Una zanja de 20 metros, cal viva y los residuos habituales del vertedero de Juan Grande, en el sur de Gran Canaria. Así enterrará el Cabildo la ballena que ha sido remolcada hasta el Puerto de Las Palmas, tras localizarla muerta Salvamento Marítimo este martes, y hacerse responsable la institución insular de su rescate y traslado.
El consejero de Medio Ambiente del Cabildo de Gran Canaria, Raúl García Brink, explica que han optado por sacar al enorme animal del agua y enterrarlo en el vertedero por sus grandes dimensiones y cercanía a la costa, evitando así riesgos de colisiones u otros peligros para la población, además de para poder estudiar las causas de su muerte.
Un coloso del mar
Se trata de un rorcual común, también conocido como ballena de aleta, y es el segundo animal más grande del planeta, solo superado por la ballena azul.

El ejemplar rescatado en alta mar ronda las 28 toneladas y mide 18 metros de largo. La operación para sacarlo del agua, que fue coordinada por el biólogo Pascual Calabuig, duró más de cinco horas y requirió la colaboración de Salvamento Marítimo, Astican, Reprosub y la Policía Portuaria, entre otros.
Todo el Puerto de Las Palmas pendiente del rescate, que se complicó por las dimensiones del animal y de la complejidad de izarlo en la postura correcta para que no se escurriera entre las cintas colocadas por los buzos.
Hubo que mandar un segundo camión para llevarlo al Ecoparque Gran Canaria Sur porque el primero se quedaba pequeño.
Necropsia
Una vez en el vertedero de Juan Grande, personal del IUSA (Instituto Universitario de Sanidad Animal y Seguridad Alimentaria) y de la SECAC (Sociedad para el Estudio de los Cetáceos en el Archipiélago Canario) le han practicado la necropsia a la ballena, que murió debido a un problema pulmonar grave, esto es, por causas naturales.

Es una iniciativa científica ligada a la Red Vigía Canarias (Red Canaria de Vigilancia Sanitaria de la Fauna Silvestre), con la finalidad de obtener datos de cómo viven y mueren los cetáceos en las aguas isleñas, explica el Cabildo, que destaca y agradece la implicación de la comunidad portuaria en el rescate, así como el trabajo de la Universidad de Las Palmas de Gran Canaria, del Ecoparque y del Centro de Recuperación de Fauna Silvestre, que pertenece a la institución insular y lo dirige Calabuig.
Protocolo
Un vez completada la autopsia, la ballena será enterrada en el vaso del vertedero, tras cavar la zanja y rociarla de cal, que es lo establecido en los protocolos para estos casos.
No hay intención de conservar su esqueleto para reproducirlo en algún museo o parte de la costa, como ya se ha hecho en otras islas, entre ellas Fuerteventura y Tenerife.