tan buenos resultados dio al principio, empezó a mostrar sus defectos. Además, durante el tramo final de temporada Etxeberría denunció filtraciones desde dentro de su vestuario y el ambiente se enrareció hasta su destitución en la jornada cinco de la siguiente campaña.

Temporada con nombre propio

Así transcurrió la temporada 2017-18, la de después de la final ante el Getafe. Ahora el Tenerife se enfrenta a una nueva temporada, la de después de la final ante el Girona. La esperanza es que lleguen nuevas incorporaciones de calidad que compensen las bajas de jugadores como Mario González o Mollejo pero, por encima de todo, que el plantel continúe mostrando el carácter luchador que le llevó a ser finalista. Si Juan Carlos Cordero diseña una plantilla con refuerzos talentosos y Ramis mantiene el mismo espíritu de la temporada pasada, es muy probable que el equipo vuelva a la pelea en la zona alta, alejándose del rendimiento mediocre mostrado en la campaña que Martí y Extebarría se turnaron en el banquillo. De esta manera se podrá conseguir que la temporada 2022-23 no sea simplemente la de después del ascenso frustrado ante el Girona si no que, con el paso de las jornadas, adquiera un nombre propio que vuelva a ilusionar a la Isla.

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