Manuel Freire Veiga, uno de los históricos del Puerto de Las Palmas, tiene desde este miércoles una rotonda en el muelle Pesquero, que es donde ejerció su actividad y se especializó en los productos de mar.
En la década de los setenta montó Freiremar SA, un grupo que llegó a tener 35 empresas y 60 barcos que descargaban sus capturas en La Luz, la mitad en propiedad. De ahí el homenaje de la Autoridad Portuaria al célebre armador gallego, que nació en Vigo y supo ver el potencial de Las Palmas como centro especializado en pesca fresca y congelada.
Huérfano
Manuel Freire proviene de una saga familiar de armadores de buques. Nació en 1935 y se quedó huérfano joven, a los 15 años, asumiendo pronto la responsabilidad de gestionar el negocio familiar, donde lo aprendió todo del mundo de la pesca.
A principios de los sesenta, con poco más de 20 años, Freire consolidó varios embarques y vio el potencial estratégico del Puerto de Las Palmas, donde descubrió el mercado japonés y la comercialización del pulpo.
Fue, por tanto, uno de los primeros armadores gallegos en establecerse fuera de Galicia con una flota significativa. Una "visión pionera" que culminó el 24 de abril de 1974 con la fundación de Freiremar S.A. en Las Palmas de Gran Canaria, destaca la APLP, cuya presidenta, Beatriz Calzada, ha participado con el resto de la comunidad portuaria en de la inauguración de la rotonda.
Servicios varios
La empresa realiza, entre otras actividades, la comercialización de todo tipo de mercancías, principalmente productos de alimentación, la elaboración, envasado, transporte y distribución de productos alimenticios, la explotación de cámaras de almacenamiento frigorífico de mercancías, y la prestación de asistencia técnica a buques, aprovisionamiento, pertrechos y consignación.
La diversificación de servicios, que es la idiosincrasia y el ADN del Puerto de Las Palmas, permitió a Freiremar S.A. consolidarse como un referente en el sector pesquero marítimo.
Durante más de tres décadas de actividad en los mercados especializados, el grupo del armador gallego llegó a contar con 35 empresas.
En su máximo apogeo, además, operaba más de 30 buques propios y consignaba con regularidad más de una treintena, sumando una flota de hasta 60 barcos que descargaban mayoritariamente en el Puerto de Las Palmas. Era la época dorada de la pesca en los muelles de La Luz.
Logística
El modelo de negocio de Freiremar, explica la APLP, consagró el concepto de hub en la capital grancanaria, estableciendo un sistema integral que abarcaba desde la descarga y almacenamiento en frío hasta la distribución al cliente final o a las delegaciones. De este modo fortaleció el rol natural del puerto, creando y formalizando un centro neurálgico de actividad logística.
En su momento de mayor expansión dio trabajo a 3.000 empleados. Sólo en Gran Canaria, la empresa disponía de una oficina portuaria, un frigorífico en el Puerto de Las Palmas, otro en la zona industrial de El Sebadal, cinco tiendas y una fábrica de elaboración, además de un frigorífico y una plataforma logística en el Puerto de Arrecife.
Además, fue el primer exportador de España a Japón de especies de escama, abriendo nuevos mercados internacionales para los productos pesqueros españoles.
Contribución
Manuel Freire, de 90 años, es un experimentado armador, cuya visión estratégica y liderazgo han sido fundamentales para el crecimiento y la consolidación de su grupo de sociedades.
Una contribución a la comunidad marítimo-portuaria de Las Palmas de la que bebieron proveedores, suministradores y agentes consignatarios, siempre anticipándose a las tendencias del mercado para abrir nuevas vías de negocio en los Puertos de Las Palmas.
Agradecidos
Calzada elogió la trayectoria de este empresario "apasionado e incansable" que apostó "por nuestro puerto" un 24 de abril de 1974 con la fundación de Freiremar, una de las compañías "más emblemáticas del sector pesquero español", destaca la presidenta.
"Le estaremos eternamente agradecidos por su servicio a este puerto en su desarrollo como hub de descarga, almacenamiento, transformación y distribución de productos pesqueros y congelados, así como su impulso en la captación de tráficos y navieras que confiaron y confían sus buques y sus actividades globales a los operadores del Puerto de Las Palmas. Su liderazgo generó la implicación familiar y de sus trabajadores, así como de otras empresas que se volcaron en el despegue de este puerto en el último tercio del siglo XX”, añade Calzada.