El Haris cayó este martes a manos del LKS Commercecon Lodz, actual líder de la liga polaca, en el segundo duelo de fase de grupos de Champions League, disputado en el Santiago Martín. Pese al contundente 0-3 (17-25, 21-25 y 18-25), las blanquiazules pelearon cada uno de los sets. De este modo, las tinerfeñas despiden un 2022 en el que se alzaron con tres coronas, la de Copa de la Reina, la de Liga Iberdrola y la de Supercopa, así como un subcampeonato de Challenge Cup y la clasificación para la vigente edición de la Champions League.
Ante el conjunto de la ciudad de Lodz, las blanquiazules salieron con valentía y atrevimiento, como ya hicieron en su estreno en fase de grupos en tierras turcas. El Haris se lo puso difícil al líder polaco, sobre todo desde el bloqueo, donde Belly Nsunguimina llegaba a la cobertura para el 7-5. A partir de ahí, el rumbo cambió sin remedio para las huestes de un Juan Diego García que lo detuvo con 11-14 y con 12-18; la respuesta local no llegaba ante las acometidas de Scuka y una prominente Diouf, capaz de parar las acometidas blanquiazules. Al final, Belly Nsunguimina y Lisbet Arredondo intentaron la remontada, pero quedó truncada con el 17-25.
Por la vía rápida
El segundo set empezó con un Haris mucho más suelto que en los puntos finales del primer juego. Julie Lengweiler dio un paso adelante en estos compases y, con varias diagonales, desestabilizó a una defensa capitaneada por Paulina Maj-Erwardt. Con tanteos calcadas al primer acto se pasó del 11-10 al 11-14, lo que volvió a propiciar un nuevo tiempo muerto solicitado por Juan Diego García. Las visitantes apretaban y, con la dirección de Gryka, mantuvieron controlado el segundo set. Todo ello pese a las acometidas de Lisbet Arredondo, que redujo distancias hasta el 17-22. Un parcial de 4-1 con Patricia Aranda al saque devolvió la esperanza a un público entregado. No obstante, un ‘blockout’ y un remate por zona dos neutralizaron el intento de remontada blanquiazul, que quedó en un 21-25.
Ya en el tercer y útlimo set, el Haris se vio lastrado por los pocos huecos que dejaba en bloqueo, que el Commercecon aprovechaba por las puntas para alejarse en el marcador. Las rojinegras atacaban buscando la segunda línea, y las locales sufrían. Al final, el equipo tinerfeño lo intentó con ímpetu y el apoyo de los cerca de 1.500 aficionados presentes pero nada pudo evitar qie el predominante bloqueo polaco acabara imponiéndose hasta el 18-25.