Imagen de una joven camarera / AH
Imagen de una joven camarera / AH

Los jóvenes canarios huyen de formarse en hostelería: "Se concibe como una profesión esclava"

Jordán Rodríguez Auyanet, el jefe del Departamento de Hostelería y Turismo en el IES Noroeste (Gran Canaria), resalta que el curso donde da clases "peligra muchísimo"

marcos moreno

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El sector servicios es clave en el tejido económico de Canarias, pero si el objetivo es tener trabajadores cualificados la formación juega un papel importante. Todo apunta a que cada vez es más difícil enganchar a la juventud y Jordán Rodríguez Auyanet, el jefe del Departamento de Hostelería y Turismo en el IES Noroeste —un instituto público ubicado en Santa María de Guía (Gran Canaria)—, está preocupado.

Su centro, según ha podido saber Atlántico Hoy, es el único donde aguanta con vida el Ciclo Formativo de Grado Superior de Dirección de Servicio en Restauración en toda la isla capitalina. Tienen 10 alumnos matriculados, pero de asistencia real solo cuentan con cuatro. “La gente no se quiere formar en este sector, concibe la hostelería como una profesión esclava”, lamenta el profesor.

"Peligra muchísimo"

El principal problema está en el número de interesados para aprender a trabajar en sala, aunque para dedicarse a la cocina han dejado de tener lista de espera como hace unos años. Las matriculaciones han ido a menos y temen no contar con el ciclo formativo de cara al próximo curso. “Peligra muchísimo”, exclama.

Rodríguez Auyanet considera que uno de los mayores inconvenientes para atraer a las nuevas generaciones es el salario. “Los sueldos están estancados desde hace mucho tiempo y, a pesar de que se trata de un trabajo estresante y complicado, si los empresarios pagaran más no tendrían tanta dificultad a la hora de encontrar mano obra”, reflexiona el docente.

Imagen exterior del IES Noroeste / GOBIERNO DE CANARIAS
Imagen exterior del IES Noroeste / GOBIERNO DE CANARIAS

Ayuntamientos

Además, subraya que cada vez hay más intrusismo con los certificados de profesionalidad que se gestionan a través de la Consejería de Empleo. Se trata de una herramienta que se siempre se ha utilizado para que las personas con mucha experiencia en la hostelería, pero sin formación, pudieran hacer convertir su trayectoria en cualificación.

A día de hoy existen las PFAES, organizadas por los ayuntamientos; y otras por parte de academias privadas. Argumenta que muchas provocan que la formación disminuya a ser muy específicas y de menos tiempo.

Un camarero atendiendo a una mesa de turistas / EFE
Un camarero atendiendo a una mesa de turistas / EFE

Salarios

Aunque la cosa no queda ahí porque hay un incentivo mayor: a veces, desde la parte pública, se les paga para que realicen los cursos. Rodríguez Auyanet no comprende cómo es posible que teniendo ellos problemas de matriculación, el Ayuntamiento de Santa María de Guía abra más PFAES. “Tienen bastantes más alumnos”, señala. 

Sobre los sueldos en la hostelería, sostiene que a lo mejor en otras comunidades se paga menos que en Canarias, pero “allí tampoco son adecuados”. También se queja porque es un oficio en el que incluso se paga en negro o se hacen horas extras que nunca son remuneradas. 

Una camarera coloca una terraza / EFE
Una camarera coloca una terraza / EFE

"Un sector maltratado"

“Las condiciones son duras. Es un sector que está muy maltratado y tiene una visión social muy denostada”, cuenta. Añade que “si seguimos así estamos abocados a que nuestro tejido empresarial esté en riesgo”.

González Auyanet resalta que, a pesar de todo, es una profesión bonita donde los trabajadores son muy productivos. “Hay un margen de beneficios fuerte”, resalta.

Una joven camarera sirve una mesa / EFE
Una joven camarera sirve una mesa / EFE

Varias posibilidades

No solo eso sino que, bajo su punto de vista, la sociedad debería ser consciente de que es un trabajo con muchas aristas: se puede ser coctelero, barista o dedicarse a labores administrativas.

Aún así, parece que las nuevas generaciones no terminan de verlo claro y muchos abandonan por el camino. En el segundo curso del Ciclo en el que trabaja Rodríguez Auyanet solo quedan dos alumnos de los siete que empezaron.

Formaciones saturadas

El profesor explica que hay varias causas que hacen desistir a  los estudiantes: se dan cuenta de que no es lo que les gusta, comprueban que es una profesión dura o se matriculan esperando a que los acepten en otras formaciones —algunas están saturadas como es el caso de las sanitarias—. 

Rodríguez Auyanet, a modo de conclusión, considera fundamental que los empresarios cuiden a los trabajadores. “Los empleados son clientes internos de las compañías, es importante que haya un buen ambiente laboral y que no te machaquen”.