La construcción desacelera y los contratos disminuyen un 10% en enero

En la provincia de Las Palmas se registraron más contratos pero también una mayor bajada interanual, con el 16,6% menos. En Santa Cruz de Tenerife el descenso fue del 2,1%.

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Conjunto de villas de obra nueva en construcción. / Cedida
Conjunto de villas de obra nueva en construcción. / Cedida

Los contratos firmados en el sector de la construcción durante el mes de enero en Canarias descendieron un 10% en comparación con los que se produjeron en el mismo mes del año anterior, pasando de los 3.715 de entonces a los 3.341 de 2022.

Por provincias, Las Palmas  fue donde se registraron más contratos (1.707) pero también una mayor bajada interanual, con el 16,6% menos. En Santa Cruz de Tenerife, con 1.634, el descenso fue solo del 2,1%. Según la empresa de recursos humanos Randstad la media nacional se sitúa en el 13,9%.

Estas cifras representan un ligero retroceso de la actividad del sector que ya anticipaban ciertos factores coyunturales como el desabastecimiento, los problemas de logística y por ende la inevitable subida del precio de las materias primas, que a su vez encarecía el coste de obras ya licitadas y reducía los márgenes (cuando no llevaba a pérdidas) para las empresas.

Los datos del Instituto Canario de Estadística (ISTAC) para el último trimestre del año eran positivos con subidas del 4,5% en el empleo registrado y los trabajadores afiliados a la Seguridad Social. Sin embargo al cotejar esos guarismos con los del trimestre anterior se observa una bajada, si bien testimonial, del 0,2%, que pone de manifiesto la estabilización del sector tras dos años en los que se ha erigido como la locomotora económica del Archipiélago.

Motor durante la pandemia

El sector de la construcción fue el gran motor económico de Canarias durante los peores momentos de la pandemia de COVID-19. “Fuimos el único sector que no paró”, aseguraba a Atlántico Hoy Oscar Izquierdo, presidente de la patronal en la provincia de Santa Cruz de Tenerife, porque “la planta alojativa aprovechó el parón para modernizarse, algo que dio empleo a las empresas’’.

En el primer trimestre del pasado año el sector era el único que había no solo recuperado sino superado las cifras prepandemia, con datos récord en cuanto al número de contratos y de parados inscritos.

Pese a ello, ya se avisaba que los efectos del desabastecimiento provocado por la pandemia y los problemas de logística estaban ahogando al sector en Canarias, tan dependiente del contexto internacional.

Como ejemplo, Atlántico Hoy informó hace poco meses sobre los efectos que el aumento de precios del hormigón pudiese tener en las Islas, con "riesgo de quiebra" para las empresas de este sector por los costes derivados de transportar esta materia prima.

El problema de la obra pública

La inflación ha hecho mella de manera especial en la contratación de obra pública, uno de los grandes caballos de batalla de las empresas de la construcción. La súbita subida de precios ha desfasado presupuestos aprobados antes del encarecimiento de los productos y, pese que ha habido un notable incremento de obra pública en Canarias, como relataban a este medio representantes del sector, la realidad es que muchos proyectos quedan sin licitar por la poca competitividad de sus propuestas.

La pasada semana la Asociación de Empresarios Constructores y Promotores de Las Palmas (AECP) aseguró que más de 300 obras públicas han quedado desiertas en Canarias entre enero de 2021 y 2023 ante la imposibilidad de las empresas de cumplir los contratos por no ajustarse a los precios del mercado, triplicando incluso las obras desiertas en 2022 respecto a 2021.

Según la nota de prensa, los ayuntamientos dejaron de licitar obras por valor de 57,8 millones de euros, un 40,2% del total; la Administración del Estado, con 25 millones, un 18%; los cabildos, 24 millones, un 17%; y el Gobierno de Canarias con 23,8 millones representó el 16,8%.

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