En Canarias, el 32 % del agua ofertada proviene de la desalación de agua de mar. La producción anual supera los 200 hectómetros cúbicos y continúa en aumento. De toda el agua desalada, casi el 83% se destina al consumo urbano y turístico, y el resto va a los sectores agrario e industrial.
Para Baltasar Peñate, Jefe del Departamento de Agua en el Instituto Tecnológico de Canarias (ITC), la industria de la desalinización tiene un papel estratégico en España, no solo como motor económico, sino también como pilar de sostenibilidad y fuente de innovación. "Hablar de agua desalada, es hablar de economía", afirmó durante las Jornadas España en azul, en las que se reflexionó sobre los retos y fortalezas de las empresas relacionadas con el mar en el territorio nacional.
Sostenibilidad
La desalación es una infraestructura clave en territorios insulares como Canarias, donde sostiene la vida y la economía. "El agua desalada se distribuye no solo a población, a turismo, sino también a un sector agrícola cada vez más potente", señaló Peñate, quien destacó que España está en el top mundial de producción de aguada desalada.
El experto recalcó que la sostenibilidad ha pasado a ser un eje fundamental de la industria tras más de seis décadas de desarrollo. "Hoy en día, hablando del presente, podemos decir que lo que se desala en España está cumpliendo criterios de sostenibilidad por dos factores principales. Primero, porque tenemos la tecnología para consumir la menor energía posible", afirmó, señalando avances que ya permiten operar por debajo de los 2 kWh por metro cúbico.
Gestión de la salmuera
Y también porque la gestión de la salmuera (el residuo concentrado que deja el proceso de desalación) ha evolucionado hacia modelos más respetuosos. "Hoy en día las desaladoras están reduciendo drásticamente el consumo de productos químicos", explicó. "Ya casi estamos hablando de que es agua de mar concentrado. Ya no es agua de mar transformada con químicos añadidos."
Peñate puso en valor la innovación aplicada en los vertidos marinos, que permite diluciones casi inmediatas y la conservación de la biodiversidad marina. Y fue más allá: "Ya empezamos a hablar de la valorización de salmuera. Extracción de productos químicos, producción de energía, captura de CO₂."
Impulso innovador
Canarias está en el centro de este impulso innovador. "Estamos incorporando empresa que le venga la valorización de su salmuera un futuro inmediato", afirmó Peñate en declaraciones a Atlantico Hoy. "En Gran Canaria se está llevando a cabo una línea de investigación sobre los componentes de la salmuera, con el fin de identificar los elementos clave que permitirían la obtención de productos derivados.
Entre los productos prioritarios se encuentran la sal de alta calidad, el cloro sódico, hipoclorito sódico (el principio activo de la lejía), carbonato cálcico, hidróxido de magnesio, y derivados de magnesio, que se encuentra entre los minerales prioritarios para la Unión Europea y que ahora mismo importa prácticamente por completo de China. También productos secundarios como sosa cáustica, captura de CO2 y generación de energía.
Falta de personal
Sin embargo, Peñate alertó de una carencia que amenaza el crecimiento del sector: la falta de personal cualificado. "Estamos llegando a una obsolescencia de los técnicos en plantas desaladoras, en ingeniería, en fabricación, y no hay formación que vaya acompasada con eso", advirtió.
También reclamó la creación de espacios de ensayo a gran escala. "Para innovar tienes que saltar a algo grande", y puso como ejemplo un proyecto en el que trabaja su equipo en colaboración con la empresa privada: "Realizar la primera planta desaladora industrial offshore del mundo, que producirá 2.000 m³/día únicamente con energía marina es una oportunidad para que España lidere no solo en conocimiento, sino también en fabricación". Y concluyó: "El 80 o 90% de los componentes actualmente vienen de fuera".