La Isla de Gran Canaria ha registrado este mes de marzo su mejor dato turístico desde el comienzo de la pandemia. Hasta 325.288 turistas llegaron a la Isla, de los cuales 298.056 procedían del extranjero, según datos de Aena y Frontur.
Tal y como ha indicado en una nota de prensa el consejero de Turismo de Gran Canaria, Carlos Álamo, “estamos ahora inmersos en un proceso de recuperación, los números empiezan a parecerse a los anteriores al Covid y cada mes es mejor que el anterior. Ahora debemos consolidar esta recuperación”. Así, también ha indicado que en marzo de 2019 fue una de las mejores cifras en el histórico de visitantes, con 453.136 turistas.
Datos de procedencia
Entre los extranjeros, primaron los procedentes de países, con 79.078 turistas, seguido del alemán, con 71.279, los de Reino Unido (59.669) y Países Bajos (21.079). Tanto ingleses como neerlandeses aparecen con datos superiores respecto al 2019, al igual que lo hacen los clientes del mercado francés e irlandés. La estadística de marzo se completa con la presencia de 32.527 turistas nacionales, tal y como indica la nota.
Entre enero y marzo a la isla han llegado 780.636 extranjeros mientras que el dato de 2019 fue de 1.131.302 clientes extranjeros.
"Las previsiones para julio, agosto y septiembre continúan siendo positivas y se enmarcan en la senda de la recuperación, con un aumento del 7% en el número de plazas aéreas previstas respecto al mismo trimestre del ejercicio prepandémico de 2019", agrega el comunicado. De este modo, Gran Canaria dispondrá de 1.253.884 asientos en el tercer trimestre del 2022, tanto nacionales como internacionales, frente a los 1.169.055 de 2019.
Más vuelos
Respecto a las operaciones, tal y como ha indocado el Cabildo, Iberia incrementará su capacidad con Canarias en un 30% respecto a 2019. Además, Binter Canarias dispone de nuevas rutas gracias a su proceso de expansión y ahora ofrece más conexiones con ciudades de España, Portugal y Francia, entre otros.
“Los datos y las previsiones son razonablemente buenos, conociendo las dificultades que ha padecido este sector, y más allá de los números y los datos fríos, creo que también cabe valorar el espaldarazo anímico que supone para un sector un sector muy dañado que ahora intenta esquivar los efectos adversos de la guerra y de una pandemia que continúa representando una amenaza real”, añade Carlos Álamo.