Los apicultores canarios denuncian competencia desleal y etiquetado engañoso de la miel importada

El sector pide que el etiquetado sea específico, así como un mayor control y seguimiento desde los puertos para las mieles foráneas

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Un trabajador del sector apícola. / Europa Press
Un trabajador del sector apícola. / Europa Press

El sector de la apicultura en Canarias denuncia que se enfrenta desde hace años a la competencia desleal, a la alta importación del exterior, así como al etiquetado engañoso de las mieles foráneas. Por ello demandan a las administraciones mayores medidas de control en los puertos. 

Se trata de una situación que no solo ocurre en el Archipiélago. Hay convocadas movilizaciones en ocho comunidades autónomas donde los apicultores piden ayudas por los problemas derivados de la sequía y los costes, además de verse perjudicados por esta importación. Asociaciones como COAG señalan que España batió en 2022 el récord de importación. El ministro de Agricultura, Pesca y Alimentación del Gobierno de España, Luis Planas, aseguró esta semana que brindaron su apoyo en el Consejo de Ministros de Agricultura de la UE a la modificación de la normativa comunitaria sobre el etiquetado de la miel ''para mejorar la información al consumidor y la competitividad de nuestros apicultores''. 

A nivel general, al igual que en Canarias, los apicultores reclaman que el origen de las mieles se refleje correctamente en la etiqueta. El presidente de la Asociación de Apicultores de Tenerife (Apiten), Pablo José Pestano, explica a Atlántico Hoy que el sector lleva años enfrentándose a este problema, por lo que no descartan movilizarse si se acuerda con las demás asociaciones de las islas. 

Etiquetado que genera confusión 

Uno de los problemas que denuncian los apicultores locales es la importación de mieles foráneas que se venden como miel local debido a un etiquetado engañoso. El producto expone que está envasado en municipio canario y cuyo origen es España, pero no quiere decir que la miel sea hecha en el país.

Generalmente lo que usan son mezclas de mieles que vienen de otros países extracomunitarios. El problema surge cuando vienen de países asiáticos. ‘’No es miel, son elaborados con jarabe de alta fructosa. Elaboran un producto que se asemeja en consistencia, color y hasta el sabor de la miel, pero no lo es. Se usa para mezclar en países como Hungría o Rumania, y de ahí pasa a España. El etiquetado no es claro en ese aspecto’’, señala.

Pestano pone de ejemplo que en 2019 se consumieron en España unas 40.000 toneladas de miel, mientras que se producían 36.000. De ahí, 34.000 se exportaron a países como Francia o Alemania. ‘’Si consumimos esas 40.000 toneladas, ¿de dónde es esa miel?’’, cuestiona.

También ocurre con el etiquetado que señala que una miel proviene de varios países. ‘’En esa etiqueta se debe especificar claramente el porcentaje de cada país’’. En este sentido destacó una ventaja que tiene Tenerife con respecto a Canarias: la única isla que cuenta con Denominación de Origen, la cual garantiza que la miel es local.

Competencia desleal

El presidente de Apiten señala que este tipo de miel se vende muy barata porque viene de países donde la renta per capita y los costes son bajos, y donde no se cumplen requisitos restrictivos. ''Que países terceros puedan meter lo que sean en la Comunidad Económica Europea nos desprotege, y crea una competencia desleal con unos productos de muy mala calidad'', denuncia Pestano.

Esto ha afectado de gran manera a los costes de producción de la miel canaria. ''Tenemos muchos handicaps por el coste o la insularidad, y al final es normal que el consumidor mire a su bolsillo, pero al final el afectado es el apicultor local'', apunta.  

Además, situaciones como la sequía o el cambio climático ha afectado de lleno a la floración. De hecho Tenerife es una de las islas donde la producción de miel es bastante grande, y solo se hace un 10% para consumo interno.  

Aumento de controles

Para lograr una solución, Perdomo considera que esos productos importados susceptibles de adulterar deberían tener un control en los muelles. ''Nosotros tenemos que llevar la trazabilidad de todo lo que hacemos, y en este caso se debería hacer lo mismo''.

Desde la Asociación proponen que se realice un seguimiento del producto que llega, a dónde va, cómo se envasa, con qué marca y qué destino tiene, así como un especial cuidado con ese etiquetado que confunde al consumidor. 

Con respecto a las movilizaciones que comienzan este miércoles en ocho comunidades autónomas, el presidente de Apiten señala que por ahora no se van a sumar, aunque tampoco lo descarta. ''Es una decisión que se debe consensuar con las demás plataformas de las islas. Pero si se da la ocasión, nosotros siempre hemos apoyado defender lo nuestro, porque al final es nuestro modo de vida''.