Se ha vuelto habitual encontrar anuncios en los portales de viviendas que tienen el siguiente mensaje: “Esta casa no se puede financiar”, es decir, hay que comprarla a tocateja. Una opción que puede parecer no del todo descabellada, porque se trata normalmente de viviendas con precios muy por debajo del mercado (algunas afrontables con un préstamo personal), pero hay que tener cuidado, porque no se trata de compraventas al uso y estos precios bajos esconden trampas.
Para empezar, muchas veces el mensaje se acompaña de "solo para inversores". Así que la idea de comprar una casa sin hipoteca se esfuma para el común de los canarios, que ya sufren especialmente la crisis habitacional: el precio medio de un piso de 80m2 en en Archipiélago ya ha llegado a 230.000 euros, incrementándose en más del 10% desde el año pasado y con poca esperanza de estancamiento o descenso.
Procesos judiciales
Según el abogado del Centro de Asesoría y Estudios Sociales (CAES), Víctor Palomo, estas viviendas suelen provenir de procesos judiciales: “Hay empresas específicas que se dedican a buscar en los los boletines de subasta judicial viviendas que han estado en que están en ejecuciones hipotecarias, es decir, de procedimientos que no se ha podido pagar la hipoteca y salen a subasta”.
“Ningún banco te va a dar una una una hipoteca para que puedas pujar en una subasta judicial. Por eso que dicen esto de que tiene que ser al al contado”, apunta Palomo.
Ocupadas pero no okupadas
En otros casos, las viviendas, dice el experto, pertenecían a bancos que se quedaron con las viviendas de las familias desahuciadas por no poder pagar las hipotecas durante la crisis anterior, "que después firmaron alquileres sociales y se las vendieron a fondos de inversión, que ahora quieren vender las propiedades con inquilinos dentro".
Así que al consultar portales inmobiliarios, da la sensación de que están ocupadas ilegalmente, pero este no es el caso habitual: "No están okupadas, las venden con un inquilino que tiene su contrato y paga". El problema, señala, es que los alquileres sociales que están pagando estas personas son mucho más bajos de lo que estos fondos quieren ingresar.
Acoso
Y, de llegar a firmar un contrato de compraventa, el abogado también explica que, en muchos casos es difícil tomar posesión: "Si hay alguien viviendo ahí, ahora mismo existe una moratoria para personas vulnerables que se encuentren en situación de ejecución hipotecaria, y no se vence hasta 2028, así que hasya 2028 no se podría echar a esa persona". Se trata de una moratoria que, además, lleva años prorrogándose, advierte.
Así que como no hay cauce legal para que los inquilinos abandonen el inmueble, en los casos más graves, sufren estrategias que pueden rozar el acoso: “Venden la casa a inversores de medio pelo que la compran por 80.000 o 90.000 euros y se dedican a hacerle la vida imposible literalmente a los inquilinos, para que se vaya”.
Estado de la casa
Además, estas viviendas no solo no pueden financiarse, en la mayoría de los casos tampoco pueden visitarse, por lo que el estado real del interior puede ser una incógnita: “Imagínate que compras la casa en 70.000 euros porque es una ganga, pero no sabes si hay deuda de comunidad o de IBI, no sabes el estado de la vivienda”.
Para Palomo, se trata de "una mafia" que está complicándoles la vida a personas de las zonas más humildes, que no dudan en hacer uso de empresas de desocupas, o incluso "desocupa low cost, que son más cafres aún”, cuando se trata de personas que están pagando su alquiler.
