Canarias ha cogido carrerilla y avanza en consolidarse como un territorio clave dentro del sector de la microelectrónica y los semiconductores en España y Europa. Con 14 empresas, centros de investigación punteros y más de 500 millones de euros en proyectos, ahora el Archipiélago trabaja en un nuevo centro tecnológico.
Según Braulio Quintana, secretario de AESEMI y presidente del Clúster Chip Canarias, en las Islas “ya existe un ecosistema real, no estamos empezando de cero. Canarias es ya un lugar de referencia internacional”. Y además de los datos mencionados, lo demuestra la celebración en Gran Canaria de Chipnation 2025, el III Congreso Nacional de la Industria de los Semiconductores, que reúne a más de 400 profesionales de la industria y la academia.
Presencia del sector en Canarias
El Clúster Chip Canarias integra una combinación de empresas especializadas y organismos científicos que suman más de 200 empleos altamente cualificados, más de 200 investigadores y una facturación conjunta que supera entre los 35 y 40 millones de euros.
El Archipiélago destaca con referentes como el Instituto de Astrofísica de Canarias (IAC) y el Instituto Universitario de Microelectrónica Aplicada (IUMA) de la Universidad de Las Palmas de Gran Canaria, ambos reconocidos por décadas de investigación puntera y transferencia tecnológica. De esta dinámica han surgido compañías como Celestia Chip o Wooptix, que ya operan a nivel global en segmentos de alta especialización, resaltó Quintana.
Líneas de producción
En este sentido, Canarias se perfila como un territorio idóneo para líneas de fabricación de componentes, empaquetado y testeo de dispositivos. “La cadena de valor del semiconductor es muy amplia, y aquí podemos atraer pequeñas inversiones para establecer líneas de fabricación de distintos componentes”, explica Quintana.
De hecho, el secretario de AESEMI apuntó que algunas empresas ya operan pequeñas líneas de producción, lo que abre la puerta a un crecimiento sostenido en segmentos muy específicos del sector.

Futuro centro tecnológico
El proyecto más ambicioso en marcha es el centro tecnológico de microelectrónica y aeroespacial que impulsa el Cabildo de Gran Canaria en el Parque Científico de la ULPGC, en el campus de Tafira.
Con más de 7.000 metros cuadrados, el espacio será el primero del Archipiélago que unirá en un mismo edificio salas blancas, laboratorios especializados y espacios adaptados a pequeñas líneas de fabricación, además de zonas de testeo de dispositivos.
Problema con el PERTE Chip
A nivel nacional, el presidente de AESEMI, Carlos Pardo, indicó que el sector se enmarca en un debate sobre el futuro del PERTE Chip, el programa estratégico financiado por la Unión Europea para impulsar la industria de los semiconductores en España. Y es que de los 12.250 millones de euros previstos, solo se ha podido movilizar alrededor de 1.000 millones, teniendo como fecha límite junio de 2026.
La industria espera que el Gobierno de España pueda prorrogar los plazos de ejecución, ya que será difícil ejecutar la totalidad de los fondos en el plazo actual. Aún así, Pardo destacó que el PERTE ha supuesto “un antes y un después” para el sector, dinamizando inversiones y dando visibilidad a una industria en la que operan cerca de 200 empresas en España, vinculadas a ámbitos tan diversos como defensa, espacio, automoción, tecnologías cuánticas o software especializado.

Falta de microchips
Pardo recordó además cómo la pandemia evidenció la fragilidad de la cadena de suministro europea tras el parón del sector del automóvil por la falta de microchips, una situación que, subraya, se ha repetido ahora por las tensiones geopolíticas internacionales.
En este contexto, el presidente de AESEMI insistió en la necesidad de que Europa reduzca su dependencia exterior para garantizar seguridad estratégica y capacidad de negociación en un mercado global altamente competitivo.
Nueva ley
Con este objetivo, la Unión Europea trabaja ya en la nueva Ley Chip 2.0, una actualización del marco regulatorio que podría aprobarse entre enero y febrero y que aspira a reforzar la autonomía tecnológica del continente.
Pardo confía en que esta normativa actúe como un “balón de oxígeno” para una industria en la que la competencia mundial es “feroz” y donde, advierte, Europa solo podrá mantener su posición si continúa apoyando el sector con inversión pública sostenida.
La presión sobre la cadena de valor del automóvil —especialmente por la dependencia de China— es otro de los factores que, según el presidente de Aesemi, hacen imprescindible que la UE mantenga un liderazgo firme en la carrera global del semiconductor.