El reloj marca las 14:00 horas. Es el mayor momento de ajetreo de los bares y restaurantes de la zona de Triana y Tomás Morales. “Una de pescado a la plancha”, se oye gritar hacia la cocina. “De primero rancho y de segundo calamares en salsa”, pide un cliente. Los camareros van de un lado a otro con las comandas.
Es la hora punta del menú del día, un pequeño salvavidas para quienes trabajan fuera de casa o simplemente no tienen tiempo —o ganas— de cocinar. No obstante, los precios han subido en casi todos los restaurantes. Los costes de los ingredientes, la energía y los salarios pasan factura. ¿Cómo sobreviven los locales y qué tal se toma la clientela esta subida?
Ajustar los precios todo lo posible
En Pollo Rico, un bar-restaurante muy frecuentado en la zona, el menú cuesta 11 euros, uno de los más baratos del entorno. Su responsable admite que han tenido que ajustar al máximo para no subirlo más: “Los precios han subido una pasada, sobre todo en el pollo. Lo de los huevos ha sido céntimo arriba, céntimo abajo por la gripe aviar, pero otros productos han subido muchísimo”.
Pese a ello, han decidido contener el precio para no perjudicar al cliente: “Hemos amarrado todo lo posible para que el consumidor no se vea afectado, porque no tiene culpa. Al final, es el que siempre paga los platos rotos”.
El menú más barato
Según el informe de Hostelería de España elaborado junto a Edenred, el precio medio del menú del día en el país se sitúa en 14,2 euros, tras encarecerse un 1,5% en el último año.
Canarias, sin embargo, sigue siendo la región más económica, con un precio medio de 13 euros, por delante de Asturias (13,2), Andalucía y Murcia (13,4). En el extremo opuesto se sitúan Baleares (16 euros), País Vasco (15,8) y Cataluña (15,4).
Motivos de la subida
El informe señala que el aumento en los precios responde a una combinación de factores, como los alimentos con subidas de doble dígito, como los huevos (+17,9%), la carne de vacuno (+16,5%) o el café (+19,9%), además de los costes energéticos al alza, con la electricidad subiendo un 16,8% en el último año. A ello se suma, a su vez, el aumento de cuotas de autónomos y alquileres, y los costes laborales crecientes, que suben un 1,3%.
Todo ello ha obligado a muchos restaurantes a replantear sus menús, sustituir ingredientes caros por otros más asequibles, reforzar los “medios menús”, plantear dos opciones de menús — uno más económico que otro, con ingredientes más elevados, para que el cliente se adapte — o concentrarse en las horas de mayor demanda para reducir gastos de personal y energía.
Impresión de los clientes
Pese a los incrementos, los consumidores siguen viendo el menú del día como una opción equilibrada entre precio, cantidad y comodidad, especialmente en zonas donde las raciones son abundantes y frente a una cesta de la compra que no para de subir.
Ramón, que almuerza a diario en bares del centro, es uno de los ejemplos. Aunque “en algunos comercios ha subido uno o dos euros, sigue siendo asumible”. “Vivimos en una región con raciones generosas, así que comer por fuera sigue siendo rentable. Por falta de tiempo y comodidad, voy a seguir haciéndolo. Y por ahora me lo puedo permitir”, afirma riendo.
Por su parte, Elisa, otra consumidora habitual, coincide: “A veces no apetece cocinar y por esta zona hay muchísimas opciones. Miras qué platos tienen y qué precios, y eliges lo que te encaja”. Aunque admite el incremento, lo considera razonable: “Se ha notado, pero sigue siendo asequible. No ha sido tan tremendo como lo que vemos en los supermercados”. Además, destaca que las raciones grandes hacen que muchos platos “cundan”: “A veces lo pido para llevar y me da para dos días o ya tengo la cena”.
Asumir el precio
Es así como otro día más las mesas se llenan de comensales en medio de una batalla marcada por la inflación, en la que combaten los hosteleros tratando de mantener su negocio y cuidar a su clientela y los consumidores atravesados por el panorama económico actual.
Por ahora en Canarias, y en concreto en esta zona tan ajetreada de Las Palmas, se sigue pudiendo asumir el menú del día: dos platos, la bebida y el postre, que completan la alimentación de trabajadores y familias.