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Economía

Gonzalo Bernardos: "Los señores que viven del turismo no sienten la necesidad de diversificar"

El economista y reconocido tertuliano ha concedido una entrevista a Atlántico Hoy para analizar el modelo turístico actual y la situación que enfrentan las Islas y que las han llevado a las manifestaciones del 20 de abril

6 minutos

Gonzalo Bernardos, economista / AH

Gonzalo Bernardos Domínguez es economista y profesor en la Universidad de Barcelona, además de un reconocido y habitual tertuliano en varios medios de comunicación. Es miembro también del jurado que concede los Premios al Liderazgo y a las Mejores Iniciativas Empresariales de Atlántico Hoy. A raíz de las manifestaciones convocadas para el sábado 20 de abril en contra del modelo turístico de Canarias y la masificación, este medio ha querido conversar con él para conocer lo que ha llevado al Archipiélago al límite. 

Bernardos apunta hacia la administración como responsable de no haber sabido gestionar el crecimiento de las viviendas vacacionales en Canarias. Además de que no duda en afirmar que “esto son unos señores que viven del turismo y que tienen el poder económico y político y que les parece muy bien cómo van las cosas y no sienten, para nada, la necesidad de diversificar ni crear nuevas fuentes económicas”. 

[Pregunta] ¿Qué factores considera que están influyendo en la escasez de vivienda en la región?

[Respuesta] En primer lugar, un urbanismo muy lento. No puede ser que se tarde 10, 12 o 15 años en convertir un suelo agrícola en residencial. El segundo factor es la inexistencia de viviendas de alquiler social y a las diferentes autonomías se les ha ido esto de las manos. Es un problema muy grande porque el conjunto de España tiene un 2,5% de parque de vivienda social, mientras que el conjunto de la Unión Europea está en el 9%. 

Nuestro país no tiene vivienda social por dos cosas: porque consideran que tienen muchísimos impagos —por ejemplo, el Ayuntamiento de Málaga tiene el 40% de impagos— y, la segunda, porque la conservación no es la adecuada. Al Gobierno de España se le ocurrió que la protección social la hicieran los propietarios, pero la reacción de estos va a ser dejar de invertir en vivienda, vender algunas propiedades que tenían, pasar otras a arrendamiento de temporada y, entonces, el problema no se va a solucionar si no que se va a agravar —como siempre que hay control de precios—. Y, además, para coger y desviar la atención se han buscado unos culpables que son la vivienda de uso turístico y las viviendas en régimen de arrendamiento de temporada. 

Si analizas sobre todo las viviendas turísticas, lo que te encuentras es que estas viviendas atraen riqueza a la ciudad como lo pueden atraer los hoteles o como la puede atraer cualquier establecimiento. Pero se ha hecho una campaña, en parte indebida, contra ellas. 

¿Por qué cree que se ha desviado la culpa a las viviendas vacacionales? 

Porque lo que no puede ser es que haya unas normas y la propia administración no permita que esas normas se cumplan y no haga las respectivas inspecciones. Lo que no puede ser es que la administración acepte viviendas turísticas a tope sin tener en cuenta las necesidades de los barrios y de los lugares. Podrían haber coexistido perfectamente con las viviendas de alquiler tradicional, pero, como no ha habido ninguna planificación, esto se ha convertido en un enfrentamiento que se podía haber subsanado de una manera muy fácil.

Justamente, hace unas semanas se presentaba un anteproyecto para regular la vivienda vacacional en Canarias porque, mientras el Archipiélago cuenta con 54.282 viviendas de alquiler turístico, solo se construyeron 2.782 viviendas de alquiler tradicional en 2022. ¿Cómo puede existir la convivencia así?

Creo que, excepto en las localidades donde el turismo es el único motor, en todas las demás las viviendas de uso turístico deberían estar limitadas. Para mí deberían tener una entrada propia, es decir, ser un edificio solo viviendas de uso turístico. En segundo lugar, como máximo, deberían tener en un barrio el 10% de la oferta, en tercer lugar, las tasa turísticas que pagan esas viviendas deberían dedicarse a mejorar el barrio que las soporta. 

