Cuando un equipo es campeón, más aún si conquista Liga y Copa de la Reina, es aconsejable apostar por la continuidad, sin renunciar a refuerzos puntuales, pero priorizando que las protagonistas de los éxitos se queden en la plantilla. Es bien sabido que lo que funciona no se toca, o se toca lo menos posible. Tras la exitosa temporada pasada, una de las renovaciones que anunció el Haris fue la de Patricia Aranda que, junto a las receptoras, forman lo que ella misma denomina "la columna vertebral". En los esquemas de Juan Diego García la granadina ocupa un lugar preeminente que asume con la naturalidad de más de 25 años de carrera deportiva sobre una pista de voleibol. "Al final yo soy la mano derecha del entrenador en el campo" comenta Aranda sobre su labor como colocadora, siempre preparando la estrategia, colocando a las compañeras, hilivanando jugadas entre la recepción y el remate.
Como vigentes campeonas toca defender los dos títulos conquistados, como ya hicieron en la Supercopa que se adjudicaron en septiembre frente al Arenal Emevé de Lugo, el primer objetivo de la temporada. El segundo lo consiguieron la semana pasada, con la clasificación del club por primera vez para la fase de grupos de Champions en una eliminatoria que ya forma parte de la historia del voleibol tinerfeño, canario y nacional. Con la Supercopa en el bolsillo y la obligación de pelear por reeditar el éxito en las competiciones domésticas, las blanquiazules no paran de sumar retos y ahora se apuntan también a la Champions. A sus 43 años, Patricia Aranda asume una temporada más el timón del Haris para llevar, como ya hizo el curso pasado, la nave blanquiazul a buen puerto. En el horizonte veraniego, incluso, se vislumbra un Europeo con la selección española, si bien hay demasiados retos con la camiseta blanquiazul como para anticiparse a pensar en la roja. En cualquier caso, deja claro que afrontará lo que venga. "En mi caso siempre me gusta ponerme retos altos, tener siempre algo más que me motive para ser un poquito mejor cada día."
Aranda fue una de los jugadoras clave para sellar la clasificación a la fase previa de la CEV Champions League, la competición más laureada del voleibol europeo, en la que Tenerife tendrá la honrosa representación del cuadro del Pablos Abril. O quizá deberíamos decir del Santiago Martín porque, para las citas europeas, el Haris ejerce de local en el pabellón de Los Majuelos. Aranda admite que es un escenario que se ha convertido en "un amuleto para nosotras" y al que acuden "con mentalidad positiva y muchas ganas" porque "cuando jugamos en el Santiago Martín significa que vamos a jugar algo importante, tanto para el equipo como para la afición" afirma la colocadora andaluza.
La eliminatoria decisiva
Precisamente este fue el escenario donde la semana pasada se aseguraron su billete para la fase de grupos de la Champions League, venciendo al Calcit Kamnik en el partido de vuelta, con una victoria por 3-1. "Creo que se vio un partido bastante bonito porque los dos equipos dimos lo mejor. Ellas intentaron forzar con el saque y nunca bajaron los brazos hasta el final" comenta Aranda sobre el juego de las eslovenas en el partido decisivo. "Cada punto se jugaba como el último" porque tanto Haris como Calcit se enfrentaban a su última oportunidad de jugar esta temporada la máxima competición continental. "Para el espectador fue bonito y a nosotras nos requirió tener mucha concentración y mentalidad de querer estar en esa fase de grupos de la Champions League".
En el épico partido de ida de la eliminatoria frente al conjunto esloveno, las blanquiazules se repusieron de dos sets en contra para acabar imponiéndose por 2-3 en la cancha del Calcit, ubicada en el enclave de Kamnik, una localidad eslovena ubicada al norte de Ljubliana, al pie de Los Alpes. Hasta allí viajaron las blanquiazules en la madrugada del 13 al 14 de noviembre, pocas horas después de vencer en Liga al Ciutadella de Menorca. "Veníamos de estar toda la semana fuera cuando jugamos con Menorca un domingo, y después del partido, nos fuimos al sur porque salíamos esa misma noche a las 2 de la mañana, esa misma noche" relata sobre el viaje a Kamnik, a casi 4.000 km de Tenerife para jugar solo 48 horas del partido liguero.
"En Eslovenia nuestro rival empezó muy agresivo en el saque y los dos primeros sets nos costó entrar en nuestro ritmo de juego" admite Aranda sobre el arranque de un partido al que "felizmente conseguimos darle la vuelta al partido y traernos de allí la victoria que nos daba cierta tranquilidad para jugar el partido de vuelta en casa." De cualquier manera, la victoria en Kamnik "no significaba que estuviéramos clasificadas y sabíamos que en el Santiago Martín solo nos valía ganar. No nos valía ni un set ni dos sets, estuvimos entrenando con esa mentalidad de ganar el partido, daba igual por 3-1, 3-2 o 3-0 pero había que ganar". Y así lo hicieron. El Haris solventó la eliminatoria decisiva y selló su billete.
