Las viviendas de la mayoría de las provincias en España no resaltan por su categoría en el Certificado de Eficiencia Energética (CEE) al obtener en gran medida la categoría E, que puede consumir entre cinco y siete veces más que la A. No obstante, los inmuebles de las provincias canarias son los que se llevan el mayor suspenso con una G.
Así lo refleja el Informe anual del mercado residencial, elaborado por Idealista, en el que el portal analiza el parque inmobiliario del país. Estos últimos datos corresponden a diciembre de 2024 y señalan la necesidad de la rehabilitación del parque de viviendas, en este caso de cara a la eficiencia energética de los hogares.
Antigüedad de las edificaciones
El 87% de las viviendas en España tiene una calificación energética E, F, o G, las peores en términos de consumo y emisiones. La E (55,9%) es la letra más común, aunque hay comunidades que destacan por contar con los mayores porcentajes con certificación G. Canarias encabeza esta lista, con un porcentaje del 66,93%, triplicando a la media nacional, que se sitúa en 20,22%.
La principal razón de este suspenso en eficiencia energética se debe al año de construcción medio de las viviendas, que en España es 1981. Las provincias con un parque inmobiliario más antiguo son Barcelona, Bilbao, Madrid y Valencia, que se emplaza entre 1963 y 1970.
En lo que respecta al Archipiélago, el año de construcción medio de los hogares es 1975 en el caso de Las Palmas de Gran Canaria y 1978 en Santa Cruz de Tenerife. Es decir, la edad media del parque de viviendas en las Islas es de casi 50 años.
Cambios por el clima
F.J. Arroyo, ingeniero especializado en energía renovables, apunta que muchos edificios fueron construidos antes de la entrada en vigor del Código Técnico de Edificación (CTE) en 2006. "La falta de criterios de eficiencia energética en el diseño y la selección de materiales – que en muchos casos presentan un aislamiento térmico deficiente – ha convertido a estas construcciones en auténticos focos de consumo excesivo de energía", explica.
En Canarias, esta situación se ve acentuada por las prolongadas temporadas de altas temperaturas, sobre todo en el sur de las Islas, que "generan una elevada demanda de refrigeración, lo que agrava el problema en aquellos edificios que no cuentan con un aislamiento adecuado ni con sistemas de climatización eficientes". Y, señala el ingeniero, "se genera más consumo al querer obtener frío que en comparación con obtener calor".
Impactos ambientales y sociales
Según Arroyo, la presencia masiva de edificaciones con baja certificación energética tiene múltiples repercusiones. Por una parte ambientales, al producirse un incremento en las emisiones de CO2, "lo que resulta contraproducente en la lucha contra el cambio climático".
Y también sociales, ya que la rehabilitación de edificios puede convertirse en una fuente de empleo y dinamización económica, tal como han señalado diversos estudios del Instituto para la Diversificación y Ahorro de la Energía (IDAE), asegura el experto.
Estrategias para la mejora
La solución de esta situación pasa por "una intervención integral" en el parque de viviendas. Algunas de las medidas recomendadas que destaca Arroyo en base a sus criterios y el de diversos expertos y organismos, se basan en la mejora en el aislamiento térmico, como rehabilitación de fachadas y cubiertas, ventanas de alta eficiencia y pinturas reflectantes.
Asimismo, el ingeniero recomienda la optimización de los sistemas de climatización y ventilación, así como el fomento del uso de energías renovables, a través de la instalación de paneles solares fotovoltaicos, por ejemplo, favorecida por la elevada radiación solar del Archipiélago.
Incentivos y apoyo de instituciones
En este sentido, también entran en juego las subvenciones y beneficios fiscales, tal como se ha venido impulsando en el marco del Plan Nacional de Rehabilitación Energética de Edificios y el Plan de Recuperación, Transformación y Resiliencia. Son fundamentales para incentivar a propietarios y comunidades a invertir en la mejora de la eficiencia.
Además, las administraciones también presentan programas públicos de rehabilitación. El Gobierno de Canarias, a través de la Consejería de Vivienda y su Instituto Canario de la Vivienda (ICAVI), ha aprobado diferentes proyectos de rehabilitación energética para viviendas protegidas de promoción pública, como es el caso de la promoción del municipio de San Mateo, en Gran Canaria.
Un camino mejor
Arroyo resalta que estudios y guías publicados por el IDAE indican que, mediante la rehabilitación energética, es posible lograr reducciones en el consumo de energía que oscilan entre el 20% y el 30% en edificios antiguos.
Y considera importante añadir el potencial que presentan estas medidas de cara a dinamizar el mercado de la construcción y generar empleo, "aspectos relevantes en el contexto socioeconómico actual".
"La transición hacia un parque inmobiliario más eficiente y sostenible en Canarias exige un enfoque multidisciplinario y la colaboración de todos los agentes implicados: autoridades, sector privado y ciudadanía. Las inversiones en rehabilitación y eficiencia energética no solo suponen un ahorro económico a largo plazo, sino que también son un pilar en la estrategia para alcanzar la neutralidad climática en las próximas décadas", concluye.