Además, en cuarto lugar, la administración tiene muchísimos solares y deberían desarrollar la colaboración público-privada para hacer unas 15.000 viviendas en un año. Esto se puede hacer si hay voluntad política. 

El turismo es la fuente de economía de Canarias, pero, sin embargo, el Archipiélago es de las comunidades más pobres de Europa —el 33,8% de la población está en riesgo de pobreza— y es la única región turística de la UE que tiene una tasa de paro más alta que la de su país. ¿Cómo es esto posible si llegan millones de turistas?

Pasan dos cosas, si tu te pones a mirar el PIB de Baleares, este hace 40 años estaba entre los tres primeros de España y ahora está en la media. Lo que sucede, y es extensible a Canarias aunque con unas características un poco diferentes, es que se ha desarrollado muchísimo la población y hay más economía sumergida que en otras partes del país y, por lo tanto, no aparece toda la riqueza que da. 

En el caso de Canarias, la primera diferencia es que en Baleares los que más han invertido ahí son los propios locales y en Canarias se ha creado alguna cadena, pero sobre todo de empresas extranjeras. Por otro lado, Canarias tiene a su favor que la temporada de llegada de turistas es más larga, pero el cliente que llega tiene menos poder adquisitivo y también se ha apostado por la cantidad y no tanto por la calidad —excepto determinados empresarios—. 

Ese es otro de los debates que llevan a las manifestaciones del sábado

Es que mira, si yo cojo las estadísticas de lo que sucede en el turismo de capitales y en el turismo de playa, excepto en el 2023 y en 2024, se ve que el turismo de playa va perdiendo cuota y la va ganando el turismo de capitales. Esto es así porque al turismo de playa le falta diversificación. Falta que tenga ramificaciones en el conjunto de la economía y que logre conseguir trabajos de mayor calidad. 

Pero eso no es todo, es que si observamos lo que ha pasado en la última década es que llegó Mariano Rajoy al poder y, siguiendo las instrucciones de Alemania, nos metió a todos en los años 60 del siglo pasado donde, para ser competitivos, teníamos que pagar a la gente muy mal. Se genera, entonces, un nuevo tipo de pobre: el pobre con trabajo a tiempo completo y todavía no hemos salido de ahí. 

También es que tenemos a muchos empresarios que su principal saber hacer es pagar poco en lugar de coger y tener una clientela a la que se le ofrece un buen producto y un buen servicio. Aquí siempre se habla de la productividad de los trabajadores y de que la de los empleados de España es más baja que en el resto de Europa. Pero esta productividad depende de cuatro cosas: la formación de los trabajadores, la actitud de los mismos, los medios que le proporciona el empresario para poder hacer bien su trabajo y la gestión del empresario. En la mayor parte del país, las dos últimas son bastante deficientes. 

También se habla mucho en Canarias de diversificar la economía, ¿hacia dónde tiene que ir el Archipiélago para no depender 100% del turismo?

Alguien me dijo una vez que Canarias tenía que ser un polo de atracción de nuevas tecnologías. Una chorrada. Porque su geografía le impide hacer esto ya que, para conectar con el norte de Europa, hay muchos más lugares que tienen más posibilidades que Canarias. ¿Cuál es el hábitat de Canarias? África y las Islas pueden ser, perfectamente, una plataforma logística de primera calidad para trabajar con seguridad allí,  entendiendo que va ser el próximo continente que repuntará.

Por otro lado, Canarias también tiene una capacidad de producción eléctrica con las renovables tremenda. Pero me da la impresión de que no ha hecho una gran inversión en este tema tampoco. Es más, no conozco cargos del Gobierno canario de un signo de otro a las principales consultoras internacionales para atraer empresas extranjeras y eso que tienen el arma de los escasos impuestos que se pagan en las Islas gracias a la Zona Franca. 

Te lo resumo: esto son unos señores que viven del turismo y que tienen el poder económico y político y que les parece muy bien cómo van las cosas y no sienten, para nada, la necesidad de diversificar ni crear nuevas fuentes económicas.