Antes del Calcit Kamnik, el Haris había pasado por dos eliminatorias previas. En la primera resolvieron con solvencia ante el Jedinstvo Brčko de Bosnia sin conceder un set en ninguno de los dos partidos. Todo lo contrario ocurrió en la segunda ronda, donde, a pesar de buenos momentos del Haris en ambos encuentros, el Vassas Óbuda se impuso por la vía rápida en tanto en Budapest como en Tenerife. Aún así, después del tropiezo ante el conjunto húngaro, las blanquiazules contaban con una última oportunidad, una tercera y decisiva eliminatoria ante el Kamnik, y la aprovecharon.
Ningún grupo asequible
El Fenerbahçe turco, el Sttutgart alemán y el Lodz polaco serán los rivales del Haris en un competido grupo D de Champions League. "Si miramos los grupos, no podría decirte cuál es el más asequible porque ahí están los mejores equipos de Europa. Y eso es lo queremos, si hemos conseguido la clasificación es porque queríamos estar ahí y poder competir en una fase de grupos de Champions", comenta Aranda sobre los equipos que enfrentarán en la competición continental. El estreno en fase de grupos será el próximo martes 6 de diciembre en el Burhan Felek de Estambul ante el Fenerbahçe pero, consciente de que es mejor concentrarse en cada peldaño que mirar la escalera, la granadina se centra en el objetivo más cercano, el compromiso liguero del fin de semana. "Primero tenemos un partido en Sant Cugat y en eso estamos centradas porque siempre planteamos así nuestra semana. Después nos quedamos allí el domingo para viajar al día siguiente a Turquía. Ahí empezaremos a preparar el partido del martes contra el Fenerbahçe." argumenta Aranda.
Sin embargo, tampoco oculta las ganas de comenzar la andadura europea. "Evidentemente tenemos ganas, mucha ilusión y ganas de hacer bien las cosas. Sabemos que jugaremos contra rivales muy fuertes, preparados para este tipo de competiciones." En este sentido se refiere a una particularidad de la competición europea, "donde no hay límite de extranjeras", por lo que los equipos se refuerzan en gran medida pensando en esta competición europea. "En cualquier liga europea se obliga a que haya un cierto cupo de jugadoras nacionales pero para la Champions el cupo de extranjeras es ilimitado y sabemos que vamos a jugar contra las mejores jugadoras y los mejores equipos del continente lo que, aparte de una ilusión, es también un reto porque vamos a ver donde estamos". Asimismo Aranda sugiere que el estreno en Champions es una oportunidad para seguir creciendo y consolidarse como gran equipo europeo, y lo afirma poniendo en perspectiva su trabajo de hoy "para que en un futuro veamos al Haris siempre peleando por estar allá arriba."
Llegar a un equipo campeón
"Los refuerzos que han venido saben que vienen a un club que ha sido campeón y tenemos objetivos ambiciosos, por lo que tienen que aportar lo que el equipo requiere porque el año pasado tuvimos una excelente campaña", comenta Aranda acerca de las nuevas incorporaciones, como Lengweiler, Wolocwiz o Niece. Al objetivo de llegar a las finales de Liga y Copa, por supuesto para ganarlas, el Haris suma la participación en Champions, así como el reto ya conseguido de la Supercopa. Aranda reconoce que "los cambios pueden ser buenos o malos" y destaca que "teníamos un equipo muy hecho porque veníamos trabajando durante dos años las mismas personas".
El ejemplo más evidente es precisamente la Supercopa que el Haris disputó apenas una semana después de que las Patricias, Aranda y Llabrés, volvieran de sus compromisos con el combinado nacional. "Nada más llegar jugamos la Supercopa, solo pudimos llegar al último torneo previo y se notó que nos faltaba entrenar juntas y competir, por eso la fase previa de Champions nos ha venido muy bien para crecer como equipo" asegura Aranda que, además, destaca la aportación de sus nuevas compañeras "con muy buena actitud, muy receptivas, siempre preguntan, siempre quieren dar un poquito más."
Aunque la temporada apenas ha empezado, la trayectoria del Haris hasta el momento es casi inmejorable. El título de Supercopa, la clasificación para la fase de grupos de Champions y ocho victorias en nueve partidos en Liga para colocarse en segunda posición a solo un punto del líder. Después de un mes y medio con dos partidos por semana, las jugadoras del Haris han aceptado el desafío con un notable rendimiento, creciendo como equipo en cada partido, atesorando cada minuto de competición como una oportunidad de seguir mejorando. "Es un ritmo muy alto, con viajes y entrenamientos" admite Aranda y "evidentemente entrenamos para mejorar, pero es la competición lo que te da nivel".
Para afrontar su temporada más exigente, Aranda tiene claro que "tenemos que hilar muy fino con el tiempo de que disponemos" y desvela su receta de "ambición y cuidado físico personal" para asegurar que "mi desempeño en el campo sea bueno". Para ello, siempre tiene en cuenta el "descanso y la alimentación, así como el trabajo en el gimnasio, que es fundamental". Al igual que Aranda, todo el club encara este curso consciente de que va a ser tan duro como ilusionante. "Sabemos donde estamos y donde queremos llegar. Todas las chicas, el cuerpo técnico y el club asumimos este ritmo, que es muy alto y a la vez es muy bueno", concluye la colocadora